7 de septiembre de 1938.
Debemos defender la
pequeña propiedad
privada f
Señor Director:
A juzgar por el número de cartas que he recibido esta semana,
hay muchos motivos para “enojarse”. Así por lo menos lo sienten
:08 lectorés de MUNDO ARGENTINO, que tienen la gentileza de es-
:Tibirme para pedirme que me ocupe de tal o cual asunto, o bien
para hacerme llegar su opinión con respecto a los temas que trato.
Entre la correspondencia que me ha llegado últimamente encuentro
ma carta de un lector de la capital federal que contiene sugestiones
muy interesantes acerca de un proyecto presentado a la Cámara. de
Diputados, tendiente a garantizar y asegurar contra cualquier con-
ingencia la propiedad de la rasa o de la extensión de tierra poseída
7 trabajada directamente por la familia.
Como se ve, señor Director, se trata de una iniciativa parlamen-
:aria realmente interesante, porque tiende a cimentar el régimen de
4 pequeña propiedad, a ser un amparo para la familia y a Jevantar,
2n la medida de lo posible, un muro de contención contra la usura,
Jue, como bien lo dice el autor del proyecto, “llega hasta clavar su
zarra en la entraña misma del hogar, para arrancarle, con el último
valmo de suelo, la última piedra de sus cimientos”.
Sí, señor Director; el Estado debe proteger la pequeña propiedad,
ía humilde casa de familia o la pequeña explotación agrícola. Debe
protegerla contra las mil contingencias que amenazan al jefe de
familia: la desocupación, la enfermedad, el mal negocio; contra todo
lo que pueda atentar contra la seguridad de la casa, que es habita-
ción de la familia, o de la pequeña chacra, que da el pan para los
21os.
La pequeña propiedad es la obra de toda la familia, por eso hay
que salvarla. Es el producto de largas y penosas jornadas de tra-
bajo del padre, el esfuerzo de los hijos, la abnegación y el sacri-
ficio de la madre, que ahorrando sobre los alimentos y sobre el ves-
tido ha contribuído a la formación del modesto ahorro con el que
se adquirió la propiedad.
En otros países del mundo la legislación ha contemplado este
«mportante problema con un gran sentido de previsión social. Es
ue la pequeña propiedad es la piedra fundamental del hogar; es,
zomo dijo un viejo parlamentario francés, “el nido de la familia que
wbrigará después, como un asilo inviolable, a la viuda y a los hijos
menores”. Es la previsión del padre que garantiza la suerte de
0s SUyoS.
Debemos apoyar entusiastamente esta iniciativa, señor Director.
Es necesario que nosotros tengamos también una ley que impida que
21 inmueble constituído como “bien de familia”, es decir, la casa
propia que habitamos, o la pequeña fracción de tierra que trabaja-
mos, sea embargada, hipotecada o enajenada contra la voluntad de
su propietario. Debemos tenerla, porque esta ley será la defensa de
la familia contra los desastres probables, es la dote de los hogares
constituídos y la protección de los hijos que vendrán. La casa que
sirve de albergue a la familia debe ser inembargable, así como es
nembargable la ropa que llevamos puesta. Con esta última cubri-
nos nuestros cuerpos; con la otra cubrimos a toda nuestra familia
Cuando la pequeña propiedad privada esté a cubierto de cualquier
peligro o contingencia, la familia se arraigará aun más en la so-
:iedad y el progreso, y el desarrollo del país recibirá un poderoso
:mpulso, como ha ocurrido en los Estados Unidos, donde regiones que
vermanecieron despobládas durante muchos años se convirtieron rá-
pidamente en florecientes centros rurales o ganaderos. Es que el te-
cho seguro, señor Director, es la solución de uno de los más serios
oroblemas que debemos afrontar en la lucha por la vida.
ARGENTINO D, VERAS.
51
La gripe y usted se...
4
(Continuación de la página 32)
Y si curan, con esta o la otra huella,
son los que, como a recompensa, les
queda mayor tesoro de inmunidad.
renir, quizá dicha por el bronquítico
aveterado o tuberculoso crónico.
Pronto entra en escena toda la co-
vorte de síntomas infecciosos, caracte-
stica adición agravadora dela labor
omenzada por lo tóxico que prosigue:
'onsecuencia de haber sido demolida la
arrera epitelial no inmunizada, irrum-
diendo en la sangre el germen a tam-
or batiente, atacando la dirección de
os centros nerviosos cuyo ritmo se al-
era presto, y ello explica el contraste
le una respiración dificultosa y el re-
ultado de la auscultación, sobrepuja-
la en estridencia por cualquiera vulgar
ronquitis agudizada.
Dueño de la situación el germen, cie-
2, COn sus venenos y destacamentos
'e colonización, todas las fuentes de
ida, trastornando el riego sanguíneo,
1 metabolismo nutritivo, el ritmo de
os centros psíquicos y vegetativos, el
iñón, el hígado; el campo respirato-
io con gran afluencia de sangre, ape-
1as creado, asfítico; el corazón, blo-
ueado, lucha vanamente, arrítmico,
on empujes a lo titán o con jadeantes
nergías para restablecer la armonía
'e su gesto,
Murieron por fallarles el pecho prin-
ipalmente; unos lo hicieron con un
uadro de más negras pinceladas car-
líacas que pulmonares; y otros a la
nversa, con los brochazos que, comen-
'ando por angina o laringitis, van lue-
ro Tremedando la sintomatología de la
xonquitis aguda, neumonía, bronco-
1eumonía, pleuresía y hasta gangrena.
Esas bosquejadas maneras evoluti-
"as graves o mortales se observan en
adividuos sin antecedentes morbosos.
SE REJUVENECIA AL
ADELGAZAR
axati
Con Kruschen rebajó varios kilos
en tres meses
Sube las escaleras “como si fuera
mucho más joven”
“Hace tres meses”, nos escribe una
mujer, “empecé a tomar las Sales Krus-
chen para reducir mi peso, que era de
100 kilos, En tres semanas rebajé dos
kilos, y me sentía cinco años más joven.
Hasta ahora he rebajado. 12 kilos, y
mientras antes me costaba un trabajo
enorme subir los escaleras, ahora, según
lice mi marido, las subo como si fuera
mucho más joven.” — Sra, $. G. B.
Para que cada glándula, nervio y ór-
zano del cúerpo funcione. correctamen
te, la Naturaleza exige que obtenga
ciertas sales minerales de su comida.
Cuando su cuerpo no recibe estos mi-
nerales, sus intestinos y riñones no puc-
den cumplir debidamente sus funciones
eliminatorias; sus glándulas y tejidos
se resisten a hacer su trabajo; los des-
perdicios se acumulan y conviértense en
capa tras capa de grasa fea y molesta.
Es difícil obtener esas vitales sales
minerales de los alimentos que la ma-
yoría de nosotros come actualmente; es
por eso que toda. persona que sufre de
exceso de gordura debería tomar Sales
Kruschen.
Las Sales Kruschen se venden en to-
las las farmacias a $ 2.20 el frasco, y
luran mucho tiempo.
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