Teatro nacional 1938 Recs worma
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SE FORMARON NUDOS
—... EN SUS DEDOS
MAS ACERCA DE GARCIA LORCA
— Tome éste, don Ramón, y déme el
suyo, que más cuenta me tiens perder
un duro que pagarle a usted el choco-
late todas las noches...
Resultado de la acumulación de
ácido úrico
Limpió su sistema con Kruschen
Pocos autores más afortunados y más desdichados que García Lor-
20. Sus obras más populares -— “Bodas de Sangre”, “La Zapatera
Prodigiosa”, “Y erma” — han subido a casi todos los escenarios del
habla castellana. En pocos añes, tan pocos, que ni siquiera alcanzan
a ser dígitos, el poeta escaló Jas gradas de la celebridad. Pero la his-
toria literaria está nutrida de análogos ejemplos, y no es ya tan uná-
nime el juicio acerca de los valores reales de sus creaciones escénicas.
“Bodas de Sangre”, representada por primera vez en un teatrillo de
tercera categoría de Madrid, no pasó de un suceso sin importancia.
Lola Membrives la impuso entre nosotros, en su arte a veces inimi-
table. Representada en pleno apogeo o apoteosis de su gloria en Nue-
va York, hubo de bajar del cartel a poco de ser representada. Algu-
nos críticos neoyorkinos le encontraron un sabor popularísimo a
“Caballería Rusticana”. Quizá estaban en lo cierto. “Yerma”, a pe-
sar de su éxito y de su motivo trágico, que se presta más al verso
encendido y al desborde de la magnífica imaginación del poeta, es
inferior a “Bodas de Sangre”. Y de esta última obra, considerada
desde el punto de vista estrictamente teatral, el segundo de los actos
debe de ser reconocido como el más logrado. En cuanto a “La Zapa-
tera Prodigiosa”, es una farsa de plazoleta, movida, jovial y picares-
20. “Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores” nos parece de
factura dulzona, inferior a lo que podía esperarse del poeta. Algo en
que se advierte un soplo de Espronceda, con versos ajados y no-
velescas lágrimas.
La reincidencia en García Lorca nos sugieren estas líneas. Quizá
si se dejara descansar un tanto su nombre, ganará el teatro y la pos-
teridad del poeta. Por otra parte, hay razones para dudar de la sin-
ceridad de muchos de sus corifeos. El derecho de admirar tiene tam-
bién sus limitaciones.
“SI LOS VIEJOS LEVANTARAN LA CABEZA”
FEFN EL TEATRO LICEO
¿Qué es el juego escénico? Un jue-
70 de palabras que han inventado los
xíticos para designar algo que los ar:
tistas desconocen y que el público nc
advierte. .
Un interesante ejemplo de la eficacia
de Sales Kruschen para remover el ácido
úrico acaba de llegar a nuestro conoci-
miento. Una mujer nos escribe:
“Unos pequeños nudos empezaron a
formarse entre mis dedos y en los hue-
sos pequeños de mis pies, causándome
esto incomodidades y ansiedad. Más tar-
de vinieron somnolencia y náuseas, y pa-
recía como si la circulación de mi sangre
estuviese también en mala forma, pues
mis huesos mostraban señas de los mis.
mos depósitos. Decidí descansar y seguir
una dieta por un tiempo, y para ayudar-
me más rápidamente, me recomendaron
tomar Sales Kruschen — a tomarse co-
mo se indica — para remover del sistema
los depósitos de ácido úrico.
“Eso fué hace dieciocho meses, cuan-
do yo estaba en un estado lastimoso.
Inmediatamente comencé a hacer como
me recomendaron, Comencé con mi dosis
de Kruschen en seguida, y, créanme, aho.
ra soy una mujer diferente. Todavía
tomo mi pequeña dosis de Kruschen dia-
riamente, Peso 57 kilos, y mido 1 m, 60
de estatura. Ningún exceso de peso, bue-
na apariencia, lista para luchar por la
vida, y siempre pronta para dar a mis
amigas el secreto de mi actual buena
salud.” — Sra. W. R. M.
La acción de Sales Kruschen es disol-
ver los cristales de ácido úrico, y ayu-
dar a la Naturaleza a expeler esos cris-
tales disueltos a través de las vías na-
turales.
Las Sales Kruschen se venden en
todas las farmacias a $ 2.20 el frasco y
duran mucho tiempo.
