9 de Noviembre de 1937 
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e 
Tyrone Power, a pesar de que ya 
es muy hombrecito, tiene que lle- 
var una existencia tan reglamen- 
lada como la pequeña actriz. He 
2Quí su horario de todos los días, 
Por IRMA SELZ 
ortarse/como 
EA. 1 
EOS - 
lu 
14 horas. 
De nuevo a la rutina. Tyrone y Alice 
cienen que dejarse fotografiar en un 
primer plano, pero cada vez que se 
ponen en pose, ocurre algo que inutiliza 
la toma. Una mosca se introduce en 
la cámara, alguien en el estudio tose, 
o los focos arrojan una lirera som- 
6 de la mañana. 
NA hora no muy romántica 
para levantarse. “Es todavía 
medianoche para la mayoría. 
Pero Tyrone Power tiene que 
star a las nueve en los estudios de la 
Twentieth Century Fox' vestido, ma- 
quillado y sabiendo verfectamente los 
liálogos- 
7 horas. 
Tyrone no se preocupa por el des- 
1yuno en su casa. Cuando llega al res- 
¡aurante del estudio toma 
lugo de naranja y café en 
:1 mostrador, entre un 
Jrupo de electricistas y 
obreros 
9 heras. 
Ey 
En el set, y dispuesto a 
trabajar. Están ensayan- 
do una escena de “In Old 
Chicago”, que se desarro- 
lla en el magnífico: dor- 
mitorio de Alice Faye. La 
escena ha sido hecha re- 
petidas veces, hasta obte- 
ner una “toma” satisfac- 
toria. Por momentos tadas 
yl desperta- 
lor comien- 
a a chillar 
2 las 6 en 
punto, y el 
ictor debe 
12ban donar 
a CAMA 
unque ten- 
da sueño. 
arecen un conjunto de monos, pero 
ada uno de los presentes está tan habi- 
uado a lo mismo y pone tanta aten- 
ión en su trabajo, que el hecho no 
rovoca gracia alguna. —. 
10.20 horas. 
Se refugia en su cuarto de vestir 
1 busca de “tranquilidad”. Allí hay 
antrevista, antógrafos, conferencias, 
maquilladores, “cameramen”, supervi- 
res y directores, Tyrone hace funcio- 
nar la victrola y todas las discusiones 
tienen por fondo el ritmo de lá melo- 
lía de Raymond Scott, “Música para 
a comida de una banda de caníbales 
nambrientos”, pues es la favorita de 
“yrone en la- actualidad. - 
12 horas. 
El intervalo para almorzar. El set 
queda desierto, se apagan las luces y 
todos se precipitan al restaurante. 
Iyrone ordena su habitual sandwich de 
jamón (pequeño) y un vaso de leche. 
Nada de almuerzos pesados nara este 
astro. 
Una existencia 
poco envidiable es 
la que lleva Tyro- 
ne Power, muy di- 
ferente de la que 
imaginan sus ad= 
miradoras, 
hra. en. la nariz de Alice Faye y 
toda la escena tiene que ser repetida 
mevamente, Es una labor agotadora, 
ero ellos sonríen yv continúan. 
19 horas. 
Queda tan. sólo energía suficiente 
:omo para llegar hasta su coche con- 
vertible y con él hasta su casa, a tiem- 
po para quitarse el maquillaje y sen- 
tarse a la mesa para cenar con su 
madre, doña Patia, Luego un cigarrillo 
mientras descansa y piensa en la Reina 
del Hielo, Sonja Henie, que está en la 
leiana Noruega, gozando de sus va- 
(Continúa en la nárcina 929) 
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