Full text: 28.1938,16.Mrz.=Nr. 1417 (1938141700)

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OMO todos sabemos, la guerra 
de 1914 se originó en la Europa 
Central. La afiebrada activi- 
dad que se desarrollaba en 
Austria y sus fronteras fué caldeando 
poco a poco la ya tensa atmósfera del 
continente, que estuvo así preparado 
vara la explosión que produjo la 
zuerra. 
Merece, pues, la detenida atención 
de quienes se préocupan por la paz la 
actual fiebre diplomática. que acusan 
las naciones de aquella parte de Eu- 
ropa. De nuevo Austria se está con- 
rirtiendo en el punto neurálgico, aun- 
que esta vez su situación es infinita- 
mente más compleja, puesto que se la 
:onsidera el punto débil en el eje Ber- 
“ín-Roma. 
Este eje político y .social, resultado 
tel reciente acuerdo entre Italia y el 
Reich, está en contradicción, en algu- 
nos aspectos, con el llamado pacto de 
Roma, que tiene ya cuatro años de 
existencia, 
El pacto de Roma tuvo su origen en 
cierta desconfianza que Roma sentía 
an aquella época por la política absor- 
bente de Berlín, y mediante él Italia 
buscaba aliados en la cuenca del Da- 
nubio, que podrían eventualmente opo- 
ner un serio obstáculo al avance so- 
bre Viena de las huestes nacional-so- 
cialistas. Austria, en aquella época, 
aceptaba gustosa cualquier protección, 
y Hungría deseaba contar con el apo- 
yo de Mussolini con el fin de obtener 
una revisión del tratado de Trianón 
contra los países de la Pequeña Enten- 
te que le habían cercenado la mayor 
parte de sus territorios. Pero desde 
aquella fecha ha cambiado el escenario 
auropeo. Berlín y Roma han buscado 
1n acercamiento, y no sólo han cons- 
:ituído el famoso eje, sino que también 
Alemania había dejado en manos de 
[talia el predominio sobre los países 
janubianos, Como consecuencia de es- 
a situación, los austríacos que desean 
mantener la independencia de su país 
7a no miraban con tanta confianza ha- 
cia Mussolini. Y los últimos aconteci- 
mientos demuestran que el canciller 
Schuschnigg no ha podido contar con 
su apoyo frente al avance de los na- 
sis, Pero ésta no es la Única evolución. 
El gobierno de Budapest había consi- 
Jerado durante mucho tiempo que Ita- 
lia era su más sincera amiga. Y Roma 
anarentaba sostener. con el mavor .ca- 
EL PRECIO DE LA PAZ 
Por ROBERTO NAVE 
El primer 
ministro 
hingaro, 
Daranyi 
firma el 
reciente 
20uerdo en 
Budapest. A 
'a izquierda 
parecen el 
ranciller de 
Austria, se- 
or Schus- 
chnigg, y 
21 conde 
finan 
or, las pretensiones de Hungría. Sin 
mbargo, recientemente, la propagan- 
a mazi ha ganado mucho*terreno en- 
re los húngaros, y Daranyi, el .pre- 
idente del Consejo de aquel país, ha 
ebido reprimir con energía varios 
mplots. La actitud de Mussolini pro- 
ocó, hacia el final de 1937, un acer- 
amiento muy significativo entre el 
obierno austríaco y Checoeslovaquia. 
'n el mes de enero próximo pasado el 
asinistro de Relaciones Exteriores de 
talia, conde Ciano, asistió a una con- 
rencia en Budapest con los jefes de 
'obierno de Austria y de Hungría. El 
bjeto de esta reunión fué, aparente- 
nente, de evitar que las relaciones en- 
re estos países y Checoslovaquia -se 
icieran más estrechas, y conseguir 
ue volviesen a colocarse bajo la tute- 
a italiana. El conde Ciano obtuvo, 
n efecto, que se reafirmara el pacto 
le Roma al mismo tiempo que se re- 
onociera la política del eje. Berlín- 
loma, vale decir, una conciliación de 
2 intereses. alemanes e italianos. 
