Full text: 28.1938,8.Jun.=Nr. 1429 (1938142900)

y de Junio de 19838 
7 y 
Cuento por 
¡VIENE un lindísimo vestido — 
rY -pensó Clara.-— Pero me pa- 
rece que Dora no está tan bien. 
- . Veremos lo que él piensa. -¿Có- 
no puede agradarle a un hombre de 
»uen gusto una mujer con semejante 
rente? 
Se inclinó. sobre el hombro de una 
'oven sentada en la primera fila. 
— Dime, querida: ¿sufres vértigo? 
— ¿Vértigo? ¡Por favor! — excla- 
mó la otra rápidamente, — Con sólo. 
mencionar. esa palábra me mareo, - 
—. Entonces no mires la frente de 
Dora: es peor que un precipicio. Se ha 
oeinado el cabello liso hacia atrás y lo 
leva en un nudo sobre la nuca. ¡Qué 
orrible! 
Con una graciosa imitación de la 
modestia cubrió su propia frente con 
1n mechón de rulos rojos. En ese ins- 
ante, presintiendo que se hablaba de 
:lla, Dora fijó sus brillantes ojos ne- 
gros en los de Clara, y lo adivinó todo. 
En seguida comenzó a hablar al oído 
de una señora sentada a su lado, mien- 
“tras trazaba líneas paralelas con el ín- 
dice sobre su frente alta y lisa, Clara, 
que no ocultaba su frente solamente 
vor coquetería, vió el gesto y rechinó 
os dientes con rabia. 
Clara no prestaba atención a lo que 
xurría en el escenario. Con los ojos 
vuestos en Dora, esperaba la aparición 
de un hombre. 
— El no vendrá hasta que termine 
'a obra. Todo el mundo se ha reunido 
sta noche aquí. Pero, sí... ¡Allí llega! 
Observó que al pasar conversaba 
animadamente con Dora, y los celos 
»bscurecieron su mirada, 
— ¿Quieres que te lo presente? — 
e preguntó la joven sentada delante 
le ella, 
— No — dijo Clara, levantando un 
voco la voz. 
Reconoció él la voz de Clara, e in- 
nediatamente se acercó, sonriendo con 
sus hermosos ojos azules, cuya expre- 
sión de ternura daban un enorme atrac- 
ivo a su interesante personalidad. 
—- ¡Buenas noches, ave del paraíso! 
Clara había vuelto a recobrar su 
:ompostura, y pensaba: “Ella nos está 
»bservando.” 
Inclinándose hacia el gran drama- 
:urgo Roberto Frank, lo recibió con 
ana de sus mejores sonrisas. 
— ¡Ese vestido rosado! — exclamó 
2] recién venido. 
— ¿Le gusta? 
— De ninguna manera; una criatu- 
ra exótica como usted, con ese magní- 
fico cabello rojo sobre sus ojos verdes, 
debiera llevar una piel de leopardo en 
7ez de un vestido. - 
Rápidamente, con calculada imperti- 
aencia, tomó entre sus dedos el mechón 
ie rulos rojos que cubría la frente de 
Clara, Pálida y atenta, su rival la ob- 
:ervaba. 
— ¿Cómo van las ganancias esta no- 
2he? 
— Sacamos la suma redonda de vein- 
idós mil pesos, Como ve, le descubro. 
:odos mis secretos. - 
— ¿Está seguro que todos? 
— Todos, menos uno, y creo que su 
meanto hará que pronto sepa también 
iste, 
De vronto. Clara ga lovontá Na mie 
COLETTE 
“a oír más esa noche. Se llevaría con- 
igo las hermosas palabras que había 
scuchado, 
Desde que Clara descubrió que es- 
aba enamorada de Roberto Frank, su 
-ensamiento siempre iba primero hacia 
2 joven que era su rival. Siempre que 
2 encontraba con su antigua amiga 
- Frank en una fiesta, sentía que la 
ingre le coloreaba las mejillas. A toda 
sta deseaba enamorar al interesante 
Tank, para lo cual debía desplazar a 
“ora, 
Sucedió finalmente que, obligada a 
vandonar el terreno en todas las oca- 
iones, Dora desapareció. Esto era algo 
on que Clara no había calculado. Du- 
ante el estreno de la última obra de 
"rank, Clara recorrió el teatro con la 
mirada, 
— ¿Dónde está Dora? — preguntó al 
scritor. 
— ¡Yo no soy su tutor! — gruñó 
"rank, enojado porque Clara no pres- 
aba bastante atención a: su mueva 
hra. . 
?ensó que mentía, y no dijo más. 
Pero Dora tampoco estaba presente 
n la fiesta veneciana que unos ami- 
os. daban en sus magníficos jardines, 
e modo que no pudo ver a Frank ves- 
ido de blanco, caracterizando a un 
oble italiano. del Renacimiento, y a 
lara de paisana napolitana. . 
— ¡Qué fiesta! — comentaban los 
nigos de Clara. . 
— Sí... — contestó ésta distraída. 
- Es muy linda, pero falta algo, Es 
na fiesta magnífica, pero un poco 
burrida. . - 
Ya hacía tiempo que estaba cons- 
antemente aburrida e impaciente, y 
'eseaba que un cambio ocurriese en su 
ida” monótona. o 
Por eso cuando Frank se le declaró 
ceptó inmediatamente. Decidió que la 
oda se realizaría en el campo, pero 
bandonó la idea al pensar que Dora 
:0 estaría presente. ¿Dónde estaría 
"ara? . . . 
Resolvió preguntárselo a su amiga 
n Ja primera ocasión que se presen- 
ara. 
— Pero, Clara, ¿dónde has estado? 
- le respondió ésta. — Dora se casó 
on ese joven simpático que la corte- 
aba hace tanto tiempo, y actualmen- 
e andan en viaje de bodas por Europa. 
Cierto día salió a almorzar con 
“rank. Pensó, sin embargo, que la 
rrimavera había llegado, y que ella se 
burría enormemente. Frank, obser- 
ando su silencio prolongado, le tomé 
a2s manos entre las suyas. Clara le- 
antó la vista y vió en lugar de su 
ovio el vacío inconmensurable que 
epresenta el hombre a quien no se ama 
- de quien una se está hastiando, El 
mmenzó a relatarle el argumento de 
u nueva obra. Pero una serie de vio- 
antos bostezos conmovió a Clara de 
al modo, que creyó estar enferma, y 
idió que la llevase a casa, 
— Volveré después de cenar pará ver 
omo te encuentras, querida mía — 
ijo Frank-ansiosamente. - 
— No, no te molestes; yo te llamaré 
or teléfono. No es nada... 
No recibió ningún llamado telefóni- 
0; pero, en cambio, una nota en un 
ono tan brusco. aque se sintió herida 
n lo más profundo de su amor propio. 
— Hay otro hombre de por medio.— 
cidió al fin. — Ha jugado conmigo 
1ra divertirse. . 
Pero estaba muy equivocado. Clara 
2 encontraba confortablemente acos- 
ada en su cama, deleitándose en fu- 
nar un cigarrillo de su marca favo- 
ita, mientras que bajo sus párpados 
errados la imagen de Frank se esfu- 
aba del todo. 
Era realmente una lástima que Dora 
ubiese abandonado la partida de esa 
1anera. De haber seguido celando a 
rank, muriéndose de envidia: quizá 
lara se habría casado con él para 
ar feliz... a. si Manera
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.