MUNDO ARGENTINO
Jescubrió la enorme riqueza arqueoló:
gica de esta antigua colina. El mate-
rial empleado en las viviendas era ba-
tro generalmente, y cuando una de es-
tas ciudades era conquistada o destruí-
da por los enemigos o abandonada por
sualquiera otra razón, se iba reducien
do hasta convertirse en ruinas. Perc
luego llegaba hasta allí otra raza, y
sobre los escombros de la antigua
echaban los cimientos de una nueva
edificación. La parte de la colina era
ocupada, por lo general, por lo más
representativo del pueblo, personajes
eales, religiosos u oficiales, mientras
ue las viviendas de las personas co.
— sidc descubierto debajo de 22 ciudades
OS trabajos del hombre primiti-
vo y la historia de su vida en
4 la Mesopotamia, la cuna de la
- humanidad, han sido definiti-
vamente localizados después de trans-
surridos ocho mil años — manifiesta
al doctor E. A. Speiser, de la Universi-
dad de Pensilvania.
-A menudo, en los últimos diez años,
1 mundo se ha sorprendido ante
los descubrimientos arqueológicos del
doctor Speiser en Tepe Gawra, una
sran colina situada a diez millas apro-
rimadamente de la moderna ciudad de
Mosul. Ciudad sobre ciudad,
construída una sobre las rui-
1as de la otra, constituyen-
do un total de 22 poblacio-
nes, precedieron el hallazgo
de la más antigua, que data
desde 6.000 años antes de
Cristo.
El doctor Speiser posee,
pues, autoridad suficiente
como para afirmar que hace
8.000 años una raza prehis-
tórica abandonó las prade-
ras de la Mesopotamia para
establecer” su, vivienda en
una colina, Allí se construyó :
la primera ciudad, y durante 4.600
años fueron levantándose, a intervalos,
numerosas poblaciones, siempre sobre
las ruinas de la ciudad anterior, Esto,
naturalmente, fué determinando una
considerable elevación de la colina, al
mismo tiempo que una disminución en
su área, pues ésta se iba reduciendo
gradualmente a medida que aumenta-
ba su altura.
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LA HISTORIA HUMANA EN EL
BARRO
Finalmente, en el siglo IV antes de
risto, una raza a la cual los etnólo-
:0s llaman Hurriana, construyó la úl-
ima y vigésimasegunda ciudad, sobre
n área de terreno reducida ya a unos
0 metros de diámetro. Cuando la ciu-
ad Hurriana desapareció, nadie inten-
ó edificar una nueva sobre la cima;
10 contaban con espacio para ello y,
or consiguiente, la población de los
urrianos fué la que vino a com-
En las cercanías de donde la leyenda
ubica al jardín edénico, acaba de des-
eubrirse una población que data desde
unos 6.000 años antes de Jesucristo y
sobre la cual se han construído nada
“menos que 22 ciudades.
letar con carácter definitivo la ex-
raña serie.
En el año 1927, después de haber
onsagrado diez años de tarea consecu-
iva a la excavación de ciudades, estu-
iando y removiendo cuidadosamente
ada una' de ellas. el doctor Sneiser
El juguete más antiguo que se conoce
8 este carrito con su caballo hecho en
erracota, descubierto en Tepe Gaura, y
que debió ser un regalo principesco hace
miles de años
munes se extendían en las praderas de
los alrededores.
JNA VIEJA CULTURA IGNORADA
La ciudad número 8, fundada apro.
<imadamente 3.700 años antes de
Cristo, estaba planeada en un estilo
similar al que impera en la actualidad
y con un criterio de civilización que
as siguientes no poseían. Sin embar-
zo, las excavaciones practicadas en la
:iudad número 12 pusieron en eviden-
+
.
cia repentinamente los restos de una
asombrosa cultura. e
Esta ciudad databa de 4.300 años
antes de Cristo, y su importancia ar-
queológica podía compararse a los des-
cubrimientos practicados en las tum.
bas reales de Ur, donde nació el pa-
triarca Abrahán.
— Nuestras expediciones anteriores
-— manifestó el doctor Speiser en esta
ocasión — nos demostraron la existen-
cia de doce antiquísimas ciudades, a
través de las cuales nos fué posible
comprobar los distintos períodos histó-
ricos, incluyendo el comienzo de la es-
:ritura y la metalurgia. A medida que
avanzábamos en nuestras excavacio-
nes, la esperanza de encontrar restos
le cultura primitiva iba decreciendo
:n nosotros. Pero, para sorpresa nues-
Tra, a la altura de la décimotercera
indad, comenzamos a descubrir, ladri-
lo por ladrillo, una acrópolis esplén-
lidamente planeada, consistente en
:res templos, verdaderas obras de ar-
:e arquitectónicas. Estaban pintados
le rojo en su interior, enyesados en su
arte exterior, y sus paredes se subd--
ridían por medio de pilastras y cc-
amnas, tales como podía esperarse n-
lar en edificaciones de la Edad Me.
lia, pero casi imposibles de imagmar
n. construcciones levantadas en ina
poca cuando la civilización se encon.
raba en sus comienzos. Señala tam.
ién el doctor Speiser la cultura ma.
(Continúa en la página 71)