Full text: 27.1937,10.Nov.=Nr. 1399 (1937139900)

10 de Noviembre. de 1937 _ f l 
Dore ¿heee va 
T 
— 
Por MARIA LUISA GESTE” 
e cantidad de buen vino blanco y olor 
18radabie. El agua de esta destilación 
DJanqueará de tal modo el cutis, que se 
vuede lavar sin que después esta blan- 
ura se “disipe” '- 
- ¡Lo contenta que se habrán puesto 
as negras cuando vieron a la patron- 
:ita preparar semejante receta! Ya se 
verían con ún cutis marfilino, compi- 
endo con las niñas; más de una ha- 
drá quedado sin mojarse la cara algún 
:empo en espera del milagro... 
Ahora el asunto es más fácil: sin 
misterios ni ambages se solicita un 
Trasco de la mejor crema para cutis, 
ranando en tiempo y evitándose el te- 
1er que recurrir al diccionario en bus- 
:2 del litargirio .y la colofonia. ; 
Por las mañanas no había proveedor 
ue tuviese la virtud de hacer abrir 
as puertas de par én par: por: allí 
:somaba una mano que entregaba o 
ecibía el producto; pero el rostro, ¡có- 
120 para exponerlo si por la noche se 
abía “puesto en práctica otro de los 
ecretos!.... “Para quitar las manchas 
el rostro: dos onzas de suco de limón, 
tro tanto de agua de rosa, dos drac- 
1as de argento sublimado, y otro tanto 
e ceruza. Se mezcla todo junto y se 
wa con esto el rostro antes de acos- 
arse. Por la mañana se frota con man- 
eca fresca.” 
No nos riamos; ¿y si nos viesen 4 
osofras con.la cabeza llena de rulos 
tados? Claro que también esto se sim- 
lifica con la permanente, 
El director de “El Curioso”, hombre 
erspicaz como el que más, sabía que 
o sólo a las jovencitas les agradaba 
parecer hermosas, Por otra parte, te- 
ía que cumplir con la palabra empeña- 
a: “recuperar los colores de la ju- 
rentud “si se habían perdido”, 
Y entonces colocó material para los 
ue peinaban canas y las que se des- 
speraban con sus arrugas. 
“Para teñir las canas: es preciso la- 
arse la cabeza y peinarla con un peine 
pado en aceite de tártaro. La ope- 
ación debe hacerse al sol y tres veces 
or lo menos al día; al cabo de diez 
las; las canas serán negras.” Ne 
Sin “duda la práctica de esto debió 
er más difícil que las anteriores, ya 
“ue si las niñas, por pudor, no dejaban 
erse el rostro enmantecado, menos 
ún los pretensiosos podían permitir 
ue los pillaran infraganti peinándose 
is cabellos 'a medio teñir. Encierro 
orzoso durante los diez días que du- 
aba el teñido, y luego contener la cu- 
iosidad de las amistades: . 
— Fué el cambio de aire...; como 
stuve en las provincias, ¡y allí la .na- 
“uraleza es tan sabia!... o 
En nuestros días, nos dicen: _ 
— Estoy aburrida del color oro y. 
tel platinado, “¿no -podría usarse otra 
7ez la peluca? 
Ellos no fueron los únicos en su am- 
ición rejuvenecedora. Sobraba mate- 
al para ellas: 
“Para borrar las arrugas: poner en 
>] fuego una plancha de hierro hasta 
que se enrojezca; echar sobre ella pol- 
708 de mirria; recíbase este humo cu- 
riéndose lá cabeza con una servilleta 
pará reunir el humo y para impedir 
jue no se disipe, Por tres veces repetir 
:sto Mismo. Después calentar la plan- 
ha, rociarla con vino tinto, del cual 
se deberá tomar un buche; se recibe 
1sÍ el vapor y se reiterará, como ante- 
dormente, tres veces;-continuando este 
rocedimiento por mañana y tarde por 
2 
Ila jovencita 1937 está muy or- 
gullosa de su figurita delicada y 
su porte airoso, no lo estaba 
menos la niña de 1823 con su 
+intura inverosímil y su peinado co- 
¡uetón. ¿Que no había “rouge” ni “rim- 
mel”? Es cierto; pero... los recursos 
le una mujer cóqueta son muchos, sea 
ual fuere la época. 
Las porteñitas echaban mano a cuan- 
0 recetario llegaba hasta ellas para 
lanquear el rostro o borrar arrugas. 
Hasta los periódicos tomaron muy 
:n cuenta esta coquetería, y el director 
ie uno de ellos, decidido a aumentar la 
circulación del mismo, favoreciendo a 
as lectoras, intercaló una sección de 
“Cosmética”, la que serviría para “em- 
bellecer el cuerpo aumentando la her- 
mMosura, conservando los colores de la 
'uventud - o recuperándolos si se per- 
lieron”.. 
