Full text: 28.1938,29.Jun.=Nr. 1432 (1938143200)

VU 
MUNDO ARGENTINO 
Entre el Hogar y la Escuela 
aaa AI IIS 
— Por JUAN JACOBO 
CULTIVAR LOS BUENOS SENTIMIENTOS 
_ CARTAS A LAS MADRES 
Buenos Aires, 29 de junio de 1938. 
Hijas mías: 
Siempre que se presenta la oportunidad sabéis que os llamo la atención so- 
re la conveniencia de analizar el espíritu de vuestras criaturitas, a fin de pro- 
Sorcionar los medios educativos (tanto los estímulos como las censuras y pe- 
nalidades) a las características de cada una de ellas. Porque cada niño en sí 
es un mundo original, un ente distinto a tualquiera otra criatura, por muy 
semejante que parezca a primera vista. Y también reacciona, por tanto de 
diferente modo y con desigual intensidad.” . 
Veamos un caso práctico: ¿cuántos niños hay que sacan notas bajísimas 
En su libreta escolar de calificaciones? Muchos, sin duda. Pero entre esos 
muchos, ya encóntramos dos modos de reaccionar: el que no se aflire y el 
que se angustia pensando en el disgusto que le espera al llegar a su casa. Y 
dentro del.grupo que se aflige encontraréis, todavía, la más variada gama de 
intensidades: desde el que todo lo olvida en el primer recreo y juega como 
de costumbre, hasta el que — según habéis-podido leer en los diarios última- 
mente — sufre una honda crisis, que desemboca en el suicidio, - 
Verdad es que estos últimos casos 'son excepcionales, por fortuna. Pero exis- 
ten. Y cualquiera de vosotras podéis ser, en algún momento, la madre que llore 
esa desaparición imprevista y dramática del hijo. Hay una manera de evitarlo. 
Sólo una: la del principio de esta carta: estudiar al pequeño, para adecuar a él de 
tal modo vuestras actitudes y vuestras palabras, que sienta, sin necesidad de 
que se lo digáis, que en su madre tiene su mejor amiga. 
El Als Omstonle 
H* aquí, expresada en el títu- 
lo, una norma educativa que 
nunca deben descuidar las ma- 
dres, pues son ellas, por su na- 
tural emotividad, las más indica- 
las para fertilizar el corazón. de 
los niños, 
Mil modos hay de realizar ese 
empeño, Pero las fechas memo- 
rables de la. familia (aniversa- 
rios, santos, etc.) dan ocasiones 
magníficas para acostumbrar a 
las criaturitas a que sientan y a 
que expresen sus emociones. 
En tales casos, corre por cuen- 
a: de la mamá conseguir, “con la 
Jebida anticipación, que los pe- 
jueños preparen un agasajo 
(preferiblemente una labor efec- 
——i—]————— dono tuada por ellos mismos) en ho: 
ns PARONIMOS | LAS ESTACIONES, 
10r de la persona de que se tra- 
e, a fin de entregársela en'su 
día. 
Esta inquietud de trabajar pa- 
"a alguien durante algún tiempo. 
ste júbilo de preparar secreta 
mente el obsequio, abre los. cora. 
zones infantiles a la generosidad 
Copiamos de los buenos 
libros y comentamos 
“¿Cuál es la' situzción de un argui 
ecto que debe construir una, casa? Er 
ximer Jugar examinará el terreno y ve 
4 si puede soportar el peso de la edi. 
icación, Después buscará los medios de 
fectuar ésta, de .modo que no haga 
»Ufrir con su excesivo peso a los cimien. 
"05. Durante la construcción propiamen- 
te dicha, se le exigirá, no una solución 
tproximada, sino un detenido estudio de 
todos los problemas que la misma en 
traña. Pues bien: el educador se encuen- 
"2 en una situación muy semejante: e 
:erreno sobre el que debe edificar su obr: 
:s el alma del niño.” 
OTTO LIPMAN. 
