Full text: 27.1937,1.Dez.=Nr. 1402 (1937140200)

19 de Diciembre de 1937 
¿A quién condena usted? 
(Continuación de la página 5) — 
das sus tareas, se dirigió ese sábado a 
mediodía a Muswell Park Road, barrio 
donde viviera anteriormente, con el fin 
de visitar al matrimonio Caton, per- 
sonas de su amistad, a quienes enteró 
de su resolución de separarse de su 
esposa, Les solicitó lo admitieran en 
calidad de - pensionista, propuesta que 
fué aceptada por los Caton. Lilian fué 
A casa de su hermana, la señora de 
Ellis, domiciliada en Hampton Wick, 
contándole que había abandonado a su 
esposo por su mala conducta. Como le 
yreguntara por los niños, le contestó 
que los había acostado y que su marido 
xmidaría de ellos. 
EL DRAMA DE LOS NIÑOS 
ABANDONADOS 
Así, pues, quedaron solas esas dos 
yobres criaturas. Al día siguiente, una 
vecina que pasó frente a la casa, al oír 
an gemido infantil, se detuvo y llamó a 
¡a puerta, Inmediatamente cesó el llan- 
to, por lo que, sin atribuirle importan- 
cia, siguió su camino. Fué ésta la úl- 
tima persona que percibiera síntomas 
de vida en la casa de la avenida Cran- 
"ord. 
La habitación donde se hallaban, que 
astaba herméticamente cerrada, sólo te- 
nía una ventana y una puerta. El-pica- 
porte de ésta distaba un metro y vein- 
tidós centímetros del suelo, y Ronald, 
| mayor de los dos, alcanzaba con el 
bracito extendido escasamente a un me- 
tro con diez centímetros de altura. No 
había allí un solo objeto sobre el que 
pudiera encaramarse para llegar al pi- 
zaporte, 
Si esas cuatro paredes, testigos in- 
mutables de este angustioso drama, pu- 
dieran referirnos las crueles horas pa- 
sadas por estas tiernas almitas, nos 
pintarían uno de los cuadros más des- 
garradores que la imaginación humana 
puede concebir, Un dúo de llantos, im- 
perioso en su comienzo, transformán- 
dose en sostenido gemir, que más que 
un llorar pareciera un lamento, “¡Ma- 
má..., mamita!... Mamáaaa..., ma- 
mitaaa...”, mil veces repetido en vano. 
El hambre, la sed y el frío hostigando 
cada vez más sus cuerpecitos. Y tras 
1 día interminable, un terror más ace- 
chando a los desventurados: la noche 
con su obscuridad insondable va colán- 
dose a través de la ventana dando rea- 
lidad a fantasmas y duendes. El ham- 
dre y la sed no cejan en su acicate. 
Otro amanecer..., otra aterradora 
1oche, y así angustiosamente van trans- 
surriendo los días. 
Domingo 14 de marzo, Ocho días han 
pasado; más de 190 horas sin ingerir 
alimento alguno. ¡Ni tan siquiera 
agua! 
Un cuadro impresionante. Sus cuer- 
pecitos, exánimes ya, presentan huellas 
ineguívocas de consunción: profundas 
ojeras resaltan en la palidez cadavéri- 
ca de sus caritas. La muerte implaca- 
ble cumplía su macabra misión. 
ANTE LA TRAGEDIA 
Después de doce días de ausencia, 
Percy Davis, al regresar, encontró la 
casa en tinieblas. Sus pasos lo llevaron 
de inmediato al cuarto de sus hijos, y 
al pretender abrir la puerta notó en 
ésta una ligera resistencia, a la vez 
que llegaba hasta él un vaho malolien- 
te. Empujó con firmeza y entró. En 
seguida hizo funcionar la llave de la 
luz, y ante sus ojos horrorizados se 
presentó un cuadro espantoso. A sus 
pies yacía el cadáver de Ronald John, 
3u hijo mayor, y más allá, tirada de- 
bajo de su camita, se hallaba, también 
sin vida, el cuerpo de la pequeña Ken- 
1eth. Poco después se hacía presente 
mn el lugar de la tragedia la madre de 
os niños. Al comprender la magnitud 
le su desgracia se arrojó, enloquecida, 
¡obre los cadáveres de esos dos inocen- 
es, fruto de sus entrañas, Una escena 
ndescriptible de desesperación mater- 
1al. Tras prolongado llanto, sus ojos 
:nrojecidos encontraron los de su ma- 
ido. Sin palabras, ambos se recrimi- 
1aron mutuamente, 
SE INICIA EL PROCESO 
COMO QUISIERAN PASAR 
SUS VACACIONES 
EL MAL PADRE 
Los prejuicios de nuestra sociedad 
culpan siempre, en un caso como el que 
nos ocupa, preferentemente y con bru- 
tal ensañamiento a la madre; pero si 
xien es cierto que ella está más ínti- 
namente ligada a la vida de sus hi- 
'0S5, no por eso el padre puede eludir 
as responsabilidades y faltar al res- 
xeto que debe merecerle su hogar. Mu- 
:hos, como Percy Davis, creen haber 
:umplido con sus obligaciones de padre 
y marido por el solo hecho de proveer 
a las necesidades pecuniarias de su ca- 
sa. Y no hay tal: un padre consciente 
de su deber sabe perfectamente que son 
muchas más sus responsabilidades. 
Percy Davis debió olvidar, estos pre- 
:eptos. Era, puede decirse, un extraño 
ntre los suyos; faltaba con gran asi- 
luidad, y los sagrados momentos de 
fectuosa comunión hogareña lo halla- 
an entregado a perniciosas aventuras. 
