, Playa - montaña
— (Continuación de la página 5)
del ambiente. y la uniformidad y sen-
cillez de la vida.
Pero nada de montañas para los que
sufren del corazón o para los que es-
tán atacados de cualquier afección san-
guínea. Nada de montañas tampoco pa-
ra los que sufren de bronquitis o la-
ringitis crónica, y menos para los reu-
máticos y los enfermos de los riñones
que pueden afectarse por ciertas va.
riaciones térmicas.
Con todo, conviene tener bien en cuen-
ta que las carecterísticas del clima de
montaña están en razón directa con
la altura, y que una persona muy ner-
viosa, muy excitable, corre el riesgo de
no encontrar a 1.300 metros sobre el
nivel del mar más que insomnio y fie-
bre, mientras que a 600 metros sola-
mente, en un valle, al abrigo del vien-
to, hubiera hallado el ambiente exacto
que le convenía, Es éste, precisamente,
el que. se podría llamar clima de me-
dia altura, que es más tónico que ex-
citante, y, en consecuencia, mejor to-
lerado en la generalidad de los casos
que el de la alta montaña.
Los climas marítimos
Veamos ahora todos los climas mart-
timos. En general puede. decirse que
éstos convienen particularmente a los
linfáticos, pero pueden llegar a ser al-
go irritantes para los demasiado ner-
viosos. El aire, exento de microbios y
saturado de partículas salinas; el vien.
to, la luz, excitan las mucosas respi-
ratorias, purifican .los pulmones, ac-
tivan la circulación y aumentan las
reacciones del organismo. Todos .estos
fenómenos se traducen en un mejora-
miento general de nuestras fuerzas, En
caso de agotamiento físico e intelec
tual, la acción de los climas marino:
es siempre saludable.
Vacaciones de llanura
— ca —— (E —— (A
Si queremos, por sobre todas las
cosas, descansar, y tenemos miedo a
la excitación de la montaña o del mar;
si necesitamos una cura sedativa y cal-
mante, busquemos, entonces, un rincón
cualquiera. de nuestra extensa cam-
paña, de clima templado, donde este-
mos seguros que llueve poco, y don-
de no tengamos la amenaza de un ex-
cesivo calor,
Sin duda alguna, todas las referen.
cias que hemos hecho son bastante ele-
mentales; pero creemos, sin embargo,
que pueden constituir para nuestros
lectores una base útil para la solución
del problema de las vacaciones. En
distintas páginas de esta misma edi.
ción se encontrarán datos acerca de
las distintas regiones de la Argenti.
ha, datos que serán útiles para la elec.
ción del lugar de veraneo. De todos
modos, lo esencial es que cada uno
regrese de sus vacaciones más con-
tento, de mejor aspecto físico, con una
moral sólida y, sobre todo, con un con-
cepto más optimista de la vida.
| ¡Vacaciones!
— (Continusción de 1s página 3)
el encierro en que habitualmente vive.
Sus pulmones tienen necesidad de aire
puro; su cuerpo ha menester de ejerci-
cios físicos; en la atmósfera de un es-
sritorío o de un taller, donde se ve obli-
gado a permanecer largas horas dedi-
sado a trabajos sedentarios, se está
“suicidando” lentamente, Las grandes
*iudades, sobre todo, con su atmósfera
mwrarecida por las emanaciones de una
ivilización mecánica, son inmensas pri.
“ones donde la vida se va apagando
enta pero inexorablemente. Allí vive el
tombre en un perpetuo estado de so-
reexcitación nerviosa, y su mismo re-
2080 no está protegido contra los rui-
los y las trepidaciones que lo alcan.
an hasta en su más profundo sueño,
”or lo general, su trabajo no está en
wOoporción con el gasto calórico que exi-
1e su organismo, El progreso exige una
educida contribución del cuerpo. La
máquina lo secunda y a veces lo re-
mplaza en el esfuerzo. No quedan, así,
H hombre, más que las inquietudes,
48 preocupaciones intelectuales, los
lesgastes nerviosos, Ningún ser huma.
10, por fuerte que sea, podría sobrevi-
xr a este régimen, si no fuese que de
:empo en tiempo, preferentemente a
ntervalos regulares, pudiera escapar
1 la acción deprimente de su vida co-
¿diana para olvidar sus preocupacio-
tes, para dar a su organismo un nue-
:0 impulso, para cambiar transitoria
nente. de vida, .
He ahí la verdadera finalidad de
as vacaciones. Es por ello que son in-
lispensables, es por ello que todos de-
en sacrificarse, hacer lo imposible,
ara asegurarse, por”: lo menos, una
eve temporada de descanso. Porque
as vacaciones, lo repetimos, ya no son
1 privilegio de una clase favorecida
vor la fortuna; han llegado a ser una
'erdadera cuestión de defensa promia.
OCURRENCIAS DE LULU
Por MARGE
El verano es buena época
para .un régimen alimenticio
Por el doctor ESCOUBÉ
HN AS vacaciones son convenientes
para seguir un régimen. Los
A días calurosos. incitan a comer
frutas y legumbres, y también
1 tomar el mínimo de alimentos,
Todas las actrices, cuya silueta ad.
niramos en la pantalla, se someten, va.
