Full text: 28.1938,27.Jul.=Nr. 1436 (1938143600)

MUNDO ARGENTINO 
L presente estado de 
k, zozobras financieras 
en todo el mundo ha- 
ce del oficio de rey 
an trabajo bastante pesado. 
Tomemos por ejemplo el caso 
del rey Sisowath Monivong 
de Camboja en la Indo-China 
francesa. Su Majestad acaba 
de recibir órdenes estrictas de 
economizar. 
De por sí la idea de econo- 
mizar es bastante desagrada- 
ble para cualquier monarca, 
pero lo que hace el caso de 
Monivong especialmente tris- 
te es que tiene que comenzar a dis. 
minuir los gastos de su propio ha- 
rén. Se le ha informado que tiene : 
que deshacerse de más de la mitad de 
sus ocupantes. Cuando el proceso de 
eliminación quede terminado, al rey de 
Camboja ¡le quedarán solamente 100 
esposas! 
Esta' desgarradora orden proviene 
del gobierno francés, bajo cuyo pro- 
tectorado florece Camboja, El asunto 
ocurrió de este modo. El rey pidió un 
aumento de dinero para el sostenimien- 
to de sus gastos. Diez millones de fran- 
cos al año, la cantidad que recibía, no 
álcanzaba, de acuerdo con Sisowath, 
para mantener a su corte real y más 
de doscientas esposas con la pompa 
que su rango exigía, - — , 
—. Para mayor desgracia — dice su 
majestad — el franco francés ha baía- 
do nuevamente. 
Como consecuencia, su sueldo ha ba- 
jado enormemente con él, En tiempos 
normales recibía la suma de $ 1.900.000, 
pero con la desvalorización del franco, 
esta simpática suma se convirtió en 
unos insignificantes pesos: 275.000. - 
— Con eso — exclamó el rey—|¡no he 
podido solicitar a ninguna joven que 
ge incorporara a mi harén desde ha- 
ce meses! . 
¡Con su renta actual no le era po- 
sible comprar una nueva esposa ni en 
lía de pago! 
El gobierno francés, que es el dis- 
pensador del sueldo real, se mantuvo 
impasible a pesar de las quejas de 
Monivone La única contestación que 
“e le permiten 
Las curiosas tribulaciones de un monarca asiá- 
lico que también tiene que economizar como el 
resto de los mortales. 
Algunos detalles de la vida del harén. 
Por 
"GNACIO 
TACITUA 
»btuvo 
'ué la de 
¡ue debía 
economizar 
nn lujos 
— Y un harén —agregó el oficial 
'rancés que le dió la noticia— es in- 
ludablemente un lujo, 
Por supuesto, Monivong estaba muy 
ontrariado al tener que ahorrar en 
ssposas, pues desde tiempos inmemo- 
jales los reyes de Camboja habían 
oseído siempre de doscientas a txres- 
entas, para distraerlos durante sus 
10ras libres. Las jóvenes más hermo- 
as del reino eran buscadas para ocu- 
xar tan importante sitio, Los emisa- 
os reales recorrían toda la extensión 
le Camboja en busca de las esposas 
deales para su monarca. Las jóvenes 
:ran elegidas de acuerdo con los cáno. 
1es de belleza de ese- país: por sus ca- 
"as chatas y anchas, nariz pequeña, bo- 
'as grandes, ojos un poco oblicuos 
utis obscuro y cabellos renegridos. 
Aquellas que se elegían eran lleva- 
las al palacio para recibir una educa- 
ión singular de parte de los monjes 
»rahmines o bonzos, como los llamar 
n su propia lengua. Una vez abren 
'idos los bailes nativos las instalabar 
an el harén, y llovían sobre ellas los 
regalos. y hermosos vestidos. 
Poco después, en una gran ceremo- 
iia, bailaban los extremadamente in- 
-rincados bailes ante el rey, expresando 
» ellos ideas elaboradas de la historia 
y la religión de Camboja. 
Cada movimiento de los miembros, 
:abeza, ojos y boca, hasta la más pe- 
queña inclinación de las manos y de 
'os. pies, representa una palabra o una 
'rase, que el público que lo presencia 
juede leer perfectamente como si es- 
-uviese escrito. Silenciosamente las bai- 
.arinas reaniman el espíritu entriste- 
cido de los presentes con las leyendas 
de su antiguo país. - 
Todo esto Monivong presenciará de 
ahora en adelante en menor escala, ya 
que el gobierno francés no quiere au- 
mentarle el sueldo. Pero el monarca 
de Camboja es el único poseedor de 
an harén que sufre con la crisis réi- 
nante. En cada ciudad del globo-don- 
de esta antigua institución florece, 
sus dueños han tenido que disminuir 
la numerosa cantidad de esposas, y 
hasta en muchos casos suprimirlas 
nor enmpleto. 
Unos pocos harenes 
existen aún en Turquía, 
pero debido al reciente 
decreto que permite a la 
mujer turca andar sin 
velo, parece que esta an- 
tigua y costosa costumoré 
pronto desaparecerá allí. 
Egipto es uno de los 
últimos países que con- 
tinúan con la costumbre 
de los harenes, Actual- 
mente, los mercaderes po- 
derosos y los monarcas no 
pueden comprar más mu-+ 
jeres en los mercados pú- 
blicos: Las mujeres que in- 
gresan en los harenes aho: 
rá lo hacen por su propia 
voluntad. 
LA 
“ 
Hubo cierto número de mujeres oc- 
dentales que han elegido esta cómo- 
12 forma de vivir sin trabajo. La prin- 
esa Djavidan Hanum, una de. este 
srupo, describió sus aventuras en un 
(Continúa en la nágina 29)
	        
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