Full text: 28.1938,16.Feb.=Nr. 1413 (1938141300)

TIENE 
N- su departamento de la calle 
" Corrientes .nos.. recibe -don.. An- 
¿ tonio Podestá, con quien había- 
, “mos concertado una entrevista, 
a fin de trazar, con la síntesis que exi- 
yen estas notas, una reseña que -resuma 
la larga trayectoria cumplida por este 
veterano de la escena nacional. Ente- 
rada de nuestro propósito la actriz 
Lea Conti, esposa del artista, nos ayu- 
da en la tarea con estas palabras: . 
— Hablen, hablen ustedes. Hasta 
ahora casi siempre nos han reporteado 
juntos. Pero el hecho de que seamos 
matrimonio no quiere decir que tenga- 
mos que salir también siempre juntos 
en los periódicos y revistas. Además, 
que cada uno debe tener su personali- 
dad. El tiene la suya y yo tengo la mía. 
— Desde luego — explicamos. — Lo 
que nos proponíamos hoy era evocar 
en primer término los tiempos lejanos 
en que su esposo se inició en el teatro. 
— ¡Ah! Si se trata de evocar tiem- 
pos lejanos ha hecho usted bien en di- 
rigirse a él. Mi marido está mucho más 
lejano en el tiempo que yo. Con decirle 
que cuando él ya había cumplido la 
edad de hacer el servicio militar yo to- 
davía no sabía decir papá y mamá... 
" — Es cierto, afirma, no sin cierto 
orgullo, don Antonio, No sé si soy el 
más viejo de los actores nacionales, 
pero sí que soy el más antiguo en el 
teatro. Yo soy el decano de los actores 
argentinos, y quizá lo sea también de 
"odos los actores del mundo... 
— Pues ¿cuántos años lleva usted en 
el teatro? — inquirimos. — 
— ¡Sesenta y cinco! Ni uno más ni 
uno menos. 
— ¡No se lo decía yo! — exclama 
Lea Conti. — Hablen, hablen ustedes, 
que yo no me acuerdo nada de aquellos 
tiempos... Mientras hablan, voy a ce- 
barles unos mates. 
EL CIRCO CRIOLLO DE HACE 
SESENTA AÑOS 
— Sí, mi amigo — dice don Antonio, 
mientras su esposa hace mutis rumbo' 
a la cocina. — Yo nací en 1868, el 4 de 
agosto. Y aquí está la prueba — agre- 
ga, mientras nos muestra el árbol ge- 
nealórgico de los Podestá. Desnués. aña- 
T 
HACE 65 QUE DEBUTO 
Antonio Podestá, decano de los actores .. 
criollos, evoca su larga vida... 
Por ANDRES MUÑOZ 
Caracterizado de gau- 
>ho vemos aquí a An- 
tonio Podestá, que 
'legó a ser especialis- 
ta en la composición 
de tipos criollos. 
abajo, al otro gimnasta, que solían ser 
mis hermanos menores Amadeo y Pa- 
>lo. Este último se inició en el circo 
siendo más pequeño que ninguno de 
mis hermanos, pues aún no había cum- 
plido los cinco años. En el mismo año 
30 vinimos por primera Vez a Buenos 
le aquí el árbol . _ am. 
odestá. Aparecen en el tronco Mc- 
ia Torterolo de Podestá (1829-1917, 
Pedro Podestá. (1825-1902), padre: 
le los mueve :hermanos Podestá,.a 
os Cuales puede verse en las ramas 
le izquierda a derecha, en la si 
niente forma: Luis (1847-1896), Je- 
'ónimo (1851-1923), Pedro (1855- 
'894), José (1858-1935), Juan: (1861- 
'915), Graciana (1865-1924), Anto- 
tio (1868), Amadea (1871), Pablo 
1875-1923). Como podrá advertirse, 
os únicos sobrevivientes de estu 
arga familia son Amadea y Antonio 
Podestá. 
Aires. Incorporada toda la familia Po- 
destá al circo Raffetto, hicimos tna Jira 
vor el Sur, que duró más de dos años. 
Yo se me olvidarán nunca aquellas 
¡iras pintorescas, accidentadas y algu- 
1as hasta heroicas. Tbamos en carretas. 
Siete carretas enormes, tiradas cada 
na de ellas por ocho o diez caballos, 
-ormaban aquella' caravana circense. 
comíamos en las carretas, dormíamos 
»1 ellas y-vivíamos constantemente en 
1quella especie de ranchos ambulantes. 
le: — Aún no había cumplido -cinco 
iños cuando debuté, en 1873, en el 
irco Sud América, en el que trabaja- 
san mis hermanos mayores. También 
staba allí Enrique Bozán, el padre 
le Olinda. Bozán, que era clown: Ya 
rabajaba con él en los juegos sicarios, 
?oco después, cuando yo andaba por 
os ocho años, ingresé en el circo Are 
va, que dirigía mi hermano Pepe, Ade: 
nás de mis ejercicios de acrobacia 
1acía de bailarín internacional. Baila 
a la tarantela, el fricosé, el cancár 
In 1880. cuando arenas había cump!l: 
Además de 
actor, miúsi 
20 y acróba- 
ta, Antonio 
Podestá es 
también es- 
cultor, como 
lo pruebda 
esta escultu- 
ra que re- 
mrresenta a 
Un gau- 
cho”. 
ea Conti, 
>sposa de 
intonio Po- 
lestá, y une 
ie las actri-. 
:es más popu- 
ares de la es- 
Pna argentina 
lo doce años, no sólo era bailarín, sino 
in buen gimnasta, que me lucía noche 
| noche en el trapecio simple, trapecio 
loble y, sobre todo, en el número cono- 
ido por el salto del Niágara. A par- 
ir de esa edad, yo era el fuerte del tra- 
ecio;'o sea el que recibía y sostenía en 
ac manos estanda snenendidn caha7» 
Antonio Po- 
lestá, el de- 
cano de los 
1etores na- 
cionales, en 
a actuali- 
. dad, 
EN UN CIRCO 
Los caminos y los caballos de tiro pe- 
sado: nos obligaban a ir despacio. Re- 
uerdo que: para” hacer las veintidós 
eguas que separan al Azul del Tandil, 
ardamos siete días con sus siete no- 
:hes. ¡Y pensar que cualquier joven 
le hoy puede salvar esa distancia con 
su auto en poco más de una hora! ¡Có- 
no “cambean” los tiempos! Claro que 
10y se vive demasiado de prisa. No hay 
iempo de sacar ninguna experiencia 
le los viajes. Yo, en aquellas excursio- 
les en carretas, aprendí varias cosas. 
Zntre ellas, a sofrenar la impacien- 
ia, lo que me fué siempre de gran uti- 
idad en el circo y en la vida. También 
aprendí, incitado por la necesidad, a 
comer crudos el hígado y los riñones 
del animal recién muerto. Carneado in- 
mediatamente, esas vísceras no. nece- 
sitan' ponerse al fuego, pues resultan 
ciernas, calientes y sabrosas como si 
estuvieran recién asadas. Y si uno tie- 
ne hambre, como a mí me ocurría er 
aquella época, entonces tanto mejor. 
— ¿Qué hicieron ustedes al regreso 
de aquella jira de las carretas? 
— Seguimos un año más con Raffet- 
-0, en Buenos Aires, trabajando en el 
Politeama Raffetto, que se alzaba en 
:1 mismo sitio donde está hoy el De- 
¡artamento de Policía. Al año siguien- 
:e, en 1884, pasé con los demás Podestá 
“Continúa en la nácina sicuiente)
	        
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