“ltimamente su reprochable conducta 
abía sobrepasado los límites de lo to- 
rable. Se exhibía sin recato alguno 
on una mujer domiciliada en Kings- 
2n, en cuya compañía bebía desorbi- 
adamente, regresando a su casa, cuan- 
o lo hacía, en lamentable estado de 
briedad, Y el 6 de marzo, haciendo ca- 
o omiso, una vez más, de la amenaza 
'e Lilian, se entregaba a una nueva 
rgía que había de prolongarse por 
más de diez días, En ese transcurso 
.erecian sus hijos. 
T . " 
y 
1 
Indudablemente, estamos ante un ca- 
'0 excepcional que ha de sentar juris- 
xrudencia sobre la materia en los tri. 
vunales ingleses. Se inició el proceso 
inte.los magistrados de Feltham, quie. 
1es en su sentencia declararon que exis. 
ía negligencia voluntaria y homicidio 
nvoluntario por parte de los padres 
te las víctimas, Escapando a la juris- 
licción de los tribunales ordinarios, la 
vista de la causa fué trasladada para 
su prosecución a la corte criminal cen- 
ral, donde se debate actualmente. 
Los jueces no se han expedido aún, 
ixiste, evidentemente, el crimen; pero 
10 se puede llegar a definir en forma 
"ategórica la culpabilidad de uno de los 
posos o de los dos, cuyos abogados 
eclaman para sus defendidos que sean 
onsiderados “no culpables”. 
AO a 
—.A 
ina esposa pone por encima de todo 
a felicidad de su hogar y la dicha de 
sus hijos, Lilian Davis, después de casi 
inco años de matrimonio, veía cerca- 
10 el derrumbe de esta felicidad, y en 
-efensa de ella, no habría de reparar 
'n medios, Las frecuentes ausencias de 
u marido, las humillaciones a que la 
ometía, su trato rudo y la certeza que 
+ra mujer ocupaba su lugar en el afec. 
0 de Percy, la hicieron llegar a la con- 
Jusión de que un escarmiento era ne- 
esario. En repetidas oportunidades ella 
1abía formulado amenazas de abando. 
10 que jamás cumpliera; pero en esta 
casión debía ponerlas en práctica, Lo 
xigía así, no ya su propio bienestar, 
ino el incierto futuro de sus hijos. 
Al irse ella, imaginó que su esposo 
egresaría aquella noche y que la obli- 
ración de cuidar personalmente de los 
tuiños lo haría recapacitar sobre su in- 
orrecta conducta, haciéndole ver el 
riste porvenir que aguardaría a sus 
ijos, privados del cariño materno, Per- 
y, tocado en sus más íntimos senti- 
aientos, reaccionaría favorablemente, 
'econociendo lo injusto que hasta en- 
onces había sido para con ella; arre- 
entido, la buscaría, y ambos recons- 
vuirían ese hogar para siempre. 
La fatalidad no quiso que así fuera, 
-onvirtiendo la bella quimera de Lilian 
an un eterno remordimiento, 
UN ETERNO REMORDIMIENTO 
Sintámonos por un momento poseedo- 
0res de la autoridad necesaria para 
uzgar el caso, y apartándonos de las 
strictas fórmulas judiciales, enfrente- 
mos el drama desde un punto de vista 
nás humano, y 
Ella, la madre, la esposa, sobre quien 
1 Supremo Hacedor ha dictado ya, an. 
es que nadie, la sentencia que conver- 
irá el resto de su vida en un infierno 
ntolerable, aparece 2 primera vista 
nte los ojos del mundo, como la res- 
onsable de lo sucedido. Sin pretender 
ustificar su conducta, consideremos las 
ireunstancias que la impulsaron a ha- 
'er abandono de su casa. 
Es una verdad incontrovertible aque 
¿A QUIEN CONDENAR? 
Ya hemos dicho que la justicia di- 
ina se ha expedido; tanto ella como él 
'evarán hasta la muerte, como un mar- 
irio incesante, el recuerdo del espan- 
oso fin de esos dos seres queridos. 
Toca ahora a la justicia terrena dic- 
ar la sentencia de este crimen. Los ma. 
sistrados de Inglaterra, y extraoficial- 
nente, los del mundo entero, se hallan 
.bocados a un problema de difícil so- 
ución. Mientras los jueces invocan a la 
liosa de los ojos vendados en busca 
je un fallo ecuánime, nosotros pregun- 
amos: ¿A quién condena usted? 
LOS NIÑOS 
EPOCA Ul 
- EEN ESTA 
70 TONICO 
bi 
Si sus niños son pálidos, flacos, propensos a enfer- 
marse o experimentan un visible retardo en su creci- 
miento y estudio, esta es la época indicada para toni- 
ficar su organismo, 
Un breve tratamiento con la BIOFORINA LIQUIDA 
DE - RUXELL los fortifica de un modo extraordinario, 
enriquece su sangre y entona el sistema nervioso, de- 
volviéndoles el apetito, los colores, la alegría y bienestar 
de la perfecta salud. 
La BIOFORINA LIQUIDA DE RUXELL es el tó- 
nico ideal en todas las edades por su agradable gusto, 
sus prontos efectos y su notable fórmula exenta de dro- 
gas peligrosas. 
La Bioforina Líquida de Ruxell es agradable a todos los 
paladares y los niños la toman con mucho placer. Una 
cucharada o copita antes de cada contida aumenta el 
anetita yv duntlira el valar del alimenta. 
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