Full text: 27.1937,17.Nov.=Nr. 1400 (1937140000)

MUNDO ARGENTINO 
LAGUNAS Y DESIERTOS EN EL MAPA POLITICO DEL PAIS 
Ma 
ica —. 
m 
LA DESORGANIZACION PARTIDARIA Y El, 
FRAUDE SISTEMATIZADO. — CUATRO TEN- 
DENCIAS EN EL RADICALISMO. — MARZO 
SERA UNA FECHA BASICA. — OPOSICION, 
ULTRAOPOSICION Y EVOLUCIONISMO. 
Le exigen reorientaciones, pero mientras los ingenieros no se pongan de 
acuerdo, será difícil que pueda dar un paso. 
“as que luchan entre si: la extrema y 
e moderada. Ellas han venido marcan- 
lo rumbos contrarios en estos últimos 
iempos en que el grupo parlamentario, 
ometido a una disciplina “colaboracio- 
usta” por la Junta Ejecutiva, ha li 
rado sus escaramuzas dentro del blo- 
Me, cuyos ecos llegaron más de una 
1ez hasta el mismo recinto: 
Puede resultar, pues, una campaña 
»r compromiso, a la que le falte el 
'ervor del entusiasmo, que es lo único 
me se contagia a las masas y solidari- 
'a788e con los caudillos, 
Estamos cansados de ver tribunas va- 
“as, levantadas en plazas y esquinas, 
londe los altoparlantes lanzan al aire 
ms quejas sin lograr que se detengan 
1 escucharlas los transeúntes. Son esos 
erdaderos sermones del desierto, que 
to conducen a nada. La gente ya sabe 
9 que le van a decir y, dando lea lec- 
ión por aprendida, opta por seguir su 
amino y no perder tiempo. 
Y no son pocos los que se preguntan 
Vosóficamente: ¿Practican esos após- 
»es del socialismo lo que dicen? 
El problema es de sinceridad, y con 
xo queda dicho que se trata de un 
moblema difícil. 
. 
Cuatro tendencias. 
. , 
redicales 
El radicalismo, ensimismado en sus 
»nflictos, todavía no ha fijado sus 
"vumbos, Desde el 5 de septiembre la 
nasa partidaria está a la espera de 
a palabra de sus dirigentes, que no 
'e deja escuchar. 
Entretanto, el clamor público pide 
eorientaciones, con lo cual deja sen- 
ada sn disconformidad con la políti- 
a de “leser fair” que ha sobreveni- 
lo al triunfo “regulado” de la con- 
ordancía, 
La situación interna del partido 
tadical es de las más complicadas. 
La lucha de tendencias gira no sólo 
en torno de las candidaturas de mar. 
0, sino de los cargos directivos de 
la misma agrupación, 
. . 
Intransigencia - 
Una de esas tendencias es intransi 
rente. La reorientación, para ella, con- 
Jiste en adoptar una línea de conducta 
ensamente tirada hacia los postulados 
'el 90. “Que se rompa, pero que no se 
loble.”* Si la abstención es necesaria, 
¡ue venga la abstención. 
Algunas grandes figuras del radica 
ismo — Pueyrredón, O'Farrell, Tam- 
Trini — se mueve dentro de esa ór- 
ita. La solución del fraude, la legali- 
lad, Ja justicia, el imperio de la demo. 
*racia, no pueden ni deben venir por 
combinaciones blondinistas. El pueblo 
tebe encontrar, sencillamente, en los 
'omicios los derechos y libertades que 
e acuerdan la Constitución y las leyes. 
Pero la intransigencia se debilita; el 
artido no desea la abstención como 
emedio, porque lo sabe de efectos len- 
108, y el evolucionismo está a la expec- 
ativa de las ocasiones que pueda brin- 
larle el futuro para adaptarse a las 
xendientes menos inclinadas yv de más 
“ácil acceso. 
Las “trenzas”, las camarillas y las tendencias que trabajan en estos 
momentos a todos los partidos del país, convierten el mapa electoral 
en un terreno escabroso, donde los peregrinos del ideal tropiezan a 
cada paso con lagunas y desiertos que hacen difícil su marcha. 
Esta es una época de utilitarismo en la que cada cual trata de sacar 
de la política el mayor provecho personal que le sea posible, y de ahí 
que los rumbos se extravían con facilidad y los caudillos se valen de 
cualquier pretexto para erigirse en censores de sus correligionarios 
y en cabecillas de tendencias inorgánicas y desorganizadoras. 
El fraude sistematizado; 
troceso hay que hacer algo para sal- 
"ar los principios y para que el gobier- 
0 no se convierta en atributo y propie- 
lad de una clase “protectora” con vis. 
as a la explotación por tiempo indefi- 
ido del presupuesto. nas 
Surge de ahí la necesidad — una ne- 
xsidad apremiante — de que los par- 
idos opositores se depuren, se saneen, 
e dignifiquen y ocupen el lugar que les 
'orresponde como depositarios de la fe 
ública y paladines de una cruzada de 
'edención electoral, 
. . . 
Idlida socialista 
Los primeros en salir a campo abier- 
o contra el fraude han sido los socia. 
istas. En la reciente reunión del Con- 
'ejo Nacional del partido, donde se re- 
olvió la no concurrencia de los legisla. 
lores de la Casa del Pueblo a la asam- 
"lea legislativa, se decidió intensificar 
a campaña contra los métodos irregu- 
ares de sufragio. 
Pero ¿qué resultado daré esa campa- 
la? Aparte de que el socialismo es una 
'uerza muy limitada en el interior del 
aís, donde sus ecos se ahogan fácil- 
nente, no se oculta que dentro del nú- 
leo metropolitano existen dos tenden- 
El frande sistematizado es una rey 
sultante de ese estado de cosas en que 
Ja moral cívica se pierde tras los capo. 
jismos de la concupiscencia. 
La falta de armonía y solidez entre 
los grupos opositores, y la facilidad con 
que log eampeones de la democracia 
eriolla se dejan atraer hacia convencio- 
nalismos y combinaciones de provecho 
para ellos, hace que el fraude carezca 
de sanciones de ninguna especie y se 
afiance como medio corriente de soste- 
nimiento de las “minorías selectas” que 
lo explotan al ritmo de teorías patrió- 
ticas, nacionalistas y reformistas con 
música de circunstancias, 
Para unos, el voto secreto es una co- 
bardía, y para otros, el voto de los anal- 
fabetos constituye una anomalía; la 
“regulación” dentro de esas teorías es 
un medio de equilibrio hasta que lle- 
guen las reformas que nos pongan de- 
finitivamente a cubierto de los peligros 
de la demagogia... Pero, de todas ma- 
neras, el fraude y, sobre todo, el fraude 
sistematizado, es una aberración que 
no puede subsistir. Y no hay duda que 
dentro de ese marco de ilegalidad y re- 
Colaboracionismo 
T—]——ÚÑ210 O 
Colaboracionismo y evolucionismo son 
vinónimos. Es la tendencia del momen- 
0, algo así como el “grito de la moda”, 
Esta tendencia, en la que se hallan 
mrolados dirigentes de todas las ca- 
'egorías e influencias, sostiene la teo- 
ría de que hay que encontrar el cami. 
ro más corto para restablecer el impe- 
rio de los derechos cívicos. Su táctica 
"8 de infiltración, aunque, en realidad, 
ouede resultar de absorción, porque en 
ves de infiltrarse en el gobierno, los 
svolucionistas pueden ser absorbidos 
(Continúa en la página 56)
	        
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