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En el verano, sobre todo, los aficionados a la pesca hallan en su
práctica las satisfacciones mát gralas, pues pagan largas tempo-
radas a las orillas del mar gy/de los ríos que por la abundancia de
peces constituyen A privilegiados para este deporte.
L aproximarse la época estival,
quien más, quien menos, se dis-
pone a pasar una temporada de
descanso en el lugar que más
le atrae por la belleza de sus paisajes
o por el deseo que lleva de practicar el
deporte de su predilección. Do
Naturalmente que nuestro país briné
da lugares maravillosos, que nada ti
nen que envidiar a los de otros paiges.
Desde hace tiempo la Argentina ye ha
abierto al turismo mundial. Sus Fo
míficos balnearios atraen anualmente
millares y millares de veraneanges.
Así también, en nuestro país el de-
porte de la pesca se ha arraigado consi-
derablemente. Ya no son unog cuantos
pescadores curvados sobre ]9% márge-
nes verdegueantes de los TÍog, esperan-
do que el pez pique, en uy alarde de
paciencia rayana en el éstasis. Hoy
son multitudes los aficion filos que en
la época propicia del verayó abandonan
las urbes rebosantes de £ente para ir
: refugiarse, quizá, en algún villorrio
tesconocido, pero atravesado por algún
/rso de agua que ofrece admirable:
y ricos ejemplares de peces... Endia:
»ados dorados, que luchan valiente:
sente por sus vidas, oponiendo una
esistencia digna del mejor de los lu-
hadores, hasta llegar a zafarse, a ve-
es, del taimado anzuelo que los ha ca
ado. Colosales ejemplares de salmones,
¡ue pasean sus inquietos cuerpos sal-
ando, caprichosa y juguetonamente,
.n los saltos de agua. Pacús, zumbio,
ruchas, congrios, brótolas, lisas, cor-
rinas negras y muchos otros hay en
nuestra costa atlántica y en nuestros
ríos, que, como una red caprichosa, se
axtienden por todo el territorio de la
República.
Las emociones que depara la pesca
Je la trucha y el salmón, por ejemplo,
son tales, que desde lejanos países
vienen todos los años aficionados ingle-
ses y yanquis para intentar su captu
ra, salvando millares de kilómetros,
ara luego iniciar desde aquí otro pro-
ongado viaje a través de variadas re-
ziones bordeadas de bosques, ríos, la-
ros, ventisqueros, torrentes, etr.
MAR DEL PLATA, PARAISO DE LOS
PESCADORES
La espaciosa faja costanera de Mar
del Plata, con sus playas de arena es-
maltada y ese aire cargado de yodo y
salitre que quema el rostro del pesca-
dor, dándole un matiz broncíneo, atrae
poderosamente a millares de aficionados
a la pesca,
Entre los sitios recomendables para
tender la líneas — y son muchos los
que hay en Mar del Plata — se pue-
den citar aquellos que la costumbre ha
popularizado y que son conocidos aun
por los más refractarios a la pesca.
Veámoslos por orden.
Escollera Norte. — Al lado del Club
de Pesca se encuentra la escollera Nor-
te, lugar de fácil acceso, donde el afi-
cionado puede obtener carnada fresca
y datos útiles. En verano abundan cor:
vinas en general, rayas, congrios, bró-
tolas, pescadillas, palometas, pejerre
yes, etc.
Escollera Sud. —- Nadie podría fra-
casar en sus intentos pescaderiles en
la escollera Sud, pues la abundancia
de especies sale allí de lo común. Tal
cosa se explica perfectamente porque
los cardúmenes que arriban desde el
Sud, orillando la costa, se dan de to-
petazos con esta escollera, y para salir
necesitan bordearla, circunstancia que
es aprovechada para pescar en abun-
Una escena en Tra-
fl: el salmón, asido
fuertemente de la
col ua desespe:
radamente por recu-
perar Xu libertad. No
lo logrará, sin em-
bargo, a juzgar por
la decisión con que
su pictimadio lo saca
Juera del agua.
lancia. Lo que más generalmente se
»btiene allí son corvinas de enorme
eso, pejerreyes, escardonez, congrios.
rótolas y las piezas denominadas de
'ondo.
Además de los sitios nombrados, te
1emos en Mar del Plata a Punty Can-
era, situado a un kilómetro deNfaro
le Punta Mogotes, Caracterízase dicho
tio por lo común que es la pesca Ye
lamado pejerrey panzón, encontrándy
e también corvinas de relativo peso,
0 único malo que tiene es que no hay
Jataforma o barranca desde donde
»xescar cómodamente. Para obviar estc
vay que situarse en las piedras abrup:
as, que forman un bloque irregular
Playa Chica. — lugar muy visitado
vor los pescadores, posee dos piatafor:
nas muy apropiadas para el caso; una
'ercana a la playita, y la otra ubica-
la a .mitad del camino entre Playa
Shica y Cabo Corrientes, Abundan allí
as corvinas megras y especies co-
nunes.
Además de los lugares citados vale
la pena mencionar el Club de Pesca
Je Mar del Plata, que posee un mue-
le propio, provisto de todas las como-
lidades. Sitio seguro, verdadero refu-
sio abrigado del viento, es excelente
ara practicar el silencioso deporte.
Xayas, corvinas, pescadillas, brótolas,
»urriquetas, representan las especies
nás generalizadas, amén de la pesca
nayor, como ser la del tiburón, que
1ace su aparición desde septiembre £
1oviembre, época en que arriba para
lepositar sus crías.
OTRO SITIO DE PESCA VERANIEGA:
MAR CHIQUITA
Desde luego, Mar del Plata consti
uye un maravilloso sitio para toda
lase de pesca, pero en las proximida-
les se encuentra Mar Chiquita, que
se halla en comunicación con el mar.
loy día se ha consagrado como un pa-
-aje de excepción para la pesca. Gran
'iversidad de especies marítimas pc
¡etran en la laguna, donde no tardan
n adaptarse, como consecuencia, sin
luda, de la semejanza de sus aguas con
as del mar. .
Entre los peces que hay allí enu-
neraremos, por su importancia, la cor-
rina negra, fácilmente capturable con
angrejos vivos, que constituyen, para
:sta especie, Un verdadero manjar,
igreguemos rayas de variadas propor.
dones, burriquetas, corvinas, anchoas,
isas, ete., que andan en cardúmenes
7 que son muy conocidas por los pin:
orescos saltos que pegan por encims
le la superficie.
LA PESCA DE SALMONICOS EN
EL TRAFUL
A decir verdad, los ríos cristalinos
le la Patagonia contienen muy ricos
:jemplares de salmón y trucha sal-
monada. -
La pesca del salmón, especialmente
?s uno de los espectáculos. más nota
es que presenta la cuenca lacustre
delos lagos del Nahuel Huapí.
estas zonas, de una consideraDle
mportancia, se llega hoy día muy có-
nodamente. La naturaleza se ostenta
1llí majestuosa, exhibiendo soberbios
pasajes de una variedad raramentt
ujuriosaN que no hacen más que mag-
uificar la Nintrincada red de lagos, a
sual más abundante en peces. Por
:| valor de sus aguas, los lagos de esa
zona son los Namados a encaminar le-
riones y legiones de devotos de la caña.
No hay, es verdad, peces autóctonos,
vero sí bagres y hejerreyes en el lago
Perito Moreno. Sin embargo, el máxi-
no atractivo para los turistas que van
allí desde lejanas tie son los sal-
nones, que habitan agyas claras y pe-
gan saltos cuando la naturaleza de los
(Continúa en la páxina 45