MUNDO JARGENTINO
N los últimos años se ha creado
una nueva y costosa industria
a base del pelo de conejo de
Angora. Con el suave y níveo
relaje; los peleteros tienen ahora opor-
unidad de ofrecer a sus exigentes
:ientas una nueva faz de la moda pa-
“a satisfacer sn vanidad y coquetería
'emenina,
El hecho de haberse convertido en
ara” la piel de la chinchilta, a tal
2xxtremo de que cierta vez la revista
*Fur Trade Review”, de Estados Uni-
Jos, después de una encuesta entre los
principales peleteros de la Unión, lle-
»xdo lo que ve lo quiere — aun a cos-
1 de la vida de los animalitos que tu-
ieron la desdicha de nacer con hermo.
os pelajes, — insensiblemente la mu-
2" en procura de embellecerse más y
1ás, ha dado base 's uno de los impe-
los más sólidos de la tierra: la moda,
- bajo el terrible poder de sus encan-
25 y del “yo quiero”, se mueve un
jército de hombres que persigue en
odas las Intitudes de la tierra, hasta
a devastación, a las especies raras pa-
a quitarles la piel y ofrendarla como
n trofeo a la mujer hermosa.
¡Menos mal que todavín no se ha
lescubierto que la piel del hombre sir.
ra para fabricar adornos femeninos !
Este pelete-
o “e dedi-
2 --la es-
vila del
cnejo de
ingora. El
uave y de-
“cado pelo
OCO des-
MÉS se con-
xerte an fi-
Yas de hi-
os de seda,
on los cua-
es se tejen
roquetísi-
nos “swmen-
tery”.
EL p +. GONZALEZ
ELO DE AREN,
UNA NUEVA. CONEJO DE A
COSTOSA MODA A CREA
MENINA
E? pelo del
sonejo de
Angora,
na vez en
manos de
Ena ex-
perta hilan-
dera se
sonvierte en
largas jfi-
bras que la
mujer ovi-
¡la en la
máquina,
76 a la conclusión de que en el mun-
io había solamente cio tapados del
raro animalito. Decía la mencionada
publicación en su comentario final:
*Si por casualidad llega usted a ver
1n tapado de chinchilla, obsérvelo bien,
porque, probablemente, no tendrá us-
ted oportunidad de ver otro en toda
su vida. Podrá así contarles a sus nie-
Los que cierta vez vió uno.”
La afirmación es un poco cxagera-
la, pero no del todo desacertada, pues-
to que por imperativo de la meda se
organizaron, hace muchos años, -expe-
liciones sin control de ninguna clase
vara la caza de la chinchilla en los
Andes, a tal extremo, que esquilmaron
en casi su totalidad a la preciada es-
pecie. Lo mismo sucedió con el zorro
plateado en el Canadá, donde se crea-
ron rigurosisimas leyes de protección,
lo que motivó la contención de misio-
nes expedicionarias contra el hermoso
animal, Otro tanto podríamos decir del
armiño, mamífero de piel de una blan-
sura de nieve — muy costosa — y que
1plicada al adorno femenino realza la
»lleza de toda mujer.
Ese afén siempre creciente de eo-
¡uetería, ese deseo constante de que
rermoso ejem-
dar de conejo
le Angora, cu-
'o abundante,
sedoso y blan-
o pelaje es
dquirido en
as peleterias
os las exigen-
”s clientas,
amo piel de
:rmiño, pa-
ando por el
entenares de
PESOS.
Y al fin y al cabo, ¿por qué hemos
¡ie negarle a la mujer tales deseos, si
RS hace tan dichosas, hermosas y su-
limes, y tan sugestivas?... ¡No por
ada en todos los idiomas del mundo
'e les canta loas!
El ingenio de los peleteros enropeos,
omo decíamos al principio, ha creado
na nueva industria con pelo del cone-
o de Angora. Con él se fabrican di-
'ersas telas, especialmente sedas finí.
imas, que se aplican esencialmente
ara enriquecer las galas femeninas,
in contar con que la piel del conejo de
ingora, en los actuales momentos su-
Je con comodidad y pingúes ganancias
% escasez de la piel de armiño.
- Frecuentemente, la piel del conejo
le Angora, para las personas que no
sn peritos en la materia, es adqui-
rida como si fuera de armiño, pagán-
lolas a precio de ora. Se la confunde
ltácilmente por su impecable blancura
de nieve y por su perfecta suavidad.
En Alemania, según la información
gráfica que ilustra esta nota, la in-
dustrialización del pelo de conejo ha
progresado tanto, que existen fábricas
exclusivamente de “sweaters”, que lue-
go, bajo el sello de mercadería fina,
se distribuye a todas las naciones del
mundo. Esas finas piezas, trabajadas
AR base del pelo de conejo de Angora,
cuando es combinado con ricos tejidos
torma delicados gustos y ennoblece la
talidad del adorno,
Seguramente que no, ha de pasar
inadvertida a los industriosos pele-
leros esta revelación, y es de esperar
Jue. pronto se descubran en nuestro
Jaís grandes criaderos del conejo de
Ángora —- si es que no existen ya, —
con lo cual se enriquecerá la industria
nacional y tales pieles embellecerán
aun más a la mujer argentina,
Como puede
bservarse
n el telar,
los pelos de
z0nejo de
Angora ya
convertidos
en hilog
rorman en
tas piezas
terminadas,
1dornan de
riquisimos
efectos, co-
mo puede
observarse
"R £l “mwea-
er” que vis-
*eesta
loven,