Full text: 28.1938,22.Jun.=Nr. 1431 (1938143100)

"e 
a 
MUNDO ARGENTINQ 
cquridad en el : 
L día 4 de agosto” de 1906, en 
LC viaje de Génova a Buenos Ai- 
4 ss este vapor “Sirio”, de 
cinco mil toneladas, con 470 
pasajeros de primera y segunda; 695 
de tercera y 127 tripulantes, se encon- 
traba a la altura del puerto español 
de Cartagews, . :* 
| Siguiendo diferentes rumbos y a la 
vista del “Sirio” se hallaban el vapor 
alemán “Caya”, ótro vapor francés: él 
laúd “Vicente Llicana”, y el pailebot 
"Joven Manuel”, de cuya tripulación 
yo*Tormaba parte como oficial, y cuyo 
número ascendía a. siete. hombres, .: - 
El día era espléndido y navegába- 
mos con viento favorable en dirección 
al puerto. de “Valencia, llamado El 
Grao.*Espejeaba la cubierta. con-un 
aspecto de frescura suntuoso, como la 
tierra en días primaverales, El sol; ya 
en descenso, arrancaba a los colores 
salpicaduras de chispas y disparaba 
sus rayos de oro sobre las barras repu- 
lidas. Y las gotas de agua de mar ais- 
tadas, olvidadas a trechos, a lo largo 
de la batayola, eran tan límpidas co- 
mo gotas de rocío, y arrojaban más des. 
tellos, que brillantes dispersos, Yo es- 
taba de guardia en el turno de 12 a:16 
horas, - 
Hacía rato que venía observando ai 
“Sirio”, que, por el rumbo que llevaba, 
cualquiera hubiera supuesto que tra- 
taba de pasar al Norte de la isla Hor- 
miga Grande, cerca del cabo de Palos, 
entre cuya isla y la costa existe un ca- 
nal de aguas profundas, paso que no 
utilizan los barcos grandes por temor a 
un bajo de piedra que existe en suce 
inmediaciones, y que está registrado 
2n las cartas marinas. —- - 
Pero para un capitán. tan exper- 
to como el del “Sirio”, que contaba 
con 44 años de navegación y que 
había hecho más de treinta viajes 
al Río de la Plata, el peligro no 
era grande si él o el oficial de 
guardia hubieran localizado el ba. 
jo por marcaciones, en lugar de 
estimar a ojo la distancia a que 
de él se encontraba, - 
El exceso de confianza fué cau. 
sa del accidente, como ocurre en e' 
99 por ciento de los sinies- 
tros, salvo los producidos por 
la niebla, porque en este ca- 
80, el marino no tiene defen- 
sa que oponer al peligro, má- 
zime en mares muy frecuen- 
tados como el canal de la 
El naufragio del “Sirio” es un ejemplo de la 
poca previsión en. materia de salvamentc 
Por el capitán MANUEL LOPEZ BENGOA 
El capitán Manuel López Bengoa, de la marina mercante es: 
pañola, ha tenido una larga experiencia en asuntos de nau- 
fragios marítimos. Afirma este marino que las caiisas: del ele- 
vado porcentaje de víctimas en los siniestros marítimos tie- 
ne su origen en graves defectos de organización, que pueden 
subsanarse mediante la adopción: de medidas que propondrá 
en-el-Congreso:-de la Cruz Roja Internacional a celebrarse 
en Londres: en--el-corriénte mes. Para que nuestros lecto: 
res comprendan lo que significa un naufragio en las actuales 
condiciones. de navegación, hace el relato de un caso típico 
que aún se recuerda vivamente, y en el que le tocó. actuar. 
Í 
E 
1 
5 
Nx 
Lec 
A 
“Vimos otro bote, 
1 que se aproxi- 
maron varios náu= 
fragos, que, al tratar 
je subir, lo hicieron 
nolrar. 
Mancha, cuyo tráfico podría compa- 
rarse con el de la avenida de Mayo 
o la calle Corrientes, 
Es posible que el capitán tratara de 
pasar por el canal atendiendo a ruegos 
del pasaje, ávido de acercarse a la cos- 
ta para contemplar con más nitidez los 
detalles de su configuración, - 
Serían las 17 horas cuando el “Si- 
rio” embicó el bajo de piedra, qué .el 
:apitán suponía dejar a su izquierda. 
El choque, dada la velocidad y el peso 
lel barco, fué terrible. Las planchas 
le proa y del centro se abollaron, cedie- 
ron lós- remaches, y el agua penetró 
:on violencia y en cantidad, inundando 
as boderas. 
Cometido el error de rumbo; tuvo-el 
capitán la desdichada oturrencia de or: 
denar dar máquina atrás. Esta medi. 
da provocó el hundimientó de la popa, 
y elevándose la proa, se facilitó la pe- 
retración del agua, que invadió el .de- 
partamento de máquinas en forma tan 
repentina, que nc pudo salir de allí nin- 
gún maquinista ni foguista por la ex- 
vlosión de las calderas, Co 
A los toques de sireña del “Sirio” 
concurrieron a prestár auxilio todos los 
darcos que estaban a la vista; llegando 
primero nuestro pailebote, que estaba 
a siete kilómetros de distancia,-lo que 
hos permitió llegar en media hora. 
. EL SALVAMENTO 
-— El espectáculo que presenciamos era 
20rroroso, y por sus proporciones ex- 
ede a cuanto pueda desarrollar la ima. 
zinación. Es en tales momentos trági- 
:0s cuando se revelan los instintos más 
sroseros y criminales, al par que, en 
"udo contraste con ellos, aparecen las 
virtudes de los. seres espiritualmente 
superiores, y que por serlo, mantienen 
la-serenidad ante el peligro, y desafían 
la muerte en “holocausto de. sus 'seme- 
jantes. —- . 
Como siempre ocurre en tales Casos, 
el barco se había inclinado sobré un 
costado, el de babor, con un ángulé: de 
15 grados. Entonces los pasajeros, tre- 
yéndose más seguros, se agolparoñ al 
lado contrario, en el cual los marinéros 
trataban de bajar los botes; pero, como 
siempre ocurre, no lo podían conseguir 
porque los botes chocaban en el costa 
do del buque y no podían llegar al agua. 
Se trasladaron. al lado opuesto, pero 
al iniciar.el descenso de los botes, el 
pasaje de tercera, dándose cuenta de 
que inutilizado el uso de la mitad de 
los botes, el resto era insuficiente para 
todos, se entregó a una frenética des- 
esperación y a una.lucha horrible para 
asegurarse sitio. 
(Continúa en la página 51)
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.