MUNDO ARGENTINO
¡La moda es una veleta!
S I, señoras, ¡una perfecta
veleta, e inconstante...,
e informal..., y qué sé yo
cuántas cosas más!...
Si no fuera así, ¿por qué
-an pronto acepta la chaque-
ta, como “el bolero, como “el
sacón o la capa?
¡Si no es inconstancia es-
t0...! ¿Y para la comunión
Je colores?... Verde, solfe-
rino y bleu; gris, negro y la-
drillo; verde ladrillo y viole-
ta; blanco, azul y mostaza.
Y conste que estos son “bo-
toncitos de . muestra”, nada
más...
Ya ven ustedes cómo está
el ambiente... ¡Que una co-
sa, que otra, que un tono, que
otro rabiosamente opuesto!...
¡En fin, veleta y veleta...!
- indiferencia -es la peor €. las miop”as. -—.
Y Pa añitos ee e de
a Node go
Luz y sombra..., reflejos brillantes y
opacos..., claros y obscuros.., Esto es el
juego moderno. Conjuntos donde se combi-
nan los efectos de contraste más notables.
Telas opacas en yuxrtaposición con tejidos
hermosamente brillantes. No bastan -ya los
colores. Los reflejos complementan la serie,
y la categoría más chic la ofrece el juego
moderno en negro: crépe mate y satin bri-
lloso, siempre en negro. “_—. 7
E E AA "....
Lx 2 “ca :
Ya lo sabíamos, ¿verdad que sí? Las trans-
parencias están y siguen de moda. Encajes, y
tules, y muselinas livianísimas realizan esos
efectos. Y la variedad más fantástica la ha-
ces1 los encajes de lana, beliísimos en su deli-
cadeza y espléndidamente elegantes, El en-
caje de lana, de tan buen gusto y en los co-
lores más modernos, hacen el milagro de ves-
tir “a la última moda”, sin exagerar, empe-
ro, la nota más o menos abrigada que no
debe descuidarse por ahora...
pea
Ese será el género de sensación para blu-
7 sas y vestiditos livianos. Y. para acompañar
J y completar los tailleurs, nada más lindo que
“ esas hermosas viyelas de gustos mil veces
distintos, y, ¡oh, alegría!, inarrugables.
Dicen que en París chicos y grandes vis-
¿en con viyela..., y no hay que olvidar que —
en París ¡saben un foquito de eso que se
dice “vestir”...! .
- .
, UciisuUld.
“Ellos”, y otra vez “ellos”, llenando los rin-
concitos de nuestra sección... ¡Eso es dar-
les... categoría! Bueno, pues; hace un tiem-
pito que han optado por el color marrón
para sus trajes, y les queda muy bien: no
hay mada que decir, pero ¡muy bien!...
¿Quién nos hubiera dicho que ellos se iban
1 permitir semejantes fantasías de conjun-
lo?...- “¡Cosas veredes!,..”
y 7 / 7 , ",
.
Y como ya los cierres relámpago son
poca fantasía..., han aparecido otros de
colores y tonos raros, bordeados de piedri-
tas brillantes en el tono. Son muy lindos,
¡y qué paquetones para vestir bien!,..
La esperanza es un préstamo del buen humor.
No protestes por todo...
“¡Qué mal tiempo!...” “¡Qué barbari-
dad!...” “¡Qué época triste la nuestra!,..”
Tu nerviosidad no cambiará -el curso de las
r0sas Ni te las hará sobrellevar con más fe-
icidad..., ¡no! Acéptalas, entonces, como ven-
zan. Con una sonrisa, el mundo y la vida te
parecerán otra cosa. ¿Por qué no pruebas”
Verás, amiga: verás... 1!
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