De más está decir que nuestras mu- 
Eres devoraron las recetas insertadas. 
De inmediato, las negritas, por orden 
le su ama, concurrían a la tienda de 
Orlázal a solicitar agua de litargirio 
y resina de lentisco. Orlázal no salía de 
su asombro. ¿A qué respondería todo 
“sto? Ni palabra pudo quitarle a las 
chinitas; bien le habían prometido 
“llas a la amita guardar el secreto. 
La explicación estaba en “El Curio- 
so”, donde decía: 
—“Receta para blanquear el sem- 
ante: iguales partes de agua de li- 
argirio, almáciga, olívano, colofonia. 
?óngas: en un alambique con suficien- 
l tiempo que se quiera.” 
-Si no nos dice “El Curioso” que es 
ara las arrugas, lo recomendaríamos 
omo excelente para un resfriado: 
Sin embargo, ¡con cuánta paciencia 
; esperanza habrán realizado, paso a 
aso, todo lo que se consignaba! En 
“inguna época la mujer se resigna a 
verder la juventud. Y si ahora no usa- 
nos la plancha calentada a rojo y nos 
:spanta la idea de tener que ahogarnos 
'on el humo del incienso, en cambio, 
:Ceptamos, pacientemente, los terribles 
nasajes faciales y la mascarilla de ba- 
To durante horas en un instituto de 
elleza. - 
Se gritó achacando de extravagan- 
ias y naderías a todo esto; se quiso 
lecir que engendraría lujo y frivoli- 
lad. Pero ya. se encargó la prensa de 
omar la defensa: “No piensan que en 
1 misma edad, ellos tenían las modas 
ontra el torrente de sus mayores, y 
Ue en esa variedad está la civilización 
lel país.” 
Y las jovencitas coritinuaron embe- 
eciéndose con un “roxo que imita al 
atural compuesto por “aguardiente, 
1edia onza de benjuí, una de sándalo 
ojo, media de palo de Brasil y: otro 
e alumbre de roca. Con esto se fro- 
aban sus mejillas ayudándose de una 
ela' delicada, y la porteñita aparecía 
n el salón luciendo una tonalidad sua- 
re que hacía suspirar al más gallardo 
le sus admiradores. 
En el lógico afán de agradar, la mu- 
'er fué más hermosa unas veces gra- 
y 
5. 
as a “unas onzas de sangre de dra- 
zón”, otras a un fatídico rodillo eléc- 
srico. 
-De no haber sido así, hubiese ocu- 
"rido la negación del sexo. 
Por aquel entonces la abundancia de 
productos embellecedores de nuestros 
lías, quedaba suplida con lr ayuda del 
doticario y la ingénita coquetería. 
¡Si sabrán las tardes porteñas de 
os conciliábulos para no enterar a la 
mamá que las pecas de su hija habian 
Gesaparecido merced a un blanco de 
plomo!... 
Ocurrió esto antes y seguirá en todos 
los tiempos. Cosas nuevas y que asom- 
bran, surgen todos” los días. 
Y la mujer, siempre coqueta y de- 
seosa de agradar más y más continua. 
mente, no escatima medios para ser 
1na esbelta jovencita; acepta con pa- 
iente resignación masajes y estrujo- 
1es; admite voluntariamente el sufri- 
miento de tener tirantes sus cabellos 
> pasarse los días a dieta rigurosa, cua 
11 -jugo de naranja y dos tostadas. 
Después de esto, ya no debería ser 
nás Job el símbolo de la paciencia y 
a resignación, Tendría que represen- 
ársela por una mujer en un instizu£s 
le belleza y ante una mesa colmada ¿a 
nanjares a los que desprecia olímpi- 
amente,.. 
su organismo requie- 
re ser tonificado 
vor el MEJOR TO 
NICO DEL MUNDO 
La primavera es la época 
del año en que la vitali- 
lad del organismo está so. 
netida a las pruebas más 
severas: todos los médi- 
tos reconocen [a necesidad 
de tonificarse al Jlegar la 
»rimavera, 
Pero la elección acertada 
lel tónico que Vd, debe 
iDMar es un punto muy 
importante, 
ntre todos, KOLA 
ZARDINETTE le 
Dfrece las mayores 
varantías, por su an- 
igiedad y prestigio 
su gran contenido en 
Vitaminas y fósforo 
orgánico y su fórmu- 
la científicamente ba- 
lanceada, 
Por eso, los médicos, 
en todas partes, re- 
comiendan K OLA 
CARDINETTE como 
el mejor tónico para 
todas las edades, 
TONIFIQUESE CON 
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