(“Psicología para maestros”) 
Los padres (educadores natos de su: 
hijos) y los maestros, que son los cons: 
Tuctores de la personalidad del niño 
1an de tener muy en cuenta los aspec- 
0s de la transcripción anterior que de- 
:allamos en seguida. 
1* — Estudiar al niño, para no en- 
'argarle ni más ni menos de lo que 
pueda hacer, Excederse, significa 
ransformar la educación en aborreci 
dle yugo; quedarse corto, es malogra: 
orobabilidades y habituarlo a la hara. 
zanería.. 
2? — Elegir, para realizar el pro- 
ósito educativo, los medios que más 
t8raden al chico: los que más se pa 
:ecen al juego. 
3% — Si el niño, cuando hombre, de 
Será vivir en sociedad, trabajar, diver- 
irse honestamente, cuidar su salud y 
rear una familia, hay que adiestrarlo 
lesde pequeño para esos fines. ¿Cómo? 
Veámoslo; 
Sociedad.—Habituándolo a condueir. 
se con los otros como si fueran él 
mismo, 
Trabejo. — Encargándole tareas de 
acuerdo con su capacidad y asistiéndole 
vara que triunfe en ellas y se encari- 
ie así con esas actividades que le re- 
nortan goce. 
Diversiones. — Creando el hábito de 
2 buena lectura, el buen deporte, e 
men teatro, el buen cine, la buena mú. 
sica y combatiendo las tendencias no- 
civas apenas se presenten, , 
. Salud. — Formando hábitos higiéni. 
208 y demostrándole el beneficio de ca- 
da uno de ellos. . 
Familia, — Mediante reflexiones sim- 
oles y, sobre todo, conmovedoras, cada 
vez que se presente la oportunidad de 
tacerle pensar que un día él (o ella, 
sendrá que actuar como diricente, en 
ma familia. 
nt ——- 
En primavera co- 
mienzan 23 rever- 
decer las plantas. 
VACA. 
¿Quién puede 
1gnorario? Todo 
el mundo sabe, 
hasta la saciedad, 
que la vaca es ese 
animal cuadrúpe- 
do que nos da su 
leche, su carne, su 
cuero y otros pro- 
jucetos no menos 
útiles, como sus 
pelos, - astas, hue- 
508, etc. 
5 ACA 
Lo que no suele 
Aberse tan bien 
28 q ue Daca 
“¡atención!: con 
» larga) es la 
arte superior de 
as diligencias y 
le otros vehículos, 
tonde se colocan 
os equipajes y se 
ubren con una 
ela que también 
se llama baca. 
El verano obliga a buscar la fres- 
cura del agua. 
Jaen las hojas de 
0S árboles al princi- 
niar el otoño. 
irboles 
lesnudos y 
delo plomi- 
0: ha lle- 
zado el in- 
vierno. 
REFLEXION ORTOGRAFICA 
- Casos como éste son los que nos hacen 
reflexionar acerca de la importancia que 
tiene la ortografia. Basta, en efecto, el 
sambio de una sola letra, para que se 
produzcan confusiones que pueden dar 
wigen a escenas ridículas y desairadas, 
Esto lo evitaréis aprendiendo a escribir 
correctamente. 
Él día comienza con la 
salida del sol, que nace 
por el este, 
, Las distancias... 
..onviene que te habitúes a con- 
siderarlas en tiempo, amiguito 
lector, y no en metros, ni cua- 
dras, ni quilómetros. Veinte cua- 
dras a pie, eñ tranvía, en ómni- 
bus, en colectivo, o en taxímetro 
son siempre veinte cuadras; pero 
variará el tiempo que tardes en 
recorrerlas. Y apreciarás, si 
ralculas en tiempo, la importan- 
ia de los vehículos. 
cm 
Con el me- 
liodía coin- 
side, más o 
menos, la 
hora del al- 
muerza. 
Al ocul- 
arse el 
101, con la 
»oche lle- 
san la co- 
nida y el 
sueño. - 
ET iio 
r tarde — acordaos del té — va 
del mediodía hasta la recho.
	        
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