Si por juego escénico ha de enten-
lerse el movimiento y actuación del per-
sonaje en las tablas, no hay por qué
recurrir al antedicho lagar común, pues
nada anqúilosa tanto el juicio crítico
como el empleo de fórmulas, que lo mis-
mo sirven para valorar a un comiguillc
que 2 un gran actor,
Un título original; “Prohibido suici
larse en primavera”, la. obra de Caso-
14, estrenada, por la Xirgu en el Odeón.
La obra transcurre en un sanatorio, en
21 cual se dan todo género de facilida-
des a los que deseen suicidarse. Hay,
pues, un sentido tragicómico del hu-
morismo.
E
“El teatro francés contemporáneo en-
z0ntró en Octavio Ramírez un comen.
tarista de excepción en el palco escé-
nico del Cervantes. Versado en la ma-
'eria como pocos, entre nosotros, supe
imprimir a la palabra el rumbo cate.
górico impuesto por la concisión de
las ideas y el conocimiento exacto del
problema que trataba, Contrasta es
te hecho con el verbalismo teórico de
los conferencistas, que se explayan so-
bre cualquier tema prejuzgando sobre
la 1onorancia del auditorio.
¿Se puede reprochar a un autor que persiga, con impar ahinco,
tan sólo el éxito? Si no es otra cosa lo que se propone, allá él o allá
ellos, como en el caso de los afortunadísimos de las Llanderas y Mal-
fatti. Pero es que el éxito suele ser la compuerta falsa por donde el
comediógrafo cree entrar en el limbo de la celebridad. Mas no es
éste, por cierto, el caso de los autores de “Si los viejos levantaran la
cabeza”, entregados a construir comedias más o menos agradables,
que se escuchan sin fatigar y se miran sin desdén. Obras para pasar
un rato, después de cerrar el negocio o dejar preparada la cena. Tea-
tro al servicio de convicciones mediocres y de mentalidades económi-
cos, , al mismo tiempo, de cerebros fatigados por. .preocupacinnes
excesivas. En esta obra, como en las anteriores del. binomio, la receta
consiste en una dosificación práctica de lo risueño, de lo cómico, de
lo triste, de lo cáustico. Hay también moraleja,. como en las fábulas
y estrambote, como en los sonetos. Y personajes recortados.a la me-
dida y figura de los intérpretes, lo cual no puede ser un reproche
inmoderado, pues el propósito entra en la técnica del éxito es in-
dispensable para la buena versión escénica. .
Trata la pieza de una alemana, a la que no queda otra recurso que
actuar de dama de compañía de tres solteronas que son sus herma-
nas políticas. Son ellas adineradas, ridículas yy orgullosas. Pero nada
shakespearianas, por cierto. La alemana tiene una hija, a la cual
intentan casar las solteronas con un estanciero, al verse de pronto
en la ruina. Pero la madre se opone, abandona la casa, acepta las
proposiciones de un floreciente comerciante en embutidos y desposa
a la hija con el muchacho que ella prefiere. Culmina todo esto.con
su bondad y generosidad para con las tres solteronas,- alas que, a
la postre, protege y perdona. E Y .
- Con este cañamazo han hilado los comediógrafos una mieza lozana,
cuyo título neremos, acaso nor largo tiempo. en. los anuncios. - -
>»
7
Y tener constancia y buena voluntad para adquirir en su casa,
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FE DE ERRATAS :
La anécdota. — Habiento ordenado el
vobierno español el retiro de la circu-
ación de los duros que llevaban estam-
bado el busto de la reina Tsabel, por
los que mostraban el del rey Alfonso,
menudeaban al principio las equivoca-
ciones y conflictos de tode género, sobre
todo en los cafés a los que concurría
a bohemia literaria del Madrid viejo.
Valle Inclán, el autor de “La guerra
carlista” y de varias comedias y farsas
escénicas, solía encontrarse en un come-
dero con Sinerio Delgado, director de
la revista “Madrid Cómico”, También
aran rontertulios ntrns escritores. Tecta.
va situado el comedero, que a la vez era
hocolatería, en la calle de Alcalá, a la
alida de los jardines del Buen Retiro
Jna noche, al pagar el gasto, Valle In-
'dán sacó a relucir un duro Isabelino
¡1 mozo lo miró, y rechazándolo, le ad-
irtió, filosóficamente: “Está fuera de
irculación.” Y Delgado tuvo que pagar
1 consumación. A la noche siguiente
olvió a repetirse el episodio, y a 1a
tra y a la otra. Pero. a la cuarta no-
he, al ir Valle Inclán a pagar con el
luro Isabelino, Delgado, sacando uno
egal de su bolsillo. se lo entregó, di-
1ónAnla: