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MUNDO ARGENTINO
Entre el “Hogar y la Escuela
E dd
Por JUAN JACOBO =-—
EL GUE"” NO DF. SEDA
Cada uno de
esos punti-
tos repre-
senta un
huevo pues-
te por la
mariposa de
seda, que
muere in.
mediata-
mente des.
pués de ha-
ber aovado,
En un momen-
to determinado
le su vida el
suUSanOo Se en.
vuelve en un
capullo, del que
sale converti-
do en maripo-
sa para aovar
y morir.
Del huevo nace
un gusano, que se
alimenta de hojas
de morera y va
cambiando de piel
1 medida que se
—— desarrolla.
y
Este diagrama nos muestra cómo se va
sacando y envolviendo el hilo de seda
contenido en los capullos.
Los capullos des.
tinados a la in-
dustrialización st
hierven — para
que el gusano
muera dentro y nc
corte el hilo de se.
da al salir — y
luego se hilan en
máquinas espe-
ciales.
Con los hilos de se.
da teñidos de dife-
rentes colores se fa-
brican tejidos me-
diante la acción de
máquinas llamadas
telares
MUNDO ARGENTINO CARTAS A LAS MADRES
Buenos Aires, 3 de agosto de 1938.
Hijas mías:
Quedamos en que hoy os contestaría en qué forma debéis actuar para re-
primir la timidez en vuestros pequeñuelos y fomentar, en cambio, la desen-
voltura, que no es audacia — dijimos, — ni temeridad, ni descaro: es equili-
brio, conciencia de cuándo, cómo y de qué modo conviene ir a la conquista
de las cosas. Pero he aquí que, para hablar con provecho del tema, es indis-
pensable saber en qué época de la vida y de qué manera se produce la timidez.
Con vuestro permiso, entonces, y por imperio de la lógica, empezaré por el
principio, seguro de contar con vuestra paciencia, con esa sobrehumana “pa-
ciencia de madres” que elogié en una de mis cartas.
Las que semanalmente leéis esta sección sabéis que las criaturitas, desde
que nacen, se ponen en contacto con la realidad por medio de sus sentidos:
Ja luz impresiona sus ojillos y los va abasteciendo de imágenes; ruidos y so-
nidos van, por el sendero de las orejitas, a conmover el más admirable de los
receptores: el cerebro hamano, Por la boca y por la nariz el niño se comunica
con el mundo, gracias al sabor y al olor, respectivamente, de las cosas que
Hegan a sus labios o que aproximan emanaciones a sus fosas nasales. Y, al
mismo tiempo, en toda la superficie de su piel, el frío o el calor, la suavidad
9 la aspereza — cuando no el dolor de un golpe — inscriben de continuo
sensaciones que inauguran, en el pequeño y frágil espríritu, su caudal de
experiencia,
Ahora bien: siendo esas impresiones apacibles, si no en su totalidad, por
lo menos en su máyoría, el bebé — aunque no piense aún — sentirá, por ins-
tinto, que a su alrededor “hay algo agradable a lo que conviene entregarse”,
Pero si es ingrata la mayor parte de las sensaciones, hará una experiencia
que no le satisface y, siempre por instinto, huirá de ese mundo que le hiere,
7 se vefugiará en sí propio, en su negativa, iniciándose en el proceso de la
timidez, que luego se afirmará o se irá desvaneciendo, según el tino con que
procedáis vosotras y al que yo me referiré en mi próxima carta.
El Acts Omotonle
ASISTENCIA Y PUNTUALIDAD EN LAS TA
E S muy común el caso de los
padres que se fastidian por-
que el maestro que educa a sus
hijos los reprocha o los peniten-
cia por faltar a clase excesiva-
mente o por llegar tarde en for-
ma sistemática.
— — ¡Pobrecitos! — suelen de-
cir. — ¿Qué mal pueden hacer
con uno, dos o cinco minutos de
impuntualidad?...
No se dan cuenta que proce-
diendo así dañan a sus criatu-
ritas y se dañan a sí propios, in-
culcándoles un mal hábito que
traerá después consecuencias
deplorables.
Porque ocurre que la discipli-
na horaria de la escuela — que
sigue ala actuación libre de la
'riaturita en el hogar — adiestra
vara la vida metódica del tra-
ajo, El niño, pues, que se habi-
-úa a la remolonería de faltar
3 clase por cualquier simpleza
> de llegar tarde a su obliga-
:ión, será mañana el obrero o el
:mpleado que se mostrará, por
'ostumbre, reacio al cumpli
niento de sus deberes, Se atrae-
Y con las telas se hacen, finalmente,
distintas prendas de vestir, tanto para
mujeres como para hombres, que se ven-
den en los comercios del ramo,
REAS ESCOLARES
rá con ello la antipatía de sus
jefes y se convertirá en ese tipo
de trabajador desdichado. que
Jasa de una a otra ocupación
sin asentarse ni prosperar en
ainguna.
Para evitar este lógico efecto
le la imprevisión, no sólo de-
en cooperar los padres con la
»scuela, sino adelantarse a ella
7 conseguir, por iniciativa pro-
dia, que sus hijos adquieran fir-
nes hábitos de asistencia y pun-
ualidad,
Se obtienen, así, telas de seda de un solo
color o de colores combinados o estam.
padas como la que figura en el grabado.
Nuestros vestidos
Amiguitos: os he presentado
aquí el proceso del origen y la
industrialización de la seda, pa-
ra que podáis ilustrar el asunto
“nuestros vestidos”, que wstáis
estudiando ahora.
Valido de procedimientos muy
semejantes a los de la seda, la
nteligencia del hombre indus-
trializa, asimismo, el lino, la
.ana y el algodón, para. conse-
zuir diferentes tejidos que per-
niten confeccionar todas las ro-
pas que vestís, tanto interiores
como exteriores, livianas o de
abrigo.
Este cuadro de los vestidos se
completa con la vaca y el cas-
tor, con cuyos cueros se fabrican
sombreros y calzado.
CONCLUIR LAS TAREAS
He aquí un aspecto interesante de
la educación, que no deben perder de
vista los padres. El niño, por su orga-
nización, es voluble: tan pronto em-
prende una cosa como la abandona
sin concluir. Es necesario que los pa-
dres vigilen y lo acostumbren a lle-
var hasta el final las empresas en
que se inicien, para evitar que caiga
en ese tipo de hombre “mariposea-
dor”, que, por estar en todo, no es-
tá en nada.
—