Full text: 28.1938,26.Okt.=Nr. 1449 (1938144900)

- a *. Cuento por . 
Ú f y a MIGUEL ARTZIBACHEV 
MUNDO ARGENTINO 
—¿Por qué? Al contrario. .. 
—Es verdad... Te distraerás un 
ito, _ . 
Ambos exhalaron un suspiro de ali- 
10. - 
Ella cerró la puerta y volvió al co. 
nedor, pensativa. 
TT 
:omún de los mortales, Natural- 
nente, su mujer, un ser débil, es- 
aba algo asustada, pero él era 
in hombre por encima dé tales 
“laquezas y tenía conciencia de la 
zravedad de su misión social. 
Sin embargo, ligeros estremeci- 
vientos recorrían su cuerpo, no a 
"ausa de la temperatura demasia- 
Jo baja de la estancia, sino produ- 
"idus nor la excitación de sus ner. 
ba quitando de encima. _ 
“En efecto — pensó, terminado su 
»reve discurso, satisfecho como si 
.cabase de encontrar una razón. nue- 
a y poderosa, — ¡cumplo un deber 
cial!” 
Y de nuevo se consideró una especie 
e héroe llamado a cumplir una mi- 
ión para la que se necesitaba un tem- 
le de alma extraordinario. - 
— ES verdad. es un triste deber... 
- Amanecia, - Desprendíase del cielo 
rris una sutil humedad, Las “aceras, 
os postes del tranvía, las paredes, las 
nuestras de las tiendas, estaban mo- 
ados, 
La vida cotidiana empezaba. Gente 
ecién levantada y como no despierta 
ún del todo, se dirigía presurosa, ti. 
itando, a los tranvías, a los ómnibus, 
-as puertas de las tiendas comenza. 
an a abrirse, _ 
French subió a un ómnibus, que se 
»uso en marcha con gran estrépito de 
aerros y cristales, Ante sus ajos. des. 
“Haban las casas, en muchos de cuyos 
balcones las maderas estaban cerra- 
las aún. Gran parte del vecindario 
lormía todavía. La gran urbe, a pe. 
sar de los estridentes silbidos de las 
tábricas, el ruido del tránsito rodado 
y el sonido de numerosas voces huma 
has, parecía semimuerta, 
Frente a French se sentaron algu- 
Jos obreros y una muchacha soñolien. 
la. El grave varón se había tranquili- 
zado por completo; su depresión mo. 
ral había desaparecido. Con serena mi. 
rada, contemplaba a los demás viaje. 
ros. Ni siquiera sospecharían que via. 
¡aba entre ellos uno de los doce ju. 
rados que, en nombre de la ley, debían 
asistir a la ejecución del célebre reo, 
cuyo terrible crimen había causado 
"anta sensación. 
De nuevo se sentía investido de cier. 
A sombría majestad. , - 
“¡Cómo me mirarían si supieran 
mién soy!”, pensó, 
Aquella tarde contaría, en tono pa- 
UY temprano, antes de salir el 
sol, todo el mundo se levantó 
en la casa y se encendieron las 
*— fuces. 
En la calle, aún reinaba la obscuri- 
dad, pero la proximidad del alba em- 
pezaba a poner en el negror de las 
sinieblas un matiz grisáceo. Hacía frío. 
La luz, a aquella hora, hería desagra- 
dablemente Ja vista y se sentía el acen- 
tuado malestar, el disgusto, la pena 
que sigue siempre a- un despertar fue- 
ra de tiempo. , 
En el comedor, la señora French 
-omaba el café, Mister French oía el 
ruido de la cucharilla y de la taza 
desde la alcoba, mientras se vestía. 
Al ponerse la camisa de cuello y pe- 
chera almidonados. tiesna se eastremo- 
ció, 
—Tommi: el café está servido..., 
son ya las cinco — le advirtió, con 
voz tímida, su mujer. El malestar del 
grave varón crecía por momentos, has- 
ta el punto de traducirse en una res- 
piración difícil, fatigosa y en una agu- 
'a nerviosidad. . 
— ¡Ya voy, ya voy! 
Momentos después, míster French 
apareció en el comedor, vestido de le- 
Tita, El severo traje concordaba a las 
nil maravillas con su rostro afeitado, 
de barbilla prominente, y le daba un 
ire majestuoso. 
Su mujer le dirigió una mirada tí- 
mida y hajó en seguida los ojos, fin- 
riéndose absorta en la tarea de di- 
solver el azúcar en la aromática no- 
"ton, - 
Míster French se sentó. Su males- 
-ar se había calmado un poco. Sentía, 
de nuevo, el orgullo de haber sido de- 
signado para asistir a la ejecución de 
an criminal, honor de que había dado 
cuenta, envanecido, a sus amigos, Pa- 
"reciale que tal hecho le investía de 
rierto carácter solemne, implacable, co- 
mo la justicia. y le elevaba sobre al 
N 
o 
'0s, y trataba en vano de dominarsc. 
Mientras él tomaba el café, sin sa- 
orearlo, y. esforzándose en conservar 
a aplomo, su mujer callaba y evita. 
a Mirarlo, muy pálido el juvenil y 
ndo rostro, como si estuviera enfer- 
a. 
— Bueno, me voy —- dijo el grave 
arón, luego de mirar su reloj. 
Se levantó. Su mujer se levantó tam- 
ién. Ambos sintieron en el fondo del 
orazón algo doloroso, pero simularon 
na total tranquilidad. 
Ya en el recibidor, cuando French 
staba poniéndose el gabán, ella dijo 
*midamente: 
— ¿Por qué no te excusas? Podías 
legar una indisposición..., 
El se llenó de enojo, como si su mu- 
ar le hubiera dirigido un insulto, 
— ¿Para qué? — contestó, - enco- 
iéndose de hombros. — ¡Debo ir e 
-é! 5 - 
— Lo digo... porque... te impre- 
'onarás... - 
El enojo del grave varón subió de 
unto. La hubiera reñido a su mujer, 
wcluso le hubiera pegado. 
— No es un espectáculo muy diver- 
ido — repuso, con frialdad, conte- 
iendo su ira. —- Pero si todos rehu- 
esen el cumplimiento. de su triste de- 
er, los criminales estarían de emho- 
abuena. Una de dos: ¡o zgomos ciu- 
adanos que velan por la seguridad de 
1 sociedad o somos unos cobardes! 
Y añadió algunas frases no menos 
»mposas. 
A medida que - 
ablaba, diríase . , 
ue un peso se le