Full text: 28.1938,13.Apr.=Nr. 1421 (1938142100)

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¡Cásese..., y vivirá 
más y mejor! 
Por MIGUEL SASO 
la estadística dada a conocer 
por una gran compañía de se- 
curos de vida demuestra que 
los casados llevan una buena 
ventaja sobre los solteros, en 
cuanto a salud. y longevidad. 
” ODOS nos reímos... con mucha 
burla cuando oímos la frase, 
esta frase que es todo un clisé 
en la vida matrimonial: 
— Es mejor que te pongas una bu- 
fanda, querido... No salgas desabrt 
gado... 
Y la burla se acentúa y se hac: 
más hiriente todavía si escuchamos: 
— No vuelvas tarde, que el tiempo 
está. muy malo... 
Más que una expresión del minu- 
cioso y cariñoso cuidado de la esposa, 
cada una de estas frases se interpre- 
ta como un signo de su tiranía... Cu 
mo un verdadero smbolo de la “es- 
clavitud” del hombre casado, 
*¡Qué equivocados están, sin embar- 
go; todos los que así piensan! ¡Cómo 
se asombrarían si pudieran comprobar 
la extraordina.ia importancia que.ad- 
quieren en la vida del hombre esos 
pequeños y minuciosos cuidados de su 
esposa!... - 
Baste decir que está científicamente 
comprobado, con datos exactos y pre- 
cisos, que el matrimonio alarga la vi 
da del hombre, mejorando su salud 
y conservando su físico. 
Este curioso e interesante fenóme- 
no fué ampliamente comprobado por 
la Metropolitan Assurance Corpora- 
tion de Estados Unidos, que a través 
de numerosas estadísticas, con millo- 
nes y millones” de individuos, ha esta: 
blecido la longevidad de los hombres 
casados con gran ventaja sobre los 
solteros. 
Y no hace falta abundar en argu.- 
mentos para explicar clara y fácil- 
mente este fenómeno, 
UNA BUENA BASE: LA “COMIDA 
FAMILIAR” 
L0s cuida- 
los de la es- 
7080 PI- 
rán-- pare- 
cer excesi- 
0s muchas 
xeces, pero 
prolongan 
la vida del 
marido. 
A IMPORTANCIA DE LOS 
PEQUEÑOS CUIDADOS CASEROS 
Pero aún quedan otras ventajas dig- 
las de tenerse en cuenta dentro del 
rden físico, que aseguran la mayor 
- mejor vitalidad del hombre casado. 
No hay soltero que no se ría del 
olega o amigo a quien su esposa lo 
bliga a cargar con el paraguas, la 
ufanda o el sobretodo... Son deta- 
les, no más, Pequeños detalles de la 
ida cotidiana, que constituyen otras 
rarantías para la salud y el confor: 
ndividual, Y es gracias a esos deta 
les, que a primera vista resultan in- 
'ómodos, . que los casados se evitan 
in gran porcentaje de las enfermeda- 
les que, en cambio, aquejan a los sol- 
aros, 
Resfríos, pulmonías, gripes, etc., que 
t la larga acaban por debilitar al in- 
lividuo, exponiéndolo a otros males 
mayores, 
Prueba de ello es que en las estadís- 
icas de mortalidad por tuberculosis, en 
ndividuos mayores de veinte años, los 
élibes suelen aportar el setenta y ocho 
or ciento, en tanto que los casados 
lustración de 
Para empezar, no hay duda de que 
>| régimen de vida que el hogar im- 
pone a todo hombre casado, constitu- 
ye una sólida base p:ra su salud. 
Mientras que la libertad — tan pro- 
picia al desorden y los desarreglos — 
en que vive el soltero se convierte, por 
el contrario, en el mayor enemigo da 
su físico, 
Las comidas a deshora, por ejem- 
plo, agravadas por la diversidad de 
cocinas, alternando restaurantes y con- 
dimentos de toda clase — y no siem- 
pre de buena calidad, — son un factor 
decisivo entre las muchas amenazas 
que pesan sobre los solteros. 
En tanto que al casado le sucede to- 
do lo contrario. El régimen de comidas 
constantes, a horas determinadas, con 
cierta uniformidad en su factura y en 
sus gustos, y con la garantía que su- 
pone siempre la cocina familiar, fa- 
vorecen considerablemente su salud. 
Y ya sabemos bien la importancia 
excepcional que para cualquier mor- 
tal ofrece el asnecto estomacal...” 
apenas contribuyen 
con un veintidós por 
ciento, 
NO HAY MEJOR 
ENFERMERA .. QUE 
LA ESPOSA 
Pero el matrimo- 
nio no solamente sir- 
ye para preservar al 
ombre de contraer 
muchas enfermeda- 
des, evitándolas gra- 
cias a los materna- 
es cuidados de la 
*sposa, sino que, 
idemás, cuando 
a enfermedad 
lega, inevitable, 
:1 hombre casado tic- 
1e muchas más proba- 
ilidades de curarse que el soltero. 
Empecemos por tener en cuenta la 
»roverbial indiferencia con que el hom- 
xre suele mirar sus enfermedades 0 
nalestares, Es debido a ella que en la 
nayoría de las veces ni se preocupa de 
surarse debidamente. Y si lo hace, 
xi tiene cuidado ni constancia para lle- 
rar al término de su curación com- 
neta. 
Otra cosa, en cambio, sucede con el 
ombre que tiene a su lado una com- 
añera que se desvela por él, y que se 
ULIO - ARRXAT7Z 
[ 
MUNDO ARGENTINO 
iplica a ofrecerle la mejor asistencia 
osible, prodigándole la atención nece- 
aria y preparándole o brindándole los 
*emedios o medicinas con la consabida 
minuciosidad femenina, 
-Como. se ve, no hay que ahondar 
nucho. para destacar las. enormes. y nu- 
nerosas. ventajas que 'el casamiento 
lepara a los que tienen la prudencia 
le colocarse bajo su amparo. 
LOS CASADOS MATAN Y SE MATAN 
MENOS QUE LOS SOLTEROS . 
Muchas otras razones podrían adu 
irse, todavía en los más diversos as 
pectos de la vida para convencernos 
totalmente de las bondades de la vida 
hogareña. —- 
El alcoholismo, por ejemplo, con to- 
da la lamentable y numerosa secuela 
de males que trae con- 
sigo, es un azote al 
que están expuestos 
en mucho mayor grado 
los célibes. Y no hace 
a 
falta abundar en ar- 
gumentos para expli- 
zarlo. 
.Del: mismo modo, se 
ha comprobado que los 
suicidios son mucho 
más frecuentes entre 
os hombres sin familia. - 
Por ende, las estadísticas de la de- 
incuencia muestran cómo los homici- 
las 'son, en su enorme mayoría, sol- 
eros. No solamente porque éstos son 
os más propensos a mezclarse en el 
imbiente del delito, sino porque, aun 
n los homicidios accidentales o por 
ausas especiales, los casados están en 
ninoría por el freno que constituye 
Jará sus impulsos la responsabilidad 
le su esposa e hijos. 
En fin: no es “preciso justificarlo 
nás. El casamiento es para el hombre 
ina garantía de mayor y mejor vida.
	        
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