30 de Marzo de 1938 
COSAS DE NUESTRA CAMPAÑA : 
Doce mil agricultores alfa- 
betos y diez mil analfabetos 
en Santiago del Estero 
Crear más escuelas fué el lema de Sarmiento, Poner al niño .en condiciones de 
asistir a la escuela debiera ser el lema de nuestros días. Porque escuelas se han 
creado en todo el país, pero resulta que los niños no van a la escuela, 4Por qué 
no van los niños a la escuela? Los niños no van a la escuela porque la situación 
económica de los padres no lo permite. En la población rural de las llamadas 
provincias pobres es donde. se agrava el problema 
Por N. CHOURROUT 
N veinte mil ranchos disemina. 
dos por todo Santiago del Es- 
tero se padece las consecuen- 
- cias del analfabetismo y la 
desnutrición. El censo agropecuario di- 
ce a gritos que el mal grave y perma- 
nente de Santiago no es solamente la 
seguía, que al fin ya pasó. El mal ma- 
yor que tiene dicha provincia es. la 
inferioridad de condiciones en que, se 
ve punto a trabajar. el mobledor 
rural. 
Hay en Santiago veintidos mil tra- 
ajadores del campo, de los cuales ca- 
torce mil no son dueños de la tierra 
que trabajan, y de los ocho mil res- 
antes solamente una ínfima parte po- 
drá considerárseles con una posición 
desahogada. Porque el solo hecho de 
ser propietario no significa que la si- 
tuación del dueño sea fácil. Hay que 
¡ener en cuenta la gran cantidad de 
minifundios y la hipoteca que pesa so- 
bre la pequeña y mediana propiedad. 
Un cálculo basado en diversas estadís- 
:icas oficiales nos lleva a la conclusión 
de que solamente un diez: por ciento 
le los trabajadores del campo en San- 
tiago podrá llevar una vida relativa- 
mente cómoda. De modo que de los 
veintidos mil pobladores rurales, sola- 
mente dos mil estarán en condiciones 
de mantener sus hogares dentro de un 
adecuado bienestar. Así vienen a quedar, 
sin lugar a ninguna duda, veinte mil 
familias en evidente inferioridad para 
la lucha mor la vida 
os conocimientos técnicos, aunque ele- 
nentales, son indispensables en las ta. 
-eas agropecuarias. Hay que saber cuá- 
es son esos conocimientos técnicos y 
ómo deben aplicarse. No me refiero 
quí a los conocimientos técnicos de 
iertas especialidades en materia agri. 
olaganadera; me refiero, simplemen- 
e, a esas cuestiones elementales de ro. 
ación de cultivos, de. principales labo- 
es en las tierras, etcétera. Son eso: 
ohocimientos sencillos, pero importan- 
25, que no es necesariamente indis- 
ensable ir a las escuelas de agricultu. 
a para aprenderlos, sino que cualquier 
10mbre aplicado los. puede adquirir le- 
'endo folletos y revistas especializadas 
¡ue suelen abundar con frecuencia, o si 
10, dirigiéndose por consultas al minis- 
erio de Agricultura. Pero, desgraciada- 
nente, los pobladores rurales: en estas 
ondiciones son los menos; en la provin- 
da que comentamos, apenas un diez por 
iento, 
ANALFABETISMO Y MISERTA 
SOCIAL 
¿Cuáles son las consecuencias para 
Santiago del Estero con un ochenta por 
ento de sus pobladores rurales virtual- 
nente analfabetos? Las consecuencias 
on desastrosas y, como dato ilustrati- 
70, YVOy a dar a conocer algunas cifras 
Promedia en el cuarenta y seis por 
iento los inaptos presentados a la re- 
iisón médica para el servicio militar. 
Esto significa que esos jóvenes han cre- 
sido mal nutridos y enfermos, Digo ma' 
mtridos y la estadística corrobora. 
Según meticulosas y constantes ob. 
ervaciones de una institución filantró- 
ica de Santiago, el ochenta por ciente 
le los alumnos que concurran a la es- 
uela van desnutridos y mal nutridos 
sto no puede menos que conmover, 
upongamos que pasan diez niños por 
lelante nuestro, rumbo a la escuela, y 
':ho de ellos van macilentos y enfer- 
nizos, porque en sus hogares (si es que 
1 Un rancho donde la familia vive 
Mmontonada se le puede llamar hogar) 
alta el pan, falta la higiene y falta 
2 asistencia médica, También la esta. 
lística habla bien claro de las pésimas 
'ondiciones en que nacen y van crecien- 
lo las criaturas. Anda alrededor del 
'uarenta y dos por ciento los niños que 
nueren entre cero y cinco años. Así 
esulta que esas madres, por regla ge- 
'eral tan prolificas, de diez hiios que 
lan a luz, pierden cuatro en esos pri- 
neros años, y de los que logran criar, 
'a Se ve, casi la mitad resultan inap- 
os para el servicio militar. - 
Estas son las consecuencias sociales 
le analfabetismo en Santiago, porque 
os padres ignorante y sin recursos, por 
más abnegados y carifiosos que sean 
ara con sus hijos, jamás podrán li- 
yrarlos de los embates de la miseria y 
as enfermedades. 
