_ MUNDO ARGENTINC
A usted que el actor PARRAVICINI es
Entre otras cosas, el popular cómico fué millonario y saltimbanqui, aviador, cazador de
lobos, concejal y... pirata de agua dulce.
. €
A has
USTAMANTE al 1600. Floren-
cio Parravicini nos ha citado
a las seis de la tarde en su do-
micilio, Lo encontramos en un
implio despacho, Varios sillones, un
ascritorio, una gran biblioteca. En el
suelo, varias pieles, una de las cuales
xerteneció a un enorme oso blanco.
En las paredes varias panoplias con
1mas de todas clases y épocas. Por
odas partes, retratos, muchos retra-
08. Tomamos neta de algunos de ellos,
os más conocidos, y que aparecen con
:fusivas dedicatorias o, por lo menos,
on sendas firmas, Alfonso XIII, Vic-
“oria Eugenia de Bathemberg, Eduar-
lo de Windsor, Entre estos tres reyes
aparece Un príncipe, Luis Fernando
de Baviera, nieto del káiser. Al lado
del príncipe alemán una infanta espa-
iola, la infanta Isabel de Borbón,
En otro sector, frente a frente de la
«ealeza europea, aparecen los represen-
tantes de las democracias americanas,
Entre éstos hay cuatro presidentes de
república: el general Julio A. Roca,
XZoque Sáenz Peña, Marcelo T, de Al-
rear y Baltasar Brum, Cerca de ellos
dras figuras también conocidas y des-
tacadas, como Benito Villanueva, José
Luis Cantilo y Honorio Pueyrredón,
Diseminadas por distintos sitios es-
án las efigies de los poetas, los escri-
tores, les músicos, los artistas, Vemos
n ese grupo a Gabriel D'Anunzio,
3Jantiago Rusiñol, Belisario Roldán,
Luis Morote, Quinito Valverde, el
maestro Bretón, Mariano Benlliure,
Eduardo Zamacois, Alfonso Danvila,
No lejos de ellos descubrimos a Er-
mete Zacconi, Leopoldo Frégoli, Ramón
Novarro, Joan Crawford.
— Tengo muchos más que andan por
1hí, en distintas habitaciones — nos
dice Parravicini. — Todos ellos me
Reportaje por
ANDRES MUÑOZ
:an sido entregados directamente por
os retratados, como lo prueban las de-
icatorias, y, a falta de éstas, las fe-
has y las firmas, Pero aunque soy
'ombre agradecido a las deferencias
jenas, no crea usted que me enva-
'ecen demasiado, Ni me envanecen Ni
ae achican. Después de todo yo tam-
ién he dedicado miles y miles de fo-
El creador. de “Melgarejo” en la película ae
este nombre, rodeado a Un grupo de bellezas
criollas.
da que mis antepasados sean unos san
tos o uttos bandidos. Por cierto que de
«odo hay en el árbol de los Parravicini
:omo en la viña del Señor... ,
— Entonces no es raro que tambié:
haya un emperador, Veamos dónde esté
su entrenque con Napoleón,
— Con Napoleón y con Casanova
Pero empecemos por el principio, que
en este caso es el final, Vea usted est:
reve sipnosis geneológica, cuyo punti
le partida soy yo mismo, vale deci
que va del descendiente al ascendiente
Anote usted.
SIPNOSIS GENEALOGICA DEL AR
TISTA, — NAPOLEON Y CASANOY4
_Parravicin nos dicta y nosotros co-
piamos:
“Florencio Bartolomé Parravicin:
Romero, nacido en Buenos Aires et
1876, hijo de Reynaldo Parravicini
Nonnell y de Rafaela Romero. Mi pa-
ire, como usted puede ver, nació en
1835. Este otro que aparece aquí es mi
abuelo Jacobo Parravicini de Casanova
Nació en 1800, tenía el título de mar
qués y vino a Buenos Aires como mi
astro de Austria en tiempo de Rosas
Era un verdadero aristócrata, Poseía
3 cruz de la Corona de Hierro de
Francisco José y pertenecía a la order
del Santo Sepulcro.
"Vayamos ahora a mi bisabuelo. Es-
e se llamaba Nicolás Parravicini' di
Jasanova, nació en 1775 y” murió er
852. Era hijo de mi tatarabuelo, na
"uralmente, que se llamó Jacobo Pa:
-ravicini de Ardenno, pero que se ha
ía llamar también Parravicini de Ca-
sanova. Este Jacobo, que nació en 1741.
'ra hijo de Petrus Antonius Parravici
i de Ardenno, nacido en 1704, el cual
1 su vez, tuvo por padre a otro
facoibos: Jacobus Parravicini de Ar-
lenno, nacido en 1665, y que era hijo
de César Parravicini de Ardenno, e:
>ual empieza a sonar por el año 164:
7 Se casó con una Casanova que perte-
1ecía a la familia del que fué despué:
amoso caballero Casanova, Esto ya
astá demostrado”.
— Muy bien. Aceptado el Casanova.
Y Napoleón, ¿por dónde aparece?
— Tenga paciencia, compañero, que
odo llega. Lea lo que dicen estos pape-
les que me enviaron hace unos. meses.
desde luego, los dos alemanes que in
"lorencio Parra.
xicini según una
reciente jotogra-
“a de la película
“Los muchachos
de antes no usa-
ban gomina”.
tografías, y no por eso me doy im-
portancia. Claro que siempre es inte-
resante ser amigo. de reyes, aunque
sean destronados. Pero no es para en-
gullecerse más de la cuenta. Sobre
todo yo, que también tengo mi abolen.
z0, y según él, estoy emparentado nada
menos que con Napoleón,
— ¿Cómo es eso, Parra? — —.
— Como lo oye, amigo. Y si quiere
pruebas, aquí las tengo. Papeles can-
tan. ¿Ve usted este volumen? Pues es
¿a historia minuciosa y detallada ¿e
ni frondoso árbol genealógico, . -.
Parravicini nos muestra un carta-
Jacio con más de trescientas páginas
mpresas en mimeógrafo,
— No he recibido todas las páginas
le una vez, sino por etapas, Me las
1an ido enviando unos. investigadores
demanes que se ocupan de averiguar
:stos líos de familia. Pero son gente
eria, incapaz de inventar nada para
nalagar la vanidad del cliente, Cobran
vien su trabajo y a ellos lo mismo les
4 los treinta años,
mando acababa
de perder su jor-
tuna y recién se
inickuba en el tea-
'ro. Parra conti-
nuaba siendo tan
2egante como en
su época -de mi-
llonario.