Full text: 28.1938,3.Aug.=Nr. 1437 (1938143700)

El amor y la eloría 
Cuento por JUAN KURT 
L mensajero desmontó y puso en 
las manos del teniente Tony 
Sladen un pliego del gobierno 
de la India. - 
Se estaba filmando una película ba- 
jo el sello de una importante compañía 
inglesa, y como en una de las escenas 
principales figuraba una carga de ca- 
ballería, el gobierno había puesto a 
disposición del director el regimiento 
50 de lanceros Deccanies, 
de quien era jefe el ca- 
pitán Branly. 
La noticia cundió rápi- 
damente, causando gran 
alegría en el regimiénto, 
Estaban de guarnición 
en el extremo del impe- 
rio británico y su único 
Cuando des 
soldados lo le- 
vantaron, Flore 
exclamó: 
—Está heri- 
“ce ellos, Roberto. Piensa que frente 
a cualquiera de estos hombres tú ne 
eres más que un poroto... - 
- 
E 
enemigu era el faquir de Oloo que, a 
la sazón; estaba, desde hacía un mes, 
acampado a unas leguas del lugar, no 
ofreciendo batalla. sino de cuando en 
cuando, .. 
Al día siguiente llegarían, con dos 
jornadas de anticipación, la protago- 
nista y el galán, a fin de conseguir 
alojamiento y estudiar las caracterís- 
ticas del terreno antes que llegara el 
resto de la compañía. : 
Ella se llamaba Flora Dale y él 
Roberto Adar. 
Después de una hora de haberlos fe- 
cibido y conversado con la joven, el 
capitán Bill Branly confesó al tenien- 
te Sladen que desde chiquito había re- 
suelto que se casaría-Con una actriz... 
Tony Sladen, en cambio, no hablé 
del matrimonio, pero sí que tambiér 
desde niño había querido ser actor... 
“Ninguno de los dos militares pre- 
guntaron su parecer a “Ripo”, el vie- 
jo caballo con el cual Branly había 
hecho todas las cargas de guerra en 
que había tomado parte, y, sin em 
bargo, él glorioso equino iba a des- 
empeñar un papel muy importante en 
los s1i1CeSOS 
— Si pudiese tener los hombres lis- 
tos para mañana, teniente. — excla- 
mó Roberto Adar, — podríamos ade- 
lantar mucho. Un poco de práctica 
les haría mucha falta, y cuando lle- 
gue el director los encontraría listos 
para empezar, , 
— Pues los tendrá listos, señor Adar 
— replicó Tony con sorna. — Serán 
dos escuadrones y estarán bajo mi 
manda. 
— Perfectamente, También le comu- 
nico que necesitaré un caballo. 
— ¿Usted a 'caballo?... - Doo 
- —Sí — dijo Adar, no sin advertir 
el tono socarrón del. militar. o 
— Y bien: vayamos a la escuela de 
quitación y busquemos un caballo. 
¡Monta usted bien? | 
— Esteee...,-sí; monto bien... Es 
:aro... Pero en algunas escenas me 
endrá que reemplazar otro, porque 
:omo soy el primer actor no me 
tuedo exponer a una. caída... 
— Sí, entiendo: yo soy de su misma 
estatura, más o menos, y puedo ha- 
cer su “doble” perfectamente. 
Los dos hombres entraron en la ca: 
balleriza. 
Media hora después el teniente se 
neontraba con Branly. 
— ¡Soy casi actor! — exclamó Sla- 
len frotándose las manos. — Por lo 
nenos el “doble” de un gran actor... 
Dentro de poco tiempo me verá usted 
nn Hollywood!... . 
— ¿Y qué caballo monta el “otro”? 
— El suyo: “Ripo”. 
— ¿“Ripo”? - 
— Sí. No puede mantenerse sobre 
ingún caballo del regimiento más de 
los minutos. O “Ripo” o no hay pe- 
¡icula... 
— En realidad, me pesa tener que 
dejar ese animal tan bueno en mano 
del actorcito; pero, por lo visto, ten- 
iré que prestárselo a la fuerza. La 
película tiene que filmarse. Y órde. 
nes son órdenes. - 
— Mañana haremos un ensayo con 
los muchachos del escuadrón C y lor 
del B. — 
— Es probable que yo esté allí para 
presenciario, 
Pero el capitán no pudo cumplir con 
su promesa, La actriz pensó que se 
aburriría con el ensayo, y le dijo a Bil! 
que quería ver la frontera. Mejor di 
cho, el campamento del faquir de Oloo 
Los sentimientos del capitán acer 
za de la actriz habían sufrido cierte 
cambid cuando supo que se casaría 
zon Adar apenas volvieran a la civi- 
ización, 
Sin embargo, renacieron sus espe- 
ranzas al ver que la joven se negabs 
a quedarse para el ensayo, El acto: 
se había colocado .el más reluciente 
iniforme del regimiento y quería im- 
oresionar a la joven con su elegancia 
le militar improvisado. Pero ella no 
pareció impresionarse. 
Un día antes Adar le había diche 
a la joven: 
— Lo, que has leído en los libros y 
en las revistas acerca de este regi- 
miento es una vulgar mentira: una 
mentira de publicidad... - 
Y ella contestó con enojo: 
—- No tienes derecho a hablar así 
La estrella y el capitán, mientra: 
se realizaba el ensayo, habían toma 
de por una angosta senda en la mon 
taña, El joven cedió el puesto delan 
tero a Flora, pues por el sendero ne 
cabían los dos juntos. . 
De pronto ella lanzó a su caballo 
en un trote cada vez más rápido. 
Cuando llegaron a un sitio donde el 
sendero era mucho más ancho, apuré 
el paso hasta alcanzar un galope ra 
pidísimo, 
Se estaban alejando tanto del fuer 
te, que Bill comenzó a inquietarse. 
— ¡Eh!... — gritó. — ¿Adónde pien- 
sair?... 
— Quiero llegar hasta esa maldita 
frontera — contestó la joven, riendo 
— Creo que es mentira todo lo que 
se dice de ella. 
— ¡Escuche! ¡Escuche! ¡No vaya 
más allá de la línea de piedra!... 
La joven ro hizo caso de la adver- 
tencia, y en-su desenfrenada carrera 
llegó, juntamente con Bill, a una am 
plia meseta rodeada de rocas. 
— ¡Mire el ensayo! — dijo la ac 
triz, señalándole los dos escuadrones 
quese divisaban a la distancia. 
— ¡Qué ensayo ni qué ensayo! — 
contestó Bill de mal modo. 
Había descubierto en el centro de la 
meseta un crecido número de jinetes 
En medio de ellos se divisaba una 
bandera verde con un círculo blanco 
La bandera del faquir de Oloo. 
— Es mejor que volvamos — dijo 
el capitán, tomando a la ioven del 
brazo. . 
Pero al darse vuelta observó que 
pór el sendero que habían dejado atrás 
pocos momentos antes se dirigían hacia 
la meseta varios secuaces del faquir. 
— ¡Vamos, señorita! — exclamó. — 
Galope hasta esa torrecilla de piedra 
que se ve allí. No se alarme, porque 
puede ser que no nos hayan vist 
aún... 
(Continfia en la párina 25)
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.