Full text: 28.1938,16.Feb.=Nr. 1413 (1938141300)

— MUNDO ARGENTINO 
- ACIA una hora que caminaban 
E a través del bosque Gervasio 
el machetero de “La Adelai. 
da”, y Goyito, su hijo de diez 
años, cortador de alambre de la misma. 
El hombre, borracho; el niño, cansado. 
Ambos marchaban entre matas y tron- 
cos por un sendero que se extendía has- 
ta el río, abovedado a trechos por tuni. 
da fronda. 
Desde el alto silencio la luna escu- 
iriñaba la noche; abajo, ahondaban la 
soledad la queja de un pájaro noctur- 
ho, los crujidos de la selva y el rumor, 
cada vez más cercano, de la aguas. 
Lleraron a la orilla del ría. 
El vo 
_—” 
Cuento: por ROSARIO 
BELTRAN NUNEZ - 
no se atrevía a responder. Estaba acos- 
tumbrado a las borracheras del. padre 
y. no temía sus amenazas ni lo conmo- 
vían las grotescas escenas de la. beodez; 
vero en aquella soledad y en medio de 
:2 noche el temor y la angustia lo he- 
rían como nunca, —- > 
— ¡Te voy a-dar. tran..., tran....; 
naldecío; te voy. a dar!:.. — repetía 
+ervasio, riendo: convulsamente. ;” ; 
-. Goyito calló, escrutando la" soledad 
y la noche: ni una lucecilla, ni un ru- 
nor que delatara al hombre en los 'al- 
rededores.. El y.su padre; el miedo a 
a locura; su debilidad y la furia del 
ebrio y de las aguas, nada más, 
El río mugía, y revolviendo su có- 
rriente, arrastraba troncos y ramajes 
que se iban girando, monstruos negros 
2 informes, a la luz de la luna. En la 
orilla cpuesta la selva recortaba su 
perfil contra el cielo y era un hacina- 
miento de sombras erguidas a lo large 
de las aguas. 
De pronto, el beodo, tomando ruda- 
mente la cara de Goyito, y con extraña 
expresión, dijo entre carcajadas: 
— ¿Sabés que - estoy pensando una 
cosa? — Y soltó bruscamente el rostro 
del niño. — ¿Sabés?... ¡Maldecío!, 
— ¿Qué? — balució apenas el ne- 
queÑño,. 
De súbito irguió- 
se el ebrio, y blan- 
Tiendo :el mache- 
"e, avanzó. hacia 
niño. Goyito, 
*unto al agua, se 
itaba entonteci- 
?lo de pavor, con 
ns ojos fuera de 
órbitas. 
— [¡Tata, cómo están de crecías las 
guas! ¿Cómo han subio dende: esta 
añana que las pasamos? 
-—¿Cómo?... ¿Ha cre..., cre... 
jué? — respondió el padre eructando 
rinebra y riendo inconsciente, - 
— ¿Y mo ve, po? ¡También, con la 
ranca que tiene!... 
—¿Tranca?... ¡Siempre me estás 
lamando borracho, maula! — Y Ger. 
'asio blandía amenazante el machete. 
— ¡Ahorita nomás de un machetazo te 
“oy a dar tranca!...” ” 
El niño, encogido ante el machete 
!?nstración de 
El padre, sin quitar su mirada de los 
:temorizados ojos del hijo, reía cada 
rez más nervioso. 
-— ¿Sa...bés? 
— ¿Qué, tatita? 
— Que crucés el río, mhijito. Yo es- 
toy borracho, ¿no?... Vadeálo, gua. 
zúita, y si se puede, yo lo hi de pasar 
Jespuesito. — El acento y el gesto de 
Gervasio se suavizaron en socarrona 
melosidad. - - - 
— ¡Y toavía dice que no está ma- 
nao!... — más que decir, sollozaba el 
niño, 
IFCTOR POZZAO 
— ¿Borracho?.,. ¿Mamao?... — 
comenzó a decir el ebrio, sacudido por 
18 risa e indiferente al llanto de su 
aijo. — ¡Mu..., mucha... cho... co- 
yardón! . 7 
-— Tatita, vamos a lo de mi tío Dal. 
niro, * . . 
