Full text: 27.1937,15.Dez.=Nr. 1404 (1937140400)

UZ! 
Esta es una de las órdenes 
que más se escuchan en un es- 
tudio filmador. Una sola pala- 
bra que marca la verdadera diferen- 
cia que hay entre una mujer pintada 
y la encantadora criatara que proyecta 
sobre la pantaila. : 
A menudo los cosméticos hacen ma- 
ravillas, En las tareas cinematográ- 
ficas, sin embargo, están directamen- 
te asociados con la luz y ambos son in- 
dispensables para lograr una buena 
realización, Los que han seguido cur- 
sos enel arte dramático y aspiran con- 
vortirse en ídolos de la sala obscura, 
sfren más de una desilusión cuando 
llegan a las clases de maquillaje y 
"uces. 
Ante todo, quien aspira a triunfar 
en la pantalla aprende que ninguna 
mujer puede esperar jamás tener exac- 
tamente la apariencia física de una 
actriz cinematográfica. Podrá comprar 
todas las clases de rouge, polvo y cos- 
méticos que desee, pero no se parecerá 
en lo más mínimo a su estrella favo- 
rita en la realidad del celuloide, Ante 
todo, no puede andar por la calle ro- 
deada de un ejército de electricistas 
que cuidan que tal o cual rayo de luz 
ilumine a tal ánguio su rostro y su 
silueta. Además, ¿cómo exhibirse en 
público con la clase de maquillaje que 
usa la gente de cine? 
Ese cutis suave y encantador que 
las estrellas lucen en la pantalla, tiene 
por base una pintira grasienta, reia- 
tivamente obscura, que elimina toda 
imperfección de la piel. Sobre esta 
capa se coloca otra de rouge, Finai- 
mente, se efectúa la aplicación del po:- 
vo, que viene a ser una especie de al- 
fombra sobre un piso recién encerado. 
Después de esto, la estrella penetra 
en el set y se sienta o permanece de 
pie de acuerdo a las instrucciones del 
director. Pero recién cuando se da la 
voz de orden. — ¡luz! -— la estrella 
se convierte en esa figura que los. pri- 
blicos admiran. 
Edward Senz, que tiene a su cargo 
el departamento de maquillaje y dirige 
la correcta iluminación en la Para- 
mount, va poco a poco enseñando a los 
aspirantes los secretos de belleza en la 
pantalla, Comenzó su labor hace diez 
y siete años, junto con De Mille y mu- 
chas de las más prominentes figura: 
actuales, , 
Senz admite que la mayoría de las 
estrellas en formación podrían pasar 
inadvertidas entre la multitud. Por su- 
puesto, él habla desde el punto de vista 
físico únicamente, sin incluir en su 
apreciación la verdadera base para la 
Freta Garbo, a. pesar de 
oda su jotogenia, tiene 
nuince años más cuando 
2 jotógrafo descuida el 
letalle de la luz, como 
nuede arreciarse arriba. 
:onsagración estelar: es dee; tr 
ersonalidad, encanto y ? “en” 
sin estas cualidades indisf 
adustria filmadora no ten*- 
nterés en embellecer una 
— ¿Qué hacer con una aspirante de 
ran talento, pero con un rostro vul 
ar o corriente? — se le preguntó e 
'enz. 
— ¿Qué quiere usted decir con eso 
le vulgar o corriente? — interrogó él 
:.SU Vez. 
— Supongamos que la joven tiene el 
nentón hundido, la nariz imperfecta y 
as orejas grandes; es pecosa y con el 
abello ralo. Hasta tiene feos dientes. 
'ero es dueña de un gran talento 
Podría hacerla usted suficientemen- 
e atractiva como para inspirar cartas 
imirativas al público? - 
— ¡Hum! — gruñó el técnico, — La 
escripción que han hecho no es muy 
lJentadora, .Pero, por más que los gor: 
rrenda, estoy en condiciones de ase 
rurar que sí. . o 
"He aquí cómo operaría sobre esta 
oven imaginaria: N — 
"1. — El mentón hundido. Podría 
er “echado hacia adelante” con un 
»einado plano, obscureciendo la frente 
on grasa y concentrando una lámpara 
ue despida un rayo intenso sobre el 
nentón, 
”2, — La nariz gruesa, Trazar una 
nea de cosmético obscuro bajo la cur 
'atura de la nariz y espesar el labio 
nperior con rouge, 
”3. — Las pecas. La primera capa de 
intura grasienta las oculta. 
”4. — El cabello disperso y las ore- 
as grandes. Una peluca resolverií: 
Imbos problemas y no parecería arti- 
ficial, porque no existe ninguna línea 
de demarcación entre-la peluca y la lí- 
nea natural de los cabellos. 
”5. — Los malos dientes. Enviarla a 
un dentista. Pedirle que haga un molde 
de sus dientes y sacar de ahí una s: 
rie de estuches de celuloide, Estos es: 
tuches pueden ser colocados sobre lo: 
dientes cada vez que tiene que apare- 
“er ante la cámara.” 
Tales procedimientos, sin embargo, 
son poco comunes, según Senz, ya que 
la mayoría de las estrellas poseen su- 
ficiente belleza natural y perfección de 
líneas, para simplificar considerable. 
mente el problema de las luces y el 
maquillaje, 
— — Es un motivo de sorpresa para 
mí —- expresa Mr. Senz — comprobar 
la poca importancia que las mujeres 
dan a los efectos de luz, cuando ésto: 
pueden tener más valor aún que el 
arreglo del rostro, ——-. . 
-Muchas mujeres que trabajan mo 
pueden, naturalmente, controlar la luz 
durante las horas del día, aunque po: 
drían solicitar a sus jefes en «muchos 
Casi imposible de recono- 
ter es esta Mary Carlisle 
de sombrero, jotograjiada 
en plena luz por un ajicio- 
nado. Abajo, su rostro er 
la pantalla. 
MUNDO ARGENTINO 
:asos, que reemplacen las lámparas po- 
entes que dañan sus ojos con luz in- 
lirecta más suave y más favorable 
vara las facciones y la vista, Pero 
pueden remediar este inconveniente en 
Jus: hogares o pueden abstenerse de 
»oncurrir a restaurantes y salas de es: 
arcimiento, . 
Toda mujer debiera arreglar su ma- 
ruillaje bajo una luz similar a la que 
1abrá en el club o en el salón donde 
»xensa pasar la noche. Se comprende 
ue los efectos de luz deben ir acompa- 
lados por un correcto maquillaje para 
urtir buenos efectos. Los especialistas 
mn los estudios afirman que lo primero 
jue se debe considerar al proyectar 
1na nueva apariencia física, es la for- 
na del rostro. 
Para la cara cuadrada el maquillaje 
lebe ser suave y habrá que seleccio- 
nar dos tonos de polvo: El más claro 
para la frente, mejillas, nariz y men- 
tón, mientras que el más obscura se 
(Continúa en la página 71: 
—Puedo convertir 
cualquier . mujer ' nor- 
mal en una belleza de 
la pantalla: — afirma 
un célebre técnico, 
Por SOFIA CASTELLI
	        
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