Full text: 28.1938,3.Aug.=Nr. 1437 (1938143700)

8 de Agosto de 1938 
A manera incompleta con que 
se llevan a la práctica algu 
nos interesantes proyectos, es 
lo que sin duda atenta contra 
3u eficacia. . 
. Deliberada o imprudentemente se de- 
jan sin ajustar resortes que siendo 
fundamentales parezcan secundarios 
para el. funcionamiento del engranaje 
ejecutivo. Y como es natural, las fa- 
Jas no tardan en producirse. 
Esta modalidad se pone bien de 
manifiesto cuando lo que está en jue- 
g0 es el derecho de las trabajadoras 
2n particular, y de la mujer en ge 
neral, 
La curiosa cláusula de escape que, 
según nos hemos venido enterando, fi- 
gura en los tratados internacionales y 
sirve para eludir el cumplimiento de 
éstos sin hacer mucho ruido, en las 
leyes de protección a las trabajadoras 
se desliza entre su reglamentación. 
Un precedente concreto lo ofrece la 
reglamentación de la ley 11.817, don- 
de el capítulo III (protección de la 
maternidad) enseña, entre otros, có- 
mo se puede anular la intención de los 
legisladores, hábilmente, por así de- 
cirlo, 
Alfredo Palacios, el autor del proyec- 
to, estudió con minucioso cuidado todos 
los aspectos de la situación de la traba- 
jadora - madre, sintetizando luego en 
clarísimos puntos la manera de bene- 
ficiar en su salud ala mujer y al 
niño, Brillantemente fundamentado, el 
proyecto de ley pasó el doble Rubicón 
de la Cámara de Diputados y de la 
Cámara de Senadores. , 
La opinión pública se manifestaba 
satisfecha. 
Los intereses particulares callaban 
su disconformidad, 
Sin embargo, sólo éstos fueron es- 
cuchados, 
Veamos de qué manera: al regla- 
mentarse la ley, vía Poder Ejecutivo, 
fué omitido algo muy sencillo, casi 
nada: establecer que las trabajadoras 
que hicieran uso de la licencia que les 
concedía la ley con motivo de emba- 
razo continuaran percibiendo sus ha- 
beres habituales. 
De ese modo el capítulo de protec- 
ción a la maternidad otorgaba a las 
trabajadoras-madres el derecho de mo- 
rirse de hambre en sus domicilios, en 
vez de servir para que pudieran asis- 
tirse y alimentar al hijo durante la 
época en que el estado de ambos lo 
requería imperiosamente, 
Tal como se esperaba, las mujeres 
tenían que renunciar al reposo antes 
que. al salario, 
Desde entonces, septiembre de 1924, 
nasta abril de 1936, en que se regla- 
mentó otro proyecto presentado por el 
mismo legislador Alfredo Palacios, y. 
que obtuvo fuerza de ley en octubre de 
1934, prácticamente las trabajadoras- 
madres carecieron de protección. Mu- 
chos años habían transcurrido y quién 
sabe cuál pudo ser el espíritu de la 
última reglamentación de no existir 
un compromiso suscripto en el Trata- 
do de Versalles, porel cual nuestro 
gobierno contrajo la obligación de 
abandonar su política de indiferencia 
con respecto a tan importante cuestión. 
Sujeta a las alternativas referidas 
y otras que callamos hoy por anti- 
guas, y de las que, sin embargo, vale 
la pena ocuparse a veces para extraer 
enseñanzas del pasado, la ley de pro- 
tección a la maternidad, bajo el nú- 
mero 11.983, es uno de los pocos pa- 
sos dados en firma a favor de las tra- 
bajadoras, ya que determinó la crea- 
ción de la Caja Maternal, con lo que 
queda resuelto el problema del des- 
canso pago para las madres, 
Así y todo sobran constancias de 
que está lejos de ser cumplida en for- 
ma estricta. 
Ú. 
ciencia de clase de las trabajadoras. 
No lo podríamos negar... 
Por lo demás, hemos tratado en 
otras oportunidades de explicar los 
distintos factores que contribuyen a 
que las mujeres que trabajan no to- 
men intervención en actividades de 
indole social, sino en número redu- 
cido, 
Creemos con absoluta firmeza que 
:as frecuentes infracciones a las leyes 
de protección al trabajo femenino tie- 
nen por origen el hecho de que no se 
empleen para su control a personas 
capacitadas para comprender las es- 
peciales necesidades de las trabaja- 
doras. 
Buscando asegurar el cumplimiento 
de esas leyes, la Oficina Internacional 
del Trabajo sostiene la conveniencia 
de que la inspección esté a cargo tan- 
to de hombres como de mujeres. En 
el Informe presentado a la Conferen- 
cia del Trabajo que se realizó en Chi- 
le (1936) se mencionaba la Recomen- 
dación de 1923 sobre Inspección del 
Trabajo, donde establece la convenien- 
cia de otorgar a inspectoras el control 
(Continúa en la párina 67) 
La Oficina Internacional del 
Trabajo señala la forma de 
asegurar el cumplimiento de 
las leyes que protegen a 
las mujeres 
Por JOSEFINA MARPONS — 
OMISION GRAYE 
¡e dee de ces dies sees 
¡e hace .caso-omige! 7 A. 
Puede afirmarse que la número 
10.505, de trabajo a domicilio, por 
»jemplo, es sistemáticamente burlada 
por casi todos los empleadores, en 
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