El más EXTRAORDINARIO
ESTUDIANTE de la TIERRA
Por IGNACIO GACITUA
¿Puede un hombre ser condenado a la total
“rustración por un hecho cometido en la in-
fancia? Un joven, en Norte América, está
tratando de comprobar que a un niño no sé
le puede considerar como un criminal inco-
rregible.
VI en los, Estados. Unidos se eli-
giera al mejor- estudiante como
- y se eligen las reinas de belleza,
-— no hay duda que quien se lleva-
ría Ja palma. sería Hubert Niccolls;
un muchacho de diez v ocho años de
dad. “
En efecto, dicho joven es el estú-
diante, si no mejor, al menos más ex-
traordinario de los últimos “tiempos.
Su educación, por otra parte, ha cos-
tado importantes sumas al Estado,
que lo ha alimentado y alojado duran-
te todo el tiempo en que se preparaba
para rendir sus exámenes de bachille-
rato. Y lo seguirá haciendo mientras
viva, con un “empleo fijo” en un es-
ablecimiento del gobierno.
— ¿Algún hijo del presidente? — se
preguntarán los lectores.
— ¿Un fenómeno intelectual?
De ninguna manera.
A los doce años Hubert cometió un
asesinato, y un grupo de criminólogos
2xigió que fuera ahorcado, mientras
que otro grupo, el que ganó el debate,
insistió en que fuera enviado a presi
dio para toda la vida.
- Desde el día de. su condena en Aso-
tin, Estado de Wáshington, en octubre
28 de 1931, Hubert ha estado encar-
relado en la prisión de Walla
Walla, -
Pasará la mayor parte de
su vida en la celda de una
zárcel. Eso explica el ho-
nor del “empleo fijo”.
No ha jugado con
xro niño desde su
intrada en la
prisión; poco
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sionada. polé-
nica entre los
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de los Estados
Unidos.
que ver con la mayor parte
de los demás penados; ha-
biendo alternado únicamente
con un grupo selecto de prisio-
neros. Como se ve, nadie podrá
negar que es el estudiante “más
extraordinario”,
Desde los doce años ha estudiado
bajo la dirección personal de varios
profesores de la escuela de Walla
Walla. Como una concesión especial a
su tierna edad ha usado ropas civiles
aspecialmente confeccionadas para él
en un lugar donde los uniformes gri-
ses están a la orden del día. Vivió er
una celda exclusiva que le fué asigna:
la por el Estado. Toda esta enseñan-
za particular y atención personal ha
:levado el costo de su educación a.una
2ifra muy por encima del costo de una
:arrera aprendida en un colerio de pri-
mer orden.
Hace pocas semanas que Hubert se
recibió y le entregaron su diploma
dentro de la prisión. La ceremonia de la
entrega hizo recrudecer nuevamente
las polémicas que siguieron a su en-
carcelamiento por asesinato a una
>dad en que los niños están apenas en
quinto o sexto grado en la escuela.
¿Debe seguirse considerando a Hu-
bert como a: un criminal nato que
unca podrá ocupar un tugar útil en
'a sociedad?
Para poder responder a esta pre
gunta de un modo inteligente, es pre-
:iso retroceder hasta aquel día, en
agosto del año 1931, cuando el niño
cometió su horrendo crimen.
En aquel tiempo el padre de Hubert
staba internado en un.manicomio del
Estado de Idaho, donde fué enviado
después de haber dado muerte a una
mujer en un arrebato de celos. Hubert
vivía entonces con su abuela, la seño-
za Marie Addington. El niño ya había
sido recluído en un reformatorio para
menores durante breve tiempo, por TO-
bar encomiendas del correo, ,
En el reformatorio aprendió muchos
:onceptos criminales inculcados en el
joven recluído por sus compañeros ma-
yores, Fumaba y mascaba tabaco y se
convirtió en lo que se da en llamar un
chico enteramente “malo”. .
Una vez libre, como no tenía dinero
Jara comprar tabaco, cierta noche de
agosto penetró en un negocio, se deslizó
hasta el fondo y prendió una luz para
buscar el lugar donde se guardaba el
'abaco.
En el momento en que prendía la
'uz, el “sheriff” John Wormell pasala
'rente al negocio en una de sus ronduas
le inspección, El “sheriff” era un ve-
terano de setenta y dos años que no
(Continúa en la página 19)