--—— Pasá, pasá el río, m'hijo.' ¡Si es. 
á lindito el vado!.:. 
— Vamos pa lo de mi tío — insistía, 
rogaba Goyito desde lo hondo de su an- 
zustia: — Estoy cansaó, tatita; no pue. 
lo-más. - 7 - 
— Cruzá... Si querés, guagiita, va- 
nos al boliche; o si no, cruzá... — 
“¡Ah! Al toliche... — “pensó el 
niño, callando ante la porfía del pa- 
ire. — ¡Pa gastar hasta las chirolitas 
mías!..,” - E 
“ Goyito tanteó en el bolsillo el pañue- 
.0 en que atara el dinero: Pensaba en 
.a- madre que los esperaría en el ran- 
:ho, ansiando el regreso que debió ser 
:émprano; .al- consumirse" el sol tras los 
:respos .aledaños -de. la selva. Pequeño 
20omo era, trabajaba tantas. horas como 
1n hombre.. No conocía el ocio ni la 
lespreocupación infantil, y con su con- 
inuo .esfuerzo y precoz seriedad subs- 
ituía ante los suyos al padre, bebedor 
"onsuetudinario, que dejaba en el bo- 
iche hasta el último centavo que caía 
:n sus manos, . . , 
Con el alba de ese día salieron rum- 
bo a “La Adelaida”, donde trabajaron 
sólo en la mañana por ser la festivi- 
iad de Santa Inés, patrona de la estan- 
:ia y devoción de “ña Inesita”. Finali- 
aba la quincena, y por la tarde todos 
0s peones recibieron sus jornales. Des- 
Jués, Gervasio olvidó en el -boliche 
anto le preocupara hasta entonces: 
»sposa, hijos, pobreza, fatiga, regreso. 
El alcohol, tan grato al hombre, pue- 
Je aun más. que el amor; mina la vo- 
luntad-y ahoga-la. conciencia;, doblega 
al humano y yergue a la bestia. A Ger- 
vasio cada copa de ginebra lo robaba 
de sí mismo, de cuanto era su vida y 
la de los suyos, y trago a trago lo hun- 
día en la idiotez, convertido en fiera 
y presa de una risa convulsiva que a 
rada instante saltaba entre hipos y pa- 
labrotas. . 
Mucho le había costado a Gaoyito 
arrancarlo del boliche, y ahora, ante el 
río que embravecido les cortaba el-pa- 
so, lo:.cía repetir empecinado: 
— AL boliche:..; mucha. ..cho... 
cobar....dón!.:.—. E 
— Si mo juera por. mi tata, ya esta- 
ríamos con mi mama mateando” en el 
rancho. ¡Me ha dao-trabajo sacarlo del 
Loliche! :— pensaba. Goyito, temblan- 
do ante la noche, el río y el machete: 
- Por momentos teñía ganas de gritar; 
gero no se atrevía. Nunca la borrache- 
ra del :padre lo atemorizó en tal forma, 
ni jamás se.sintió: tan niño como enton- 
ces. La madre le llenaba el pensamien- 
to y le sintetizaba el amparo, imposi- 
ble 'en: ese instante... : .. :..... 
+—-¡Mamay,. mamitay! .— lloró: por 
fin, desesperado, sin: poder “contenerse. 
: Metros - más “allá, .:el rebrío, sentado 
an el suelo, seguía riendo entre hipos 
7 * palabras: cortadas, . repetidas. sin 
*esar,”. - . 5 . 
— Boliche... Mucha. ..cho..., co... 
ardón..., 60... > - 
Goyito, sollozando, más pronto a huir 
que a hablar, se atrevió a acercársele, 
v suplicó: 
— Oiga, tatita: vamos a la casa de 
mi tío. 
-— Boli..., boli... — repetía el ebrio 
ntre carcajadas. 
— Ande usté quiera, .. Ts 
Gervasio, con la mirada fija en el 
siño, reía y reía sin dar un paso, 
—Mu...cha...cho... cobar...dón.... 
*UZá..., CTUZá... 
- — Vamos, tatita, ande, que és muy 
tarde — rogaba Govyito. Y sobrecogido 
“(Continúa en la nácina 51
	        
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