MUNDO JIRGENTINO
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UN “MAGO”
NOS REVELA
| + COMO SE
¿ NOS REALIZAN
,Q » i PRUEBAS
AM r/A y CON LAS
" . X0 — CARTAS
nó EDETA
”
Y N grupo de los mejores detec-
tives de Nueva York miraba
atentamente hacia un peque-
ño escenario erigido en el de-
partamento central de policía. En-
tretanto, bruscamente, bajo las luces
potentes, un hombre moreno y delga-
do pasó rozando cerca de un detective y lo empujó
hasta hacerle dar una vuelta entera, Con una sonrisa
en los labios, saludó certésmente, y puso en manos
del asombrado detective su billetera. Le había subs.
traído la billetera con tanta rapidez y precisión, que
ninguno de los hombres reunidos en la sala supo
decir cómo.
Una y otra vez el mago John Scarne enseñó a los
detectives las diversas formas en que los carteristas
desvalijan a los inocentes ciudadanos. Y cuando ter-
minó la demostración, los policías habían aprendido
una lección valiosa, Pues los métodos de que se sirven
los carteristas al despojar a sus víctimas son los
mismos que emplean los ilusionistas para asombra
2 sus públicos, "
No está basada en la verdad la frase popular que
dice: la mano es más veloz que la vista. El éxito de
los ilusionistas se debe a que, mientras realizan: sus
pruebas, atraen la atención del público hacia otro
punto, sin que se dé cuenta de ello. Scarne explica
que cuando la víctima es empujada o atropellada en
la aglomeración de un subterráneo o en cualquier
vehículo: público, lo primero que hace es indignarse,
y mientras trata de volver a la calma y recobrar el
equilibrio perdido, unos dedos que se mueven con
increíble rapidez le substraen las. cosas de valor que
mstán a .su alcance, :
—- Es sumamente fácil distraer la atención de una
persona hacia cualquier cosa que no sean las manos,
aun cuando esté tratando de no perderlas de vista -—
dice Scarne, — Esto se puede demostrar fácilmente
con simples: pruebas con las cartas. El éxito reside
en que uno rara vez se concentra en los más pequeños
detalles, tales como ser colores y números, ,
Aquí damos a conocer una prueba fácil, que sirve
de ejemplo para probar la teoría de la falta de con-
centración recién mencionada,
Tome usted, lector, un mazo de cartas y téngalo
con los lomos hacia arriba. Coloque el 8 de tréboles
y el 9 de piques encima del mazo, cara abajo, Sobre
éstos coloque en la misma forma el 9 de tréboles y el
8 de piques. Tenga este mazo preparado con anterio-
ridad, y luego lo pone sobre una mesa frente a sus
invitados. Pida a cualquiera de los presentes que le-
vante las dos primeras cartas, y que Jas grabe en la
memoria, Usted bien sabe que es el 9 de tréboles y el
8 de piques. Luego diga a la persona que tomó las
dos cartas que las coloque juntas en cualquier parte
del mazo. .
Abora anuncie usted solemnemente que hará apa.
ecer arriba de todas a las dos cartas que fueron
mmestas en el medio del mazo. Dé unos golpecitos mis
'eriosos encima de las cartas, y luego. le-
"ante Jas dos primeras, Por supuesto, se-
án el 8 de tréboles y el 9 de piques; pero
os asombrados espectadores afirmarán que
on las mismas cartas que fueron colocadas
n el medio del mazo. El señor Scarne ha
ealizado esta prueba durante varios años,
y afirma que jamás un espectador se ha
ijado lo suficiente como para darse cuenta
que no eran los que primeramente fueron
evantados,
Hasta el ojo avizor del comisario de po.
icía de Nueva York, Lewis J. Valentine, no logró
lescubrir los “secretos” del mago Scarne, . .
Mientras hacía una demostración ante dicho co-
hisario y un grupo de detectives, le fué ofrecido a
Scarne un mazo de cartas por uno de ellos. Su larga
xperiencia en el manejo de las cartas le hizo sos-
echar, mientras que las barajaba, que faltaba una
; quizá más, Manteniendo la atención del detective
0n una serie de pruebas malabares, Scarne se le
.cercó y le sacó la carta que faltaba de su bolsillo,
"ra el as de espadas. Unos segundos más tarde nudo
UNA PRUEBA FACIL
QUE ASOMBRARA A
SUS AMIGOS
El objeto es decfr cuál es la carta que
está encima de todas sin ver el mazo.
Primeramente, póngase de espaldas al pú-
;lico y pida a un espectador que coloque
un mazo sobre la mesa, mostrando la bo-
a. Digale que recuerde cuál es la carta
»xpuesta, y que luego sague de abajo del
nazo la cantidad de cartas que correspon-
le al número de la que está a la vista
(si -es un 3, tendrá -que sacar 6 cartas de
»bajo, etc.), Luego, pídale que coloque es-
as cartas encima del .mazo, y luego que
ante los números de cada una, empezan-
de con la de arriba.
— Usted descuenta la primera carta que
se nombra; pero, empezando por la segun-
la, cuente en sus dedos la cantidad de
xartas que van pasando, Cuando el nú-
nero que se canta coincide con el que
cuenta en sus dedos, ésa es la carts que
lenía que adivinar. Por ejemplo: si ha al-
anzado a contar hasta seis en sus dedos,
»uando cantan el 6, de trébol o lo que sea,
ésa es la carta que busca. e.
La prueba, casi siempre,
sale bien, y es muy fácil
de hacer habiendo practi-
cado una o dos veces, Pue-
de hacerlo aparecer aún
más misterioso al esperar
que se canten algunas car-
tas más antes de anunciar
la carta que corresponde.
——
Demostración
gráfica de una
prueba que se
describe ante-
riormente.
e)
colocar la carta dentro del bolsillo del saco del co-
misario Valentine sin ser descubierto. ,
— Si es tan hábil, veamos si puede encontrar el
as de espadas — le dijo el detective. ,
— Eso es muy fácil, Está en el bolsillo del comisa-
rio — replicó el ilusionista. - _—
Ahí estaba, efectivamente, y los asombrados poli-
sas todavía tratan de explicarse como llegó al bolsiilc
tel comisario.
¡Continún en la párina 51