MUNDO ARGENTINO
PADEREV
regresó a Poloma para de-
volverle la democracia
después de haberle devuelto
la libertad
aña Vevey, situada también en la ori-
la del-lago de Ginebra.
“Nada les faltaba, en efecto, Unica-
mente la libertad de la patria de am-
058, Desde hace casi un siglo y medio,
Polonia, dividida, estaba gimiendo bajo
> yugo de Rusia, Austria y Alemania.
Jesde hace ciento cincuenta años las
ninas de plomo de Siberia se llenaban
:01 “présos políticos polacos, Con los
Datriotas que lograban salvarse de las
alas de los pelotones de fusilamiento.
2 ayuda alemana para obtener la inde-
endencia de su país. Pero un concierto
ue dió en Berlín en 1913, lo desilusio-
16 por completo, Paderewsky, sentimen-
al, romántico e idealista, no podía
guantar la atmósfera prusiana de la
Cemania imperial, Un chiste estúpido
izo desbordar el vaso de su paciencia,
Jus amigos alemanes le cortaron su
argo cabello mientras él dormía, Le
rruinaron su larga melena sedosa; de
a cual, aun hasta la fecha. está más
,”“
VARSOVIA, 12 (H). -- Hoy fué pue
licado el primer múmero del diario de
a oposición democrática “"Cuozpolita”,
Dicho diario es dirigido por el ex pre»
idente del Consejo, Sr, Ignacio Pa=
jerewskL —.
De los diarios;
QUO. YADIS, POLONIA?
N una noche del invierno de 1908,
dos hombres conversaban en la
biblioteca del castillo de Riond
Bosson, situado cerca de la pe-
queña ciudad suiza de Morges, En la
yenumbra de la sala, las llamas de la
morme estufa iluminaban de cuando en
suando las facciones de los dos hom-
»xres que se hallaban junto a ella, hun-
lidos en sus sillones. Sólo el crepitar
de los troncos rompía el silencio. La
uz de la chimenea se reflejaba extra-
iamente en el enorme piano negro que
ocupaba el centro de la estancia. Sobre
| piano había un lujoso cuaderno de
páginas amarillentas: el manuscrito
rriginal del “Nocturno” de Chopin.
Los dos hombres hablaban en voz
aja con intervalos entrecortados.
Hablaban un idioma raro, de sonido
julce y armonioso: eran polacos, Igual
que aquél cuyo manuscrito yacía sobre
al viano. Uno era poeta, el otro músico,
Cuando Paderewsky llevó a su patria, Polonia, el espiritu de la democracia, después
de su activa propaganda en los Estados Unidos encaminada a tal fin, se decidió a
intervenir en política, y aceptó el cargo de jeje de gobierno, bajo la presidencia
del general Pilsudsky. Aquí lo vemos cuando ejercía de primer ministro, conversando
ron: aluunos altos jetes del ejército nalaco.
Uno se llama Sienkievicz, el otro
Paderewsky, Dos figuras excepcionales,
los cabezas características, Inolvida-
es...
Ambos alcanzaron ya la cumbre de
a gloria; tanto el genio del piano co-
no el titán de la novela inmortal. Ya
1 fines del siglo pasado, Paderewsky
tué considerado como el pianista más
rrande del mundo. mientras las obras
le Sienkievicz han penetrado en todos
os rincones de los cineo continentes.
Jada faltaba a estos dos hombres, que
an llegado a la edad madura rodea-
os de fama, gloria y riquezas, Pade-
ewsky vivía en el hermoso castillo,
n su vasta propiedad de Riand Bos-
on, que adquiriera del barón de Le
Varois, mientras Sienkievicz trabaja-
a en su villa aristocrática en la cer-
El jamoso mianista polaco en una
escena de la película “La sonata de
medianoche”
Las sublevaciones habían sido ahoga-
las en sangre. La libertad de Polonia
10 se vislumbraba aún. Sólo en el pe-
cho de Sienkievicz se mantenía viva la
lama sagrada, que más tarde iba a
:onvertirse en un incendio, del cual re-
surgió, victoriosamente, el águila blan-
za, la “Polonia restituta...” -
En esta noche, el poeta ha logrado
:onvencer al músico de sus ideas. Lo
convirtió en un campeón invencible de
la independencia polaca. Lo transformó
]n un político idealista, un patriota,
an el sentido más puro de la palabra.
Un año después, Ignacio Jan Pade-
-ewsky pronunciaba su primer discur-
so político en Cracovia, antigua capital
je los reyes de Polonia, que a la sazón
¡e hallaba anexada a Austria.
LA ALEMANIA IMPERIAL LO
DESILUSIONA
Sus jiras artísticas en los años ante-
iores a la guerra mundial han sido
'tras políticas a la vez. No cesaba de
bogar en favor de la independencia
le su patria, y contribuía con enormes
umas al movimiento revolucionario,
ada vez más poderoso, Su arte le pro-
cía millones.
Durante mucho tiempo tenía sus ojos
uestos en Alemania, Esperaba atraer
: simpatía alemana a la causa nolaca.
rgulloso que de sn arte. Jamás volvié
1 Berlín.
AMIGO DE WILSON Y DE
CLEMENCIRATI
Mientras Pilsudsky, el ex maestro de
scuela, luchaba contra la política de
iena, y trataba de organizar el movi-
mento revolucionario en. el territorio
volaco anexado a Austria, Paderewsky
e fué a los Estados Unidos. Dió con-
dertos de piano y conferencias políti-
dacas. “Con su piano lograba lo que
vería”, dice Lloyd George en sus me-
norias.
Logró ganar a Wilson y a Clemen-
eau a la causa de Polonia. En la Con-
'erencia de Versalles, todo el mérito
orrespondió a Paderewsky. La crea-
ión de la Polonia libre fué impuesta
or los Estados Unidos, Por la demo-
'Tacia de América. Pero cuando, en di-
jembre de 1918, Paderewsky llegó a
/arsovia, encontró a Pilsudsky en el
illón presidencial. El soldado se había
.delantado al artista. Solamente bajo
2: presión de los Estados Unidos y
tran Bretaña pudo ser presidente del
onsejo y ministro de Relaciones Ex-
eriores en la joven república. Y sólo
n apariencias, Su gobierno nominal
10 duró más que diez meses. Después
le una lucha estéril, Paderewsky aban-
lonó su país nuevamente para retirar-
e en exilio voluntario otra vez, Vol-
rió a Suiza, a su propiedad de Morges,
(Continúa en la página 471