'ambién obtuvo que los cancilleres 
:?huschnieer v Daranvi reconocierarr 
2 primer ministro de Rumania, Oc- 
avío Goga, hablando con el rey Carol 
lurante una ceremonia en Bucarest. 
El viaje de Goga a Roma ha suscita- 
do los más variados comentarios. 
MUNDO ARGENTINO 
El viaje del canciller yugoeslavo 
Stoyadinovich a Berlín tiene un gran 
xignificado en aquel tablero de aje- 
lrez que es la Europa Central, Aquí 
uparece (a la derecha) acompañado 
del general Goering a su llegado a la 
capital del Reich. 
la junta de Salamanca, apoyando, con- 
juntamente con Roma y Berlín, a los 
1acionalistas españoles. No obt:1vo, sin 
ambargo, que Austria y Hungría 
se retirasen de la Liga de las Nacio- 
1es, porque los gobiernos de Viena y 
le Budapest defienden desesperada. 
mente su nacionalidad, que, por lo me- 
108 teóricamente, tiene cierto apoyo en 
a Liga. 
“Además, se ha notado en esta acti- 
ud el deseo de Austria y de Hungría 
le mantener sus relaciones amistosas 
:0n París y. Londres, cosa que no es 
le extrañar si se considera que ambos 
robiernos centro-europeos han hallado, 
muy a menudo, un apoyo financiero 
2n las llamadas grandes democracias. 
Mientras tanto, Ja Pequeña Entente 
había entrado en actividad. El minis- 
tro de Relaciones Exteriores de Ru 
mania, señor Micesco, hizo una visita 
2 los aliados de la Pequeña Entende 
mn Praga y Belgrado, con el objeto, 
seguramente, de determinar la -orien- 
ación futura de aquella agrupación. 
Si hemos de guiarnos por los co- 
mentarios oficiales, que, por cierto, no 
siempre revelan toda la verdad, los 
tres países en cuestión han confirmado 
su acuerdo en continuar formando un 
rente común, Sin embargo, y a pe- 
ar de la evidente solidaridad de esta 
wrupación, el viaje a Berlín de Sto- 
radinovich, jefe de gobierno de Yu- 
voeslavia, y la visita del presidente 
lel consejo de Rumania, señor Goga, 
1 Roma, prueban que, tanto Belgrado 
:0mo Bucarest, sienten visiblemente la 
nfluencia de los países totalitarios. 
Como se ve, hay comunicados que 
.seguran la continuidad de una polí- 
ica francófila, mientras que por otra 
sarte hay viajes y entrevistas que pa- 
recen demostrar lo contrario. La rea- 
idad del caso es que existe actual 
nente en-Europa Central una gran 
Jlesorientación. Esta desorientación se 
jebe, es lógico suponerlo, al acrecen- 
tamiento del poderío alemán y el apo: 
yo que Italia está prestando actual 
mente a las diversas pretensiones 
pangermanistas, Con esto, los elemen- 
:ós nacional-socialistas se sienten fuer- 
es, mientras que sus adversarios, que 
se apoyaban principalmente en la ac- 
ión común franco-británica, se ven po- 
:x) menos que desamparados, debido 
por una parte a la política. de Cham- 
erlain, favorable a un acercamiento 
.ntre Gran Bretaña e Italia, y por 
»*ra al hecho .de que Francia, presa 
le una agitación interna de grandes 
proporciones, no está err situación de 
poder ejercer una influencia decisiva 
an favor de sus pequeños aliados, 
De modo que, actualmente, las va- 
las más importantes que se oponían 
la anexión de Austria a Alemania 
nediante el “Anschluss” ya no existen 
7 sólo queda la firme voluntad de los 
1ustríacos patriotas y la posible ame- 
1a7a de que dicha anexión provocaría 
1na guerra, al oponerse Francia a la 
medida, 
La victoria táctica de Hitler es ya 
an hecho, y sólo falta saber si en ese 
volvorín de pasiones exacerbadas será 
posible cumplir con el programa pan- 
vermanista sin que se produzca una 
catástrofe. Si la paz ha de mantenerse 
a cualquier precio, no es imposible que 
dicho precio sea la independencia de 
Austria.
	        
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