“las veces por estación, a los regímenes
jue convienen a su salud.
Alice Faye ha suprimido definitiva.
nente las farináceas de su mesa, porque
:llas, como nadie lo ignora, favorecen
] aumento de peso.
En cuanto a ¡Claudette Colbert, ase-
mira que el secreto de una hermosa fi-
rura reside en el hecho de comer lenta-
nente, a fin de facilitar la asimilación
otal de los alimentos, que deberán ser
omados en pequeñas cantidades. Des.
vués de cada comida, aconseja Claudet-
e Colbert, es esencial permanecer de
pie o caminar, Un paseo después del
ilmuerzo proporciona maravillosos re-
sultados; en cambio, la siesta, ese há.
tito tan arraigado en ciertas perso-
1as, entorpece el funcionamiento del
suerpo, y gradualmente va engrosan-
io el talle,
En resumen, el menú de una estrella
€ compone casí siempre de la misma
nanera. Por la mañana, al despertar,
Tutas crudas y un gran vaso de agua
Tesca o una thza de café. A la hora
lel almuerzo, carne asada y legum-
res; a la noche, también carne asa-
la, una ensalada, y, de cuando en cuan-
lo, en días de fiesta, un buen postre.
Vada de alcohol. Algunos afirman que
1 café y el té hacen adelgazar; otros
ncventran nefastas estas bebidas, por-
[ue son perjudiciales para el hígado,
. por eso, también para la tez.
MUNDO ARGENTINO
De cualquier modo, varias veces al
ño, y sobre todo en verano, cuand:
-omienzan los calores fuertes, es con
'eniente para una mujer coqueta sa
rificarse un poco por su belleza y su
Tir por ella. Que se someta, enton.
'es, a esta semidieta, que es el régi.
nen normal de todas las estrellas, du.
'ante quince días no más, pues a me.
108 que la persona sea de una gor.
lura exagerada, un régimen más lar.
zo no haría sino debilitarla.
Si por casualidad usted se parece a
Viaureen O'Sullivan 0 a Loretta Young,
»r tener tun peso inferior al normal,
iñada 2.8u régimen cotidiano medio
itro de leche cruda, Esta le propor-
stionará una tez resplandeciente y la
hará aumentar de peso. ,
Por lo demás, es la misma natu-
raleza quien regala el tesoro inmenso
de los: mejores productos. -
Y las estrellas más bonitas y atrac-
tivas lo saben, y bien, y es por ello
que rara vez aceptan, en verano, los
manjares rebuscados de la cocina ha-
bitual,
Janet: Gaynor, por ejemplo, afirma
n0 saber comer en buena época más
que meriendas livianas a base de fru-
tas y bizcochos secos. ' .
- Todos los trastornos gástricos e in-
testinales, serán regularizados mara.
illosamente si se efectúa por breve
temporada, cuidadoso. régimen, des-
echando todas las mezclas alcohólicas
y drebajes raros.
La salud, lectores, implica sacrifi-
cio, y ese sacrificio será facilitado por
la presentación sabrosa y rica de ma-
terias puras y naturales,
Y el verano nos hace esa oferta, ami-
gos; Nos obsequia con tan importante
regalo. Es justicia, entonces, atender
tsa amable sugerencia estival, y hacer
2.un lado todo cuanto provceque mo-
lestias o cansancio estomacal. -
No lo olviden ustedes: el verano es
buena época para un régimen alimen.
ticio, y será inteligente aprobar, por
término breve, condiciones que redun-
darán en beneficio absoluto de nues-
tra salud física y también moral.
Con todo, las protestas son infali-
bles. Quien no puede abandonar sus
sremas, el otro que sufre por no beber,
aquella que traga fuerte cada vez
que divisa unas pastas, y así... ¡mi-
es de casos! -
Pero hay que ser fuertes, hay que
oponerse, con .toda buena intención,
:umplir con precepto tan indispensa'le
ara la belleza moderna.
Y si no hay pastas, habrá verdu-
vas sencillas que, preparadas con gus-
vo, sabrán a gloria; y si no nay cre-
mas, habrá frutas frescas; y si no
vinos, habrá cocktails hechos a base
de jugos de verduras y frutas, de yer-
bas y dulces puros. ,
No se olvide jamás que el secreta
maravilloso de la longevidad está, no
n la mesa servida con frituras y pla-
tos recocidos, pero sí en las materias
jue la inmensamente buena natura nos
»seguia en la forma más simple que
ueda concebirse. .
No diremos que hacer régimen es
wivarse de alimentación: no es eso.
Hacer régimen es evitar ingerir ma-
erias que molesten 0 retarden el efec-
to inmediato de la obra estomacal.
Y eso es fácilmente posible cuando
2 dispone de la época en favor, vale
lecir, del verano, que por sí solo llama
1 cierto equilibrio, y en total bene-
“icio, como ya se dijo, de la belleza
ísica, y por consiguiente, espiritual,
? junto con el régimen bien basado,
omo alimentación, no se descuidarán
os ejercicios más simples, que redun-
larán en la hermosura de la silueta,
:n la alegría de las facciones, -
Recorridos y caminatas después de
as comidas, y sobre todo, nada de
iesta, harán un perfecto sistema de
ida estival, que envidiarán los más
ezarados.