Full text: 27.1937,24.Nov.=Nr. 1401 (1937140100)

72 esca 
En el verano, sobre todo, los aficionados a la pesca hallan en su 
práctica las satisfacciones mát gralas, pues pagan largas tempo- 
radas a las orillas del mar gy/de los ríos que por la abundancia de 
peces constituyen A privilegiados para este deporte. 
L aproximarse la época estival, 
quien más, quien menos, se dis- 
pone a pasar una temporada de 
descanso en el lugar que más 
le atrae por la belleza de sus paisajes 
o por el deseo que lleva de practicar el 
deporte de su predilección. Do 
Naturalmente que nuestro país briné 
da lugares maravillosos, que nada ti 
nen que envidiar a los de otros paiges. 
Desde hace tiempo la Argentina ye ha 
abierto al turismo mundial. Sus Fo 
míficos balnearios atraen anualmente 
millares y millares de veraneanges. 
Así también, en nuestro país el de- 
porte de la pesca se ha arraigado consi- 
derablemente. Ya no son unog cuantos 
pescadores curvados sobre ]9% márge- 
nes verdegueantes de los TÍog, esperan- 
do que el pez pique, en uy alarde de 
paciencia rayana en el éstasis. Hoy 
son multitudes los aficion filos que en 
la época propicia del verayó abandonan 
las urbes rebosantes de £ente para ir 
: refugiarse, quizá, en algún villorrio 
tesconocido, pero atravesado por algún 
/rso de agua que ofrece admirable: 
y ricos ejemplares de peces... Endia: 
»ados dorados, que luchan valiente: 
sente por sus vidas, oponiendo una 
esistencia digna del mejor de los lu- 
hadores, hasta llegar a zafarse, a ve- 
es, del taimado anzuelo que los ha ca 
ado. Colosales ejemplares de salmones, 
¡ue pasean sus inquietos cuerpos sal- 
ando, caprichosa y juguetonamente, 
.n los saltos de agua. Pacús, zumbio, 
ruchas, congrios, brótolas, lisas, cor- 
rinas negras y muchos otros hay en 
nuestra costa atlántica y en nuestros 
ríos, que, como una red caprichosa, se 
axtienden por todo el territorio de la 
República. 
Las emociones que depara la pesca 
Je la trucha y el salmón, por ejemplo, 
son tales, que desde lejanos países 
vienen todos los años aficionados ingle- 
ses y yanquis para intentar su captu 
ra, salvando millares de kilómetros, 
ara luego iniciar desde aquí otro pro- 
ongado viaje a través de variadas re- 
ziones bordeadas de bosques, ríos, la- 
ros, ventisqueros, torrentes, etr. 
MAR DEL PLATA, PARAISO DE LOS 
PESCADORES 
La espaciosa faja costanera de Mar 
del Plata, con sus playas de arena es- 
maltada y ese aire cargado de yodo y 
salitre que quema el rostro del pesca- 
dor, dándole un matiz broncíneo, atrae 
poderosamente a millares de aficionados 
a la pesca, 
Entre los sitios recomendables para 
tender la líneas — y son muchos los 
que hay en Mar del Plata — se pue- 
den citar aquellos que la costumbre ha 
popularizado y que son conocidos aun 
por los más refractarios a la pesca. 
Veámoslos por orden. 
Escollera Norte. — Al lado del Club 
de Pesca se encuentra la escollera Nor- 
te, lugar de fácil acceso, donde el afi- 
cionado puede obtener carnada fresca 
y datos útiles. En verano abundan cor: 
vinas en general, rayas, congrios, bró- 
tolas, pescadillas, palometas, pejerre 
yes, etc. 
Escollera Sud. —- Nadie podría fra- 
casar en sus intentos pescaderiles en 
la escollera Sud, pues la abundancia 
de especies sale allí de lo común. Tal 
cosa se explica perfectamente porque 
los cardúmenes que arriban desde el 
Sud, orillando la costa, se dan de to- 
petazos con esta escollera, y para salir 
necesitan bordearla, circunstancia que 
es aprovechada para pescar en abun- 
Una escena en Tra- 
fl: el salmón, asido 
fuertemente de la 
col ua desespe: 
radamente por recu- 
perar Xu libertad. No 
lo logrará, sin em- 
bargo, a juzgar por 
la decisión con que 
su pictimadio lo saca 
Juera del agua. 
lancia. Lo que más generalmente se 
»btiene allí son corvinas de enorme 
eso, pejerreyes, escardonez, congrios. 
rótolas y las piezas denominadas de 
'ondo. 
