Full text: 28.1938,30.Mrz.=Nr. 1419 (1938141900)

MUNDO ARGENTINO 
TORA que el cine nacional es: 
Lá definitivamente impuesto 
entre nosotros, vale la pena 
preguntarse si seremos capa- 
ces de imponerlo más allá de nuestras 
fronteras. Hasta hoy se han hecho tan- 
"eos en algunos países del centro y sur 
le América, y los resultados han sido 
promisorios, No asombramos a nadie, 
pero les hemos hecho comprender que 
abía llamado la atención. Porque algo 
ueno habían visto. Su juventud, su 
elleza, su arte, sus canciones. Cual- 
uiera de estas cuatro cosas, que lo 
1ismo da. Lo cierto era que Libertad 
amarque les interesaba. 
— Canta muy bien...—decían unos. 
— Fotografía espléndidamente—ase- 
uraban otros. 
— Puede llegar a ser una gran ac- 
riz — vaticinaban. 
Esto no significa que intentasen con- 
ratarla de inmediato o que por ha- 
»xerla visto en “Ayúdame a vivir” su 
:onsagración fuese un hecho. - 
- Pero ya la habían “visto”. Ya sa- 
Xan quién era ella. Y ya su figura 
es había interesado lo suficiente como 
Jara recordar su nombre y pedir in- 
Jormes. Esto, que en cualquier otra 
parte carecería de importancia, en Hol- 
Iywood la tiene, y mucha. Porque to- 
las esas personas norteamericanas que 
presenciaron la película no eran sim 
ples espectadores, sino agen: 
tes de los estudios, emplea: 
dos cuya única misión consis. 
te en estar siempre alerta 
vara localizar figuras que 
ofrezcan posibilidades. 
Si tenemos en cuenta este 
detalle y el hecho de que los 
films nacionales han hecho y 
:stán haciendo aun discretos 
paseos de exploración por 
países extranjeros, bien po- 
Jemos pensar que lo que aquí 
se produce puede abarcar ho- 
rizontes más amplios 
que los de nuestra Re- 
pública. Claro que esta 
23 una tarea de años 
y que ofrece sus in- 
quietudes. Ni con mu- 
cho estamos aún er 
condiciones de compe- 
ir, no ya con el cine norteamericano, 
sino con el francés, el inglés o el ale- 
nán. Pero nosotros no hacemos pelícu- 
as con la intención de equipararlas a 
ulas muy buenas no basta 
"on: que tenga dinero, hom: 
res y material. Es necesa: 
io, además, un conglomera. 
lo de cosas que están fuera 
le la cinematografía propia 
nente dicha. Es mecesario. 
vor ejemplo, que quienes ma- 
1ejan ese dinero tengan en 
cine la fe suficiente para 
avertir en él muchos millo- 
ves de pesos; es necesario 
ue los hombres de esa na- 
ión sean libres en el más 
.mplio sentido de la palabra; 
ue sean sanos de cuerpo y 
e alma; que no vivan ator 
1entados por el recuer- 
lo de una guerra toda- 
ía cercana o por la 
reocupación de otra 
'utura; que tengan el 
erebro limpio para 
Libertad 
Lamarque, 
protagonis- 
la del tim 
nacional 
“Ayúdame 
a vivir” 
ES MAGNIFICO EL PORVENIR QUE 
AGUARDA A NUESTRO CINE NACIONAL 
Por KING 
Pepe Arias, tal como actuó en “Maes- 
tro Levita.” 
nuestro eéptimo arte es bueno y que 
puede ser mucho mejor. 
Y esto ya es algo. Más sún, es bas- 
tante. Cuando estábamos en Holly- 
wood vimos dos películas argentinas y 
somprobamos que el público quedaba 
satisfecho con ellas. Era público me- 
jicano, de habla española. Pero había 
entre los espectadores algunos norte. 
americanos cuyos rostros nos eran fa- 
miliares por haberlos visto en los estu- 
lios. Una de esas peliculas se titulaba 
'Ayúdame a vivir”. Y a los pocos 
las, en los departamentos de publi- 
xidad muchos jefes nos preguntaban 
¡uién era Libertad Lamarque. 
La pregunta tenía su intención. 
'uando querían saber algo sobre Li- 
artad Lamarque era porque ella les 
Aspecto general de un estudie cinematográfico argentino en Jos prena- 
rativos de una escena. 
"y 
as de otros países, sino con el deseo 
le hacerlas bien, que es otra cosa. 
Un día llegará — estamos seguros 
6 esto — en que el cine que se haga 
n la República Argentina cubrirá al 
mundo entero y estará a la par del 
wejor. Parece arriesgado el vaticinio, 
ero tiene su base sólida. Que es ésta: 
Vara que una nación produzca pelí» 
ealizar cosas grandes; que vivan en Un 
aís que tiene fundados motivos para 
reer en un futuro brillante, y que 
sos hombres tengan el espíritu joven 
+ eientan la imperiosa necesidad de 
'acer obra, . 
Aquí no carecemos ni de una de es- 
as condiciones, Ninguna de ellas tiene 
:parentemente algo que ver con el ci- 
ne. Y, sin embargo, guardan estrecha 
relación con él. Bien es cierto—¿a qué 
negarlo? — que hay en muestro sépti- 
mo arte elementos indeseables que na- 
da han aportado ni nada aportarán a 
esta industria naciente. Pero ello es 
natural. Casi lógico. Hemos leído en 
Hollywood un grueso volumen dedi- 
tado a la historia de la cinematografía 
en los Estados Unidos, y cientos de ve- 
ces tropezamos con nombres de perso: 
nas que también en los comienzos lu- 
craron con el séptimo arte norteame- 
ricano y nada hicieron por engrande- 
cerlo. Hemos visto en ese libro nom- 
bres de muchos productores improvisa- 
dos, de artistas ocasionales, de directo- 
res absurdos, . 
Pero todos ellos desaparecieron. Tu. 
vieron que dejar paso a los otros, a 
los que hacían obra digna e a'los que 
llegaban con capacidad para hacerla. 
También la pantalla de Hollywood tu- 
va sus tropiezos, sufrió porque nadie 
le tenía confianza y se retardó hasta 
ograr desembarazarse de quienes le 
mpedían crecer. Pero finalmente cre- 
16. Era una ley natural que el triun- 
fo llegase, , . 
- Y entre nosotros ocurrirá lo mismo, 
Lo que hoy es sólo una industria local 
e expandirá mañana, Traspasará 
ronteras y llegará a puntos insospe- 
:hados. Aparecerán los grandes direc. 
res y los grandes artistas. Tendre- 
nos también técnicos expertísimos y 
renios de publicidad. No se sabe de 
(Continúa en lx vásina: 74)
	        
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