ENRA LA MUJER
Por Valentina
Abrigos
por qué no publica un abrigo am-
plio, bien “volador” y moderno. .
—e ¿Se llevan siempre las solapas?
¿Qué adorno. pondré? -
— Me gustaría un sacd de corte mi-
litar: ¿puede indicarme alguna idea?
¡Pero cómo no, chicas! ¡Encantada!
Aquí tienen, para comenzar, una serie
breve, sí, pero muy de acuerdo. a los
dictámenes de la moda de último rigor.
Para todos los gustos, para todas las
pretensiones esta página dedica su va-
riedad de figurines,
¿Verdad que son interesantes?
No.es cierto que son paquetísimos?
Y entonces, amigas, ¿qué esperan
para elegir? ¿Te gusta éste? A' ti...
¡ése?... ¡Ah, tú prefieres aquél! Bue-
no: ¿quieres que te diga una cosa?
¡Los cuatro son maravillosos! ¡Quién
pudiera hacérselos todos!, ¿mo?
Pero mira...; a lo mejor... Ni tie-
nes tiempo para usarlos. Por eso hazte
uno solito, y si puedes..., hazte otro
más paquete, para lucir por la tardeci-
la 0 en fiestas. —-
MM PETER
CARAS JUVENILES
NI hay duda, la moda está de buen
humor y se siente cariñosa, bue-
na... Por eso, para que se alegren
más las caritas jovencitas, ahora les
regala el uso de lás capelinas simpá-
Si tu saco ha sacado bri-
lo o está ligeramente gas-
tado donde te sientas, ce-
pillalo suavemente con
agua adicionada con amo-
niaco, pero en un movi-
miento de “contrapelo” y.
nunca en el sentido de la
tela.
USTED ¿SABE PLAN-
CHAR EL PANTALON DEL
SEÑOR?
SI se ha marcado la rodillera es ne-
cesario humedecer directamente el
pantalón: Con las manos aplastar el gé-
1ero
Las cintas de terciopelo
se planchan pasándolas por
el hierro “parado” sobre la
mesa...
No-te pongas nunca un
vestido todavía tibio por el
planchado. Se te arrugará
mn seguida; por lo tanto,
déjalo que se enfrie del
todo.
ficas y de estilo.
Esta moda es francamente sentado-
"ra, y mis amigas lectoras saldrán ga-
rando con tal uso. :
Para la primavera, entonces, ya pue-
Jen ir aprontando los materiales con
que formarán un lindo modelo de úl.
tina sensación.
Las puntillas y encajes se
repasan por el reves, apo-
yando sobre un moletón es-
peso para no aplastar los
Yletalles del bordado.
Planchar “apoyando el hierro con pe-
queños golpecitos, es decir, sin hacerla
leslizar. Cuando la rodillera haya des-
1parecido, se procederá a quitar el lus:
re planchando a través de un trapo muy
númedo.