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DIEZ AÑOS y ESCRIBÍ una
dice Paulina Singerman. “Hasta los catorce — agrega —
sólo hice papeles de madre”. -.
Reportaje por. ANDRES MUÑOZ ;
AULINA Singerman
entra en su camarír
del Astral enfundada
en el amplio vestido que
requiere el personaje de Cata-
lina en “La fierecilla domada”,
de Shakespeare, Acaba de ter-
minar la función de la tarde y
le queda poco más de una hora
para ir a su casa, comer y re-
gresar para la función noctur-
na. Además, tiene que charlar
con nosotros y contarnos su Vi-
da. Pero ella sabe ingeniárselas
y hacer tiempo para todo, Por
eso no vacilamos en soltarle de
pronto nuestra proposición:
— Venimos a que nos cuente
su vida, Paulina... -
Ella sonríe y nos responde
con otra pregunta:
— ¿No le parece demasiado?
Ya se conformará usted con al-
gunos episodios sueltos. Mi vida
ya la escribiré yo con el tiem-
po. Todavía es pronto para eso.
Se excusa y desaparece de-
trás de un cortinado que divide
en dos compartimientos el am-
plio camarín,
—. En seguida estoy lista —
nos dice. Y cumple su palabra.
A poco reaparece completamen-
te transformada, En cuatro mi-
nutos su indumento ha sufrido
una evolución de cuatro siglos.
Ahora lleva un tapado de la
más rieurosa actualidad. An-
Paulina Sin-
yerman, como
puade verse en
esta foto, no le
rede a nadie la
derecha, cuan-
do quiere, en
vunto a línea
y elegancia.
les de sentarse pregunta rápida, con el
risible. propósito. de- aprovechar el
iempo: . > NN
— ¿Por dónde empezamos? .. .
— Empezaremos por su nacimiento,
:0mo en "las biografías noveladas...
:Dónde nació usted? _ E.
— En: Buenos Aires, barrio de Pa-
'ermo, calle Canning. No recuerdo aho-
ra el.número; pero sí la casa, Es una
:asa pequeña; pero histórica. Por algo
nací yo en ella... .-. :
— ¿Y el año?... . uo
— Ah, qué gracia!... Esa pregun-
ta no vale, La contestaré cuando cum-
pla treinta años... Y todavía falta un
rato... —
:—- Volveremos entonces... ¿Qué hizo
usted después de nacer?...
— Me dediqué a adelgazar, Era bas-
tante gordita; pero el nacer no me
sentó... Sólo después de varios meses
de mi nacimiento empecé a cumplir el
La primerá actriz del Astral
en su caracterización de “La
fierecilla domada”, de Shakes-
peare, que
se va acer-
cando a la:
ciento cin-
cuenta re-
presentacio-
nes consecu-
tivas, lo que
constituye
un triunfe
tan hala-
gieño nara
la artista
comó para
el público
vorteño.
Paulina
Singer-
man a
través de
una ca-
ricatura
llena de
expre-
sión y de
carácter.
precepto de la naturaleza .de crecer y
desarrollarme: Claro -que hasta ahora
10 me he desarrollado demasiado, pero
sí lo suficiente. El exceso de tamaño
an ancho o en alto, es un serio incon-
reniente en la vida y en el -teatro. So-
we todo para la mujer. Si no se inter-
nretara como .una- autodefensa, yo. di-
ía que. tiene más probabilidades .de
legar a ser una gran mujer.una pe-
¡ueña que una grandota. Y. aunque se
nterprete, lo diré. Después de. todo,
9 no soy tan pequeña. a .
— Está: usted en lo justo.
— Me defiendo, me defiendo...
— Volvamos. a su infancia. ¿Cómo
ra usted de chica?
— En lo físico bastante baja, y
an el carácter bastante rebelde. En es-
o último no he cambiado mucho, aun-
que la vida es el mejor bálsamo para
emplar el temperamento. La vida de
a mujer... ¿Por qué ha de decirse
iempre la vida del hombre? ¿Acaso
as mujeres no vivimos nuestra vida?...
a vida de una muier de treinta años
'yo todavía no los tengo, ¿eh?) se di-
vide en tres etapas, Hasta los diez años
su mundo es un mundo de juguete, De
los. diez a los veinte, el mundo ad-
quiere el tamaño de nuestra imagina-
ción. Recién después de-los veinte el
mundo va tomando su forma y sus di-
mensiones verdaderas. Claro que en
estas clasificaciones no van incluídos
los casos de precocidad. Pero éstos
forman rancho aparte...
SU INFANCIA Y SU ADOLESCENCIA
— Tenemos entendido que usted fué
un poco precoz...
— Sí que lo fuí, pero sólo en lo que
se refiere a mi afición al teatro. Y no
es que desde niña aspirara a ser actriz
profesional. Nada de eso. Ni en sue-
ños pensaba en tal cosa. Era algo más