¡QUE SE ENTIENDE POR UN PO- 
BLADOR RURAL ALFABETO? 
Pero las cosas no terminan en la pre. 
zaria situación económica. De el total 
de los pobladores rurales tenemos un 
cuarenta y seis por ciento que son anal. 
fabetos absolutos. En esto, como en el 
orden económico que hay que conside. 
rar a un alto número de pequeños pro- 
pietarios en el mismo plano que a los 
arrendatarios desposeídos, así también 
hay que tener en cuenta que ese cua. 
renta y seis por ciento de analfabetos 
se eleva a un ochenta por ciento en el 
momento que le agregamos los semi- 
analfabetos. 
El poblador rural semianalfabeto es. 
tá prácticamente en las mismas condi- 
ciones que el analfabeto absoluto. No 
hacemos nada, y si hacemos algo es 
bien poca cosa con que Un agricultor 
sepa firmar; eso sirve a cada rato para 
rubricar documentos en los que se lo 
deja maniatado a compromisos que más 
tarde lo llevarán a la calle. A un hom. 
bre, para que se lo considere alfabeto 
en el amplio sentido de la palabra, tiene 
que ser un individuo cuya preparación 
le sirva de algo. Un agricultor alfabeto 
es aquel que lee, por ejemplo, entiende 
lo que lee y, además de entender lo 
que lee, sabe lo que le conviene leer. 
Un poblador rural cuando sabe lo que 
le conviene leer ya está muy por en- 
rima, del trabajador ignorante. Cuando 
el poblador rural comprende lo que le 
conviene leer y sabe lo que debe apren- 
der, sale inmediatamente de la rutina 
y la obscuridad para colocarse en un 
terreno que le permitirá sacar mayor 
provecho de su trabajo, » 
Un agricultor que ha superado la 
categoría del semianalfabeto y saca 
provecho de lo que lee, es aquel que 
ha comprendido que la explotación pri- 
mitiva en el fondo rural hay que su- 
plantarla por la explotación racional, 
donde los conocimientos técnicos en- 
Ten en juego. . 
Pero no es solamente comprender que 
EL POBLADOR RURAL ANALFABE- 
rO Y DESPOSEMDO ES UN FACTOR 
NEGATIVO 
Es innegable que el analfabetismo, los 
naptos para el servicio militar y la 
nortalidad infantil que hemos señala- 
lo, no es otra cosa que el resultado de 
a expoliación a que se ve sometido el 
'oblador rural. 
Los recursos económicos de Santiago 
lel Estero provienen de la campaña 
7a sea de la explotación agrícolagana- 
era, o de sus diversas indusrias, Pero 
mienes tienen en sus manos el poder 
ronómico y gubernamental es evidente 
DI 
que siguen una política equivocada, que 
*edunda en perjuicio de sus propios in- 
"ereses. 
La población total de Santiago del 
Hstero promedia en cuatrocientos diez 
nil habitantes, y se puede afirmar que 
nás de la mitad corresponde a la ma. 
sa compesina desposeída. 
¿Qué beneficios han sacado los lati- 
“undistas con reducir a la miseria aia 
población rural? No han sacado nin- 
gún beneficio, sino que, por el contra. 
rio, se han perjudicado ellos, han arrui- 
nado a quienes les trabajan la tierra 
y han arruinado todo el patrimonio 
económico de la provincia, 
No se hace nada con querer hacer 
vagar al poblador rural, ya sea en di- 
1er0 o en especies, más de lo que 
a tierra puede producir, Con ese cri- 
erio, lo que se saca es que con el tiem- 
Jo el campesinado pierde su capacidad 
le trabajo. Pierde su capacidad de tra- 
ajo porque se le van envejeciendo y 
erminando sus herramientas, sin posi. 
lidades de renovación. Lo mismo le 
curre con los animales de tiro: se en- 
laquecen y se estrovean, al extremo de 
10 servir para nada, Entonces, el po- 
Jador rural, con esos elementos arrui- 
1ados, no puede hacer otra cosa que 
ina explotación miserable. 
Así resulta que lejos de poder pagar 
Jtos arrendamientos, sólo paga una in- 
(Continúa en la página 74) 
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