21 de septiembre de 1938
“ión en el Preventorio hasta su salida
del mismo, ya en condiciones de defen-
lerse contra el flagelo, — :
Visitamos los pabellones, Los dormi-
"orios amplios y limpios, con grandes
ventanales, que los inundan de sol y
aire. Camas cómodas, dispuestas a am-
bos lados, prolijamente arregladas. Ve-
nos que nada falta, que allí el sueño
1a de ser reparador, Es de mañana, y
sorprendemos a una celadora en el mo-
mento que viste al “Benjamín” del es-
tablecimiento, una preciosa criatura
rubia, que apenas cuenta con dos años
le vida. Dos años arrancados a la mi-
seria, al mal terrible. Dos años que tor-
nan a la vida, y que con es9 paga con
*reces los desvelos de quienes le procu-
"aron aquel refongio humanitario y de-
rente. .
Y seguimos recorriendo el Prevento-
o Infantil. Desde las cocinas, hasta
:) salón ínterno de juegos, en donde los
iños se recogen, cuando la inclemencia
del tiempo no les permite jugar al aire
ibre. Entretenimientos infantiles ha-
cen más llevaderas las horas de quienes
sólo piensan en saltar y posiblemente
imarinar aleuna travesura. .
e obra, Los resultados no pueden ser
nás promisorios si se tiene en cuenta
ue casi todos los internados llevan en
mn estado primo-infeccioso, de acuerdo
on lo que revelan los exámenes clíni-
0s, y las comprobaciones radiográfi-
as, y los resultados sorprendentes que
e logran por medio de una vida sana
n contacto con la “naturaleza,
La Liga Popular contra la Tubercu-
sis logra con la instalación de este
'reventorio Infantil un significativo
riunfo. Tampoco podemos silenciar la
onación del gobierno de la provincia
e Buenos Aires, que hizo realizable
1 propósito...
Son sólo cincuenta niños los interna-
los, pero el favor moral prestado al
ueblo es enorme. El estado consigue
on sitios de prevención una justifica-
ión mayor que con otras obras circuns-
anciales, que se pueden dejarven se-
undo plano. No es con el efestismo ni
on el gran movimiento que se dar so-
ciones. Más vale recordar en silencio
a conciencia aquellas palabras del
ombre bueno y sabio.
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ETA LAI
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Dentro del local no caben más comó-
lidades. Todo ha sido dispuesto, nada
talta. Allí el niño encuentra un hogar
dbligado, pero hogar al fin. Para ellos
será siempre mejor que el duro patio
del conventillo, que la pieza sin luz, que
se compartía con los padres enfermos y
arios hermanos...
Luego nos hablan de la dirección téc-
jica. También en este sentido se tiene
21 cuento todo lo que sobre la educación
de los niños se refiere. Ya se ha logrado
un excelente perfeccionamiento en el
sentido material. Las comidas son cui-
dadosamente seleccionadas por exper-
'0s, teniendo en cuenta las vitaminas y
los estados de evolución de los niños,
Sus ejercicios también se realizan bajo
mn estricto control. Se preocupan de su
sueño, de sus pequeños inconvenientes
físicos, de todo aquello que acuse un
sintoma o denote un posible mal.star.
Ahora tramita la Liga Popular con-
tra la Tuberculosis, ante la Dirección
de Escuelas, el nombramiento de dos
maestras, lo que permitirá completar
3 obra médica con la educativa, al im-
vartir la enseñanza a'los internados
Jue se encuentren en edad escolar. .
Ya vemos cómo se construye y cómo
Los dormitorios, como puede ob-
ervarse en la fotografía, cuentan con
o indispensable: sol y aire. Ese mis-
no sol y aire que suele ser articulo
le lujo para cierta gente...
h ASTA que Pebeco haga su aparición
MY en el hogar, para que de inmediato se
' convierta en el amigo diario de todos,
que se levantan diciéndole “Buen día” y se
acuestan diciéndole “Hasta mañana”... Sin
raspar el esmalte — ya que no contiene pie-
dra pómez, arenillas, etc. — Pebeco realiza
una magnífica acción en dientes, muelas y
encías, gracias asus sales activas de alto
valor higiénico. Por la salud buco-dental de
toda la familia, ¡lleve Pebeco a su hogar!