Full text: 28.1938,26.Okt.=Nr. 1449 (1938144900)

26 de octubre de 1938 
La paz blindada... 
(Continuación de la página 5) 
coloca en una situación material que 
2s inferior a la anterior, 
— ¿Alcanza a ver usted algún re- 
sultado inmediato? 
— No se puede hablar de resulta- 
los inmediatos. Lo único real. en este 
nomento es que el mapa de Europa 
stá cambiando. ¿No iremos acaso a 
ana unificación europea? Muchas de 
as posibilidades económico-comerciales 
1an sido vastamente agotadas por las 
lemocracias, y los pueblos exigen más 
ada día, Incluso la conquista. El caso 
ie Italia es angustioso. Una cantidad 
le factores — yo no nombraré a los 
ulpables, si los hay — han colocado 
al país en una situación de expectante 
iolor. La conquista de Etiopía está 
lando sus resultados: un saldo inmen- 
so de salidas y una exigiiedad de en- 
tradas asombrosa. Agregue usted el 
isunto español — que puede romper 
*1 arreglo de Munich — y verá que 
Mussolini se encuentra en un calle- 
ón que tiene dos entradas: la prime- 
4 la guarda una puerta por la que 
se debe entrar sin armas hacia el si- 
lo que se le tenga reservado en la 
nTesa. La segunda invita a penetrar al 
salón de las reyertas. Hasta ahora se 
nelina por la segunda. Su afán del 
Mediterráneo lo empuja a ella. 
— ¿Y Gran Bretaña? 
—Inglaterra, y Francia unida a ella, 
stá en la encrucijada del imperio co- 
onial apoyado, o el Imperio Inglés, 
1sí, con mayúscula. Dije apoyado, 
JOrque se nota en su política una 
nelinación hacia Alemania. Hace 
nucho tiempo que esa alianza se 
viene elaborando dentro de Europa. 
Años en que fué quebrada por los 
:normes intereses de ambos países; pe- 
:0 hoy, nosotros, las democracias, es- 
“amos un poco en desventaja frente al 
'ascismo, y debemos echar mano a 
:«ecursos que antes nos parecían ina- 
:eptables. Todo influye a ponernos en 
situación de transigencia. 
— En esa situación la paz puede du- 
“ar y llegar a ser estable. 
— No lo erea, El hombre suele caer 
an la tentación. Es el defecto de los 
lictadores. Ya hemos visto las últimas 
palabras de Hitler y algunas de Mus- 
solini, Cuando Napoleón cambió el ma- 
a de Europa, dejó sobre la tierra, 
unto con los diseños de la democra- 
ia, la ambición desmedida. Eso puede 
levar al choque inevitable, Después de 
Munich, nuestra preparación bélica, y 
a de todos los países europeos, ha to- 
mado un ritmo impresionante... . 
— Pero si entre ellos se llega al 
acuerdo, ¿serán mnecesarias esas ar- 
mas? 
— Aguarde usted... Cuando el la- 
orismo británico, al igual que el so- 
:+ialismo francés, concluyeron en par- 
idos de dialéctica y olvidaron la ac- 
tión, fracasaron. todos los puntos "de 
anión europeos. Se hizo la política de 
lerrotismo y de negación. El fascis- 
mo aprovechó esta oportunidad y reu- 
1ió las fuerzas con que hoy cuenta. 
Jon una u otra política, pero evitan- 
io les rozamientos y evolucionando» 
1acia una responsabilidad mutua de 
ayuda, Europa ganaría la unión. En- 
onces, si esas armas no le sirvieran 
Jara su guerra; podrían servirle para 
21 conquista. 
— ¿Hacia dónde? 
— Misterio, amigo mío. Pero algo 
-amos viendo. Salvo dos o tres colo- 
1jas, el resto ya sólo es tierra seca. 
?uede que la diplomacia europea ha- 
va hablado de esta falta de posibili- 
lades, y en el mundo sólo quedan tie- 
"tras vírrenes el América. Ese eran 
E 
A 
59 
»vesidente de los norteamericanos ha- 
)ó una vez sobre el Canadá, a quien 
onsideraba inviolable. Sus palabras 
ueron interpretadas como de ayuda a 
70n Bretaña. ¿No habrá querido de- 
irnos que, si Inglaterra debiera aban- 
tonar esa rica y americana posesión, 
intomáticamente se la consideraría 
imericana? Ya vemos cómo en esos 
»aíses de la felicidad y la libertad se 
dende a una unión panamericanista, 
le protección en todo sentido. Pode- 
nos tomar como base otro caso suges- 
ivo. Gran Bretaña, Francia, Italia y 
Vemania, están estudiando las posi- 
ilidades del reconocimiento de Fran- 
0. El general español parece tener 
omo uno de los puntos vitales de su 
sobierno, el imperio español, con sus 
olonias, América sabe esto, y posible- 
nente lo comente despectivamente. El 
ueño de Franco, si su realidad exis- 
e, parecerá una utopía; pero abierta- 
nente apoyado por una Europa dis- 
esta a ganar nuevas tierras, bien 
»uede ser un peligro. Ya hemos visto 
>ómo Roosevelt está disolviendo con 
nano de hierro las sociedades pacifis- 
48, que viven del dinero pasado por 
Alemania, con el fin de que el pueblo 
10rteamericano se mantenga en un ni- 
rel falto de moral para la lucha. En 
Brasil, por ejemplo, se ha empezado 
ina canmpaña similar a la de Esta- 
dos Unidos, y la lucha contra la in- 
uencia nazi o fascista es visible, Los 
diarios de ésta la comentan a menudo. 
— Y Asia ¿no sería otro de los ob- 
¡etivos? 
— ¿Para qué? Sólo pueden entre- 
rar factor humano, y eso no se quie- 
*e en Europa, menos en un momento 
:n que el racismo parece tener nue- 
vos ímpetus, Luego que gran parte 
le Asia se halla influenciada por Ru- 
ia, y por diversas razones resulta un 
seligro luchar contra ella. 
— ¿Conclusiones? 
-—Que la conferencia de Munich tra- 
o una tregua, pero también serios 
xroblemas, Lo imprevisto está dentro 
le las carteras diplomáticas. De allí 
aldrá algún día, ¡y que el mundo se 
repare para el dotor de otra gue 
sra! ¿Contra quién? Eso es lo difí- 
il predecir, pero lo más probable es 
jue se desarrolle en Europa. Los in- 
ereses y los apetitos desmedidos sue. 
en destrozar la familia 
Hace tantos años... 
Continuación de la página 55) 
lanuras del Tucumán, frustrando igua!- 
mente el sufragio del diputado de éste, 
sirve de preludio a la elección de don 
Pedro Medrano para vocal del gobier- 
10”... 
La voluntad popular burlada provo- 
a, Una vez más en nuestra historia, un 
novimiento revolucionario tendiente a 
substituir el gobierno. 
DESCONTENTO GENERAL 
Veamos ahora cómo el manifiesto del 
muevo triunvirato estudia la situación 
ocial y política del momento: 
“Un descontento general se desvleró 
20r todas partes: el funcionario público 
reía vacilar su destino, el simple parti- 
ular esperaba por momentos el decre- 
:0 de su proscripción: todos temían un 
Trastorno, y nadie esaba prevenirlo por 
10 incurrir en la pena de último supli- 
tio que se había impuesto irremisible- 
nente a cualquiera que hablase sobre 
as deliberaciones de la asamblea”... 
“Acostumbrados todos a mirar la fuer= 
“a armada como el apoyo de la opre- 
sión del pueblo, nadie pndia esperar 
¡U protección antes de verla asegurada 
Jor el suceso. Los jefes militares que co- 
wocian muy bien los peligros a que es- 
aba expuesta la patria, y no se les 
cultaba la voluntad general del puebla, 
Ue es su primera ley, resolvieron pre 
Cantinas en la narina 6
	        
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