Full text: 27.1937,24.Nov.=Nr. 1401 (1937140100)

MUNDO ARCINTINC 
— os de 
Ne 
Las estrellas de Hollywood están abandonando 
la moda de los interminables baños de sol, porque 
se ha comprobado que es perjudicial abusar de ellos. 
Por el profesor 
J. GARCIA MENDEZ 
N ANSADOS de sufrir pérdidas 
estimadas en 15.000.000 de pe- 
sos, aproximadamente, causa- 
das por las estrellas del cine 
“enfermas de sol”, algunos de los más 
grandes productores de Hollywood les 
aan prohibido tomar baños solares con 
:s0s trajes seminudistas que constitu- 
yen la moda actual. Durante varios 
años los médicos han afirmado que, 
salvo cuando se emplean con gran mo- 
leración, los baños de sol no son bene- 
ficiosos para la salud y, en dosis ex- 
:remas, pueden ser peligrosos y aun 
fatales. 
La mujer que ha pasado el verano 
ostando su cutis en forma tal, que el 
ono bronceado dure todo el invierno, 
no está en condiciones de afrontar con 
ventaja las temperaturas bajas. Re- 
sientes investigaciones demuestran que 
0 más probable es que ella haya es- 
:ado perjudicando su organismo, deján- 
dolo expuesto a las afecciones de la na- 
riz y la garganta, bronquitis, desórde- 
nes nerviosos y, quizá, muchas otras. 
Hace algunos meses los doctores A. 
Hope Gosse y G. S. Erwin, denuncia- 
ron una serie de casos de tuberculosis, 
de los cuales uno en cada seis había 
tenido su origen en las quemaduras del 
sol. Se dió entonces como ejemplo el 
vaso de Bette Davis que, después de 
haber sufrido por dos veces sus efec- 
tos, venía a agregar su nombre a la 
a larca lista de imprudentes. Más 
dotado a sus habitantes de un cutis es- 
pecial, como sucede en los negros, cuyo 
pigmento de ese mismo color viene a 
:onstituir algo así como una coraza. 
LOS VENENOS QUE PRODUCE 
EL SOL 
No es la luz común visible al ojo hu- 
nano la que afecta la salud, sino los 
:ayos actínicos o ultravioletas. Estos 
-ayos son una buena medicina para ni- 
ios o adultos afectados por ciertas do- 
encias, pero, como la mayoría de los 
nedicamentos, son un veneno y deben 
¿er tomados en dosis muy pequeñas a 
menos que el consejo médico permita 
0 contrario. 
Los biólogos poseen dos teorías acer- 
:a de la forma en que los rayos ultra- 
violetas del sol envenenan el cuerpo. 
Una, de ellas, debida al famoso especia- 
ista londinense, Sir Thomas Lewis, es 
que una substancia química llamada 
histamina se-genera en las células vivas 
de la piel, o' bajo ella, cuando estas 
células mueren o son afectadas por los 
cayos. solares. Se señala a la histamina 
:om6-1la substancia venenosa producida 
or el fuego o el agua hirviente y res 
vonsable de la muerte cuando las que- 
naduras cubren gran parte del cuerpo 
le la persona, En un tiempo la mor: 
andad por estas severas quemaduras 
'ué atribuida a una simple pérdida de 
a piel, pues existía la teoría de que 
sta era indispensable para la vida. 
?ronto se descubrió, sin embargo, que 
al concepto carece de fundamento y 
ue las víctimas de grandes quemadu- 
'as mueren envenenadas, 
La otra teoría es que algunas per- 
onas poseen en su sangre un producto 
uímico que los hace especialmente sen. 
ibles a la luz. En un reducido grupo 
e pacientes se ha comprobado la exis- 
encia del producto químico en cuestión, 
lamado Hematoporpirina y producido 
»Y una transformación en la materia 
olorante de la sangre, - 
El año pasado, el profesor Guido 
muerrini, de la Universidad de Bolog. 
1a, anotaba una larga lista de enfer- 
nedades de la piel y de otros órganos, 
que había comprobado provenían de 
ma exagerada exposición a la luz y a 
23 rayos solares, Muchas de las dolen- 
ias usuales de los países del trópico, 
me anteriormente habían sido clasifi- 
ún: la muerte de Jean Hariow es con- 
iderada por muchos como la conse- 
uencia de los efectos producidos por 
na fuerte exposición solar, no obstan- 
* las advertencias de los facultativos. 
Más patético aún es el caso de Ed- 
1na Booth, joven, hermosa y llena de 
talidad que vimos en la película “Tra- 
er Horn”. Cuando regresó del Africa 
ropical, su salud y su carrera estaban 
rruinadas. En el transcurso del largo 
ratamiento a que se la sometió, los 
sédicos manifestaron que había sido 
íctima de alguna desconocida enfer- 
edad de los trópicos, Pero ahora pa- 
ece que su dolencia no era sino el 
fecto de un “envenenamiento de sol”, 
ue la joven sufrió en sus continuas 
.ndanzas bajo el astro rey. 
En los países de clima cálido, donde 
] sol es muy fuerte, la naturaleza ha 
—i———d———— 
DELPPIEPPIIPDIPL LIDAD IPPPIDIPPILOPI EII PIPICPI CEL DIPDICIPILIIDIDICI INDIE 
LO QUE HAY QUE EVITAR f 
Exponerse, sin una preparación adecuada, a la acción directa de los rayos 
vulares. 
Secarse en el sol con un traje de baño mojado. , 
Beber cualquier cosa que no sea agua o jugo de frutas durante el baño de sol, 
Tomar baños de sol cuando la temperatura es superior a 45 grados o tr 
rerlor a veinte grados (la mejor temperatura es de 30 grados). 
Prolongar fuera de toda medida la duración del baño de sol y, salvo que se 
:sté bien acostumbrado, de repetir las exposiciones. , 
Cuatro horas es la duración mayor por día. 
Tomar un baño de sol detrás de cristales. 
Tratar como si no tuviera importancia o con remedios improvisados las que- 
nadrns de sol «si no se ha sabido evitar este inconveniente. 
a uE 
-. - ita. 
adas entre las provncadas por la dic- 
a, el clima o los gérmenes, figurar 
TN dicha lista del profesor Guerrini. 
EL HOMBRE QUE SE “COCINO” 
Los nudistas y cultores del retorno 
» la naturaleza, o los simples exhibi- 
ionistas que necesitaban una excusa 
Jara usar poca o ninguna ropa, argu- 
nentaron tanto en favor del baño de 
»0l, que los médicos tuvieron la ocasión 
le conocer .muchos casos desdichados, 
le los cuales dedujeron los peligros de 
as excesivas tostaduras, 
Uno de los primeros en atraer la 
tención hacia el peligro fué un ca»a- 
ero en la ciudad de Chicago que des- 
ubrió un hermoso lugar en un parque, 
odeado de arbustes, donde nadie po- 
lía verlo si se quitaba las ropas para 
omar un baño de sol. Y nadie lo vió, 
lesdichadamente, y él se quedó dormi- 
lo durante varias horas, dándose vuel- 
a de cuando en cuando en el sueño de 
nodo que, cuando despertó, estaba com- 
Jetamente quemado. Sólo un trata- 
niento severo y la mejor atención mé- 
ica impidieron que perdiera la vida. 
Este y otros casos atrajeron la aten- 
ión de quienes lo conocieron, pero el pú- 
Nico en general no les concedió impor- 
ancia hasta que, hace unos años, Myr- 
18 Darby cometió un “suicidio de sol”, 
in quererlo, como es natural, Este era 
mn asunto distinto porque se trataba 
te una famosa belleza del teatro neo- 
rorkino. Myrna creía sinceramente que 
1 sol le iba a porporcionar mayor vi- 
alidad para trabajar en la temporada 
nvernal, y que necesitaba toda la “me- 
licina solar” que pudiera tomar en el 
iempo más corto posible. 
Al poco de iniciados los baños sola- 
es intensos, comenzó a experimentar 
nareos y otros síntomas que, según se 
12 comprobado ahora, indican “enve- 
1enamiento”, y fué internada en un 
1ospital, 
En lugar de reponerse, fué debili- 
ándose cada vez más, y unos pocos 
neses después falleció a raíz de un 
olapso general. 
Lothrop Stoddard en su libro “Luz 
ropical y el hombre blanco” figura 
:ntre los primeros en advertir que el 
ombre blanco, especialmente el tipo 
"ubio, está expuesto a un “envenena- 
niento” de sol tropical, sin que cuen- 
en para nada las precauciones que 
meda tomar. 
Algunas de las estrellas cinemato- 
rráficas conocían los efectos perjudi- 
sjales del exceso de sol, pero no obs- 
ante saberlo, se entregaban a esos ba- 
ios porque sabían que su próxima pe- 
ícula iba a exigirles largas exposicio- 
1es al sol y el único modo de prevenir 
a posibilidad de una enfermedad es, 
xrecisamente, ir adquiriendo gradual- 
nente una tostadura protectora.
	        
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