Además de los sitios nombrados, te 
1emos en Mar del Plata a Punty Can- 
era, situado a un kilómetro deNfaro 
le Punta Mogotes, Caracterízase dicho 
tio por lo común que es la pesca Ye 
lamado pejerrey panzón, encontrándy 
e también corvinas de relativo peso, 
0 único malo que tiene es que no hay 
Jataforma o barranca desde donde 
»xescar cómodamente. Para obviar estc 
vay que situarse en las piedras abrup: 
as, que forman un bloque irregular 
Playa Chica. — lugar muy visitado 
vor los pescadores, posee dos piatafor: 
nas muy apropiadas para el caso; una 
'ercana a la playita, y la otra ubica- 
la a .mitad del camino entre Playa 
Shica y Cabo Corrientes, Abundan allí 
as corvinas megras y especies co- 
nunes. 
Además de los lugares citados vale 
la pena mencionar el Club de Pesca 
Je Mar del Plata, que posee un mue- 
le propio, provisto de todas las como- 
lidades. Sitio seguro, verdadero refu- 
sio abrigado del viento, es excelente 
ara practicar el silencioso deporte. 
Xayas, corvinas, pescadillas, brótolas, 
»urriquetas, representan las especies 
nás generalizadas, amén de la pesca 
nayor, como ser la del tiburón, que 
1ace su aparición desde septiembre £ 
1oviembre, época en que arriba para 
lepositar sus crías. 
OTRO SITIO DE PESCA VERANIEGA: 
MAR CHIQUITA 
Desde luego, Mar del Plata consti 
uye un maravilloso sitio para toda 
lase de pesca, pero en las proximida- 
les se encuentra Mar Chiquita, que 
se halla en comunicación con el mar. 
loy día se ha consagrado como un pa- 
-aje de excepción para la pesca. Gran 
'iversidad de especies marítimas pc 
¡etran en la laguna, donde no tardan 
n adaptarse, como consecuencia, sin 
luda, de la semejanza de sus aguas con 
as del mar. . 
Entre los peces que hay allí enu- 
neraremos, por su importancia, la cor- 
rina negra, fácilmente capturable con 
angrejos vivos, que constituyen, para 
:sta especie, Un verdadero manjar, 
igreguemos rayas de variadas propor. 
dones, burriquetas, corvinas, anchoas, 
isas, ete., que andan en cardúmenes 
7 que son muy conocidas por los pin: 
orescos saltos que pegan por encims 
le la superficie. 
LA PESCA DE SALMONICOS EN 
EL TRAFUL 
A decir verdad, los ríos cristalinos 
le la Patagonia contienen muy ricos 
:jemplares de salmón y trucha sal- 
monada. - 
La pesca del salmón, especialmente 
?s uno de los espectáculos. más nota 
es que presenta la cuenca lacustre 
delos lagos del Nahuel Huapí. 
estas zonas, de una consideraDle 
mportancia, se llega hoy día muy có- 
nodamente. La naturaleza se ostenta 
1llí majestuosa, exhibiendo soberbios 
pasajes de una variedad raramentt 
ujuriosaN que no hacen más que mag- 
uificar la Nintrincada red de lagos, a 
sual más abundante en peces. Por 
:| valor de sus aguas, los lagos de esa 
zona son los Namados a encaminar le- 
riones y legiones de devotos de la caña. 
No hay, es verdad, peces autóctonos, 
vero sí bagres y hejerreyes en el lago 
Perito Moreno. Sin embargo, el máxi- 
no atractivo para los turistas que van 
allí desde lejanas tie son los sal- 
nones, que habitan agyas claras y pe- 
gan saltos cuando la naturaleza de los 
(Continúa en la páxina 45
	        
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