¡6 de Marzo de 1938
q MAGINESE usted, lector, que hoy
goza de todas las ventajas que
L puede proporcionarle una gran
fortuna, y tiene a su disposición
1utomóviles, yates y joyas; pero que
nañena, por uno de aquellos vuelcos
de la suerte, se encuentra repentina-
miente sumido en la miseria. ¿Cuál se-
la su estado de ánimo, después de se-
nejante derrumbe?
:Impresiones de esta naturaleza nos
A podrían dar miles de ex millonarios
en los Estados Unidos, quienes” en la
época de la prosperidad gastaban ge-
nerosamente los dólares acumulados,
para hallarse, de buenas a primeras, li-
teralmente en la calle y formando cola
mtre los. desocupados en busca de un
pedazo de pan. Sólo en el año 1929,
513 personas que figuraban en la lista
de los impuestos fiscales como posee-
lores de más de un millón, perdieron
Sus fortunas al iniciarse la crisis mun-
díal. Aun durante el año pasado, que
ha sido una época más bien próspera
para los. grandes negocios, suman casi
cien los millonarios caídos en des-
yracia.
¿Cuántos hombres ricos, después de
perder su bienestar, son capaces de em.
prender de nuevo la lucha para recon
quistar su antigua situa-
ción? Si hemos de guiar-
nos por las estadísticas,
son en realidad muy con-
tados los que saben reac-
sionar; pero entre ellos
hay algunos casos tan in-
teresantes,. que parecen
surgidos de la imagina-
ción de un. novelista,
Podemos considerar un
ejemplo típico a Joshua S.
Cosden, quien por dos ve-
tes alcanzó a convertirse
en multimillonario y ha
parecieron como por encantamiento
urante el pánico de 1929, Cosden no
ra de aquellos que se dan por venci-
05, y en el espacio de pocos años con-
2ba nuevamente en su haber otros
5.000.000, Pero unos negocios infor-
mados terminaron también con estos
dillones, y se vió en la obligación de
mpezar de nuevo desde el escalón más
ajo. .
En su lucha por los millones, Cos-
an ha tenido una ayuda de inaprecia-
ie valor: su esposa, Esta singular mu-
er, cuando Cosden perdió su primera
ortuna y tuvo que volver a trabaja
n los pozos de petróleo para
mpezar de nuevo, se dedicó
i indusfirializar su talento
ara la decoración interior v
e
Por
ROSENDO
ARTIGAS
: e : 4 , : Ne
E
Clarence Saunders, con la ca-
beza blanca en canas, em-
prende su tercera embestida
contra la mala suerte con su
invento del almacén automá-
tico que se ve aquí detrás de
» bastidores.
vo la desgracia de ver su enorme com-
vañía derrumbarse por efectos de la
situación internacional. Desaparecida
u antigua opulencia, tuvo que aban-
lonar su residencia principesca y mu-
Jarse a un pequeño departamento de
1n barrio pobre, Hace poco tiempo, el
Jortero de la casa, al percatarse de
1n escape de gas que procedía del de-
Jartamento del ex millonario, forzó la
vyuerta y se encontró con que Fleit-
nann se había encerrado dentro de la
ocina dejando abiertas las llaves del
zas.
El recurso del suicidio, en cambio,
10 cabe en la mentalidad de otro tipo
le hombre, tal como Guillermo C. Du-
'ant, el fundador de la General Mo-
ors. Este gran industrial, después de
1masar una fortuna de 120.000.000 de
lólares, lo perdió todo al ser declarado
:n quiebra. En lugar de retirarse a la
»bscuridad y buscar en la muerte un
*emedio para sus males, Durant se re-
nició en los negocios con una confite-
ía y un mercado, en que todos los ar-
ículos se vendían a 5 centavos. A pe-
ar de sus 75 años, el enérgico millo-
1ario se sentía con ánimos para juntar
nás millones con esas moneditas, y es-
o después de fundar una de las más
oderosas empresas en el mundo ente-
0. como lo es la General Motors
VIVE EN CASA DE LOS SIRVIENTES
vuelto nuevamente a la pobreza por la
quiebra de su compañía de petróleo,
En 1924, Cosden hospedó en su pa-
valacio al príncipe de Gales, cuando
21 entonces heredero del trono hizo
ma visita a los Estados Unidos, En
1quel entonces se le calculaba la for-
Luna en 50.000.000 de dólares, que des-
Hay más de 1.400 ex magnates en
Vueva York solamente, y muchos de
¿stos luchan por recuperar su situa-
ción perdida.
xósperos no los abandonaron cuando
a suerte les fué adversa,
EL FRACASADO Y EL QUE NO ACEP-
TA LA DERROTA
En contraste con la determinación
le la pareja Cosden, otro célebre mi-
lonario, Enrique T, Fleitmann, en cu-
os magníficos palacios se reunía la
rema de la sociedad neoyorquina, tu-
reó así un negocio que, debido a sus
mechas relaciones, pronto adquirió un
onsiderable volumen. La señora de
'osden se había granjeado las simpa-
las de un grupo de personas entre las
nales: se cuentan las mayores fortu-
1as del mundo, y aunque parezca raro,
18 amistades adauiridas en los tiemnos
Pero no sólo los hombres, sino tam-
ién las mujeres han demostrado gran
2mtereza frente a los reveses de la for-
una. Tenemos el caso, por ejemplo, de
a señora: Winthrop Ames, a cuyo ma-
ido se le consideraba uno de los más
ricos empresarios de Norte América,
y cuya sola residencia valia alrea:dor
le 2.000.000 de pesos. Al fallecer el
señor Ames, se descubrió que nada de-
aba a su viuda, y ésta tuvo que vivir
» la casa que había sido de sus sir-
rientes. En seguida, la viuda se entre-
ró activamente a los negocios, y está
»1 vías de reconquistar las posiciones
erdidas,
(Continúa en la página 19)