Full text: 28.1938,27.Apr.=Nr. 1423 (1938142300)

ES UNA SUCESION 
“EL EXITO 
Así dice Pepe Arias, que abandonó la carrera 
de almirante para hacerse cómico. 
Por ANDRES MUÑOZ 
ACI en Esmeralda y Corrien- 
bes, la esquina más porteña de 
Buenos Aires, el 16 de enero 
de 1902, Alí viví hasta cum- 
plir los 12 años. Desde entonces acá, 
salvo las temporadas que estuve fue- 
ra, difícilmente dejé un sólo día sin pa- 
sar por la esquina. Ahora ya hace seis 
años que estoy en el Maipo, que queda 
a menos de cincuenta metros del lugar 
de mi nacimiento. Este detalle basta 
para que me sienta en el Maipo como 
en mi propia casa. Sobre todo desde 
que Marianito Escombro, con el ensan- 
che de Corrientes, me echó abajo la 
tasa en que nací, Por culpa del que te 
dije, la posteridad no podrá dedicar 
me a mí la consabida placa recorda: 
toria: “En esta casa nació el artista 
Pepe Arias”. Menos mal que a él, a Ma- 
rianito Escombro y de la Piqueta, tam- 
poco lo van a recordar mucho los fu- 
os vecinos de esta demolida ciudad. 
— Los vecinos futuros puede que 
no lo recuerden; pero los actuales, yo 
*Teo que no se van a olvidar tan pron- 
0 de Marianito Escombro, como usted 
lice... 
— ¡Como que todos nos acordamos 
le él a cada rato!... Con razón ape- 
as dejó la Intendencia se tomó un 
iróscaf para Europa. Ni siquiera es- 
eró a ver el resultado del escrutinio. 
L propósito. Dicen que si hubiera sa- 
¿do senador, el primer proyecto que 
enía era echar abajo el Senado, para 
:onstruir otro al estilo del Foro Ro- 
nano. 
— Por suerte, el que salió por el fa- 
'o fué él... 
— Sí; pero antes dejó la escena ile- 
13 de escombros, para que los lim- 
xie Goyeneche. En justicia, siquiera 
ea por el barullo que armó, merecía 
asar a la historia con este título: 
“San Mariano, el Demoledor, patrono 
le los Albañiles”... 
:PRENDIZ DE MARINO Y COMPAR- 
SA DE BARRIO 
Pepe Arias nos ha endosado este mo- 
Otra expre- 
sión del 
mismo ar=- 
tista en “El 
pobre Pé- 
re”, 
Una cabeza 
llena de ca- 
- . me 
7 y 
portaje. ¿Por qué no lo dice usted en 
el próximo estreno? 
-— Porque ya lo he dicho en el an- 
terior. Y lo. que no haya dicho, no se 
preocupe usted, que ya lo diré en la 
primera oportunidad. Marianito es 
nuestro candidato permanente. Nues- 
tro y también de los electores de. se- 
ñador.'... Va a pasar de la urna si es 
brujo... .. ” «“ 
 — Por lo pronto, .dejémoslo que 
pase ahora. Ló que nosotros quería- 
mos era que nos dijerá usted algo de 
sm vida; de lo que hizo usted dentro y 
'uera del teatro. < : 
— Fuera del teatro yo nunca hice 
zada, si por hacer se entiende traba- 
'ar. Núnca tuve más oficio que el de 
actor. De chico, hasta los 12 años, fui 
ul colegio del Estado. A esa edad, mi 
adre,- que se llamaba -Manuel Arias 
y era gallego, del Ferrol, resolvió que 
yó tenía que seguir la carrera de ma- 
rino. Me inscribió en la Escuela Na- 
val de Río Santiago. Dos años estuve 
lí de aprendiz de almirante. Claro 
Jue no pasé de aprendiz. Aún recuer- 
lo al director de la escuela, el contra- 
imirante Montes. Por cierto que el 
ítulo y el uniforme de contraalmiran- 
.e me impresionaban tanto, que me da- 
a un miedo bárbaro el pensar que yo 
¡udiera llegar a usarlos algún día. 
También recuerdo a mis compañeros 
le estudios. Muchos de ellos entraron 
de cadetes al mismo tiempo que yo, y 
hoy son jefes de nuestra Armada. Re- 
sientemente vi a algunos en Mar del 
Plata. Entre otros, al capitán de fraga- 
la Dellepiane, que en la actualidad co- 
manda la base de submarinos en aquel 
puerto. Fuimos condiscípulos y amigos. 
Al evocar, cuando lo visité hace unos 
meses, nuestros tiempos de la Escuela 
Naval, le recordé que yo también sen- 
tía predilección por los submarinos. Y 
quién sabe si no hubiera podido llegar 
a comandar una base de ellos, como 
mi amigo el capitán Dellepiane. Peró 
la vida me llevó por otro lado. Los úni- 
cos submarinos que conocí después 
son esos submarinos de chocolate, que 
a veces suelo tomar en una Martona 
que hay cerca del Maipo. Y bien pudie- 
ra ser que esta afición mía de hoy sea 
una manifestación freudiana, aunque 
tardía, de mi antigua vocación de ma- 
rino... Vaya a saber, amigo. Este 
Freud es capaz de todo... 
— ¿Por qué abandonó usted la ca- 
rrera de marino? . 
— ¡Qué sé yo! El destino es como 
las teorías freudianas: sufrimos sus 
efectos, aunque no las entendemos, Por 
eso yo no sé por qué deserté de la Es- 
cuela Naval de Río Santiago, donde 
no tenía más que amigos y jefes rec- 
tos y bondadosos, que sabían conciliar 
la disciplina con la bondad. Y meno: 
sé aún por qué me escapé de mi casa, 
donde vivía a enhierta de toda mecesi. 
“El pobre Pérez” ha, sida 
hasta ahora. el mejor tra: 
bajo realizado por Pepe 
Arias como actor cinema- 
tográfico. Aquí aparece en 
una supestiva expresión, 
lena de humanidad, co- 
rrespondiente a una esce- 
na de la mencionada pe- 
eun. 
nólogo en su.camarín, mientras se ca- 
racterizá de Julio César para el .cuadro 
final de una de las revistas del Maipo. 
Su caracterización va tomando un giro 
deliberadamente caricaturesco, y como 
observa por el espejo que nosotros lo 
observamos mientras se pinta, se cree 
obligado a explicarse: 
— Naturalmente que este es un em- 
perador de revista. Mi Julio César tie- 
ne de romano lo que nuestro obelisco 
tiene de egipcio y Marianito de egip- 
tólogo. Pero hay una diferencia a mi 
favor: yo soy más actor que él y resul- 
to mucho más barato...” .- 
*—— De acuerdo. Pero todo eso queda- 
ría meior en una revista que en un re- 
Pepe Arias con 
Alicia Vignoli, en 
trance de millona= 
rios cinematográ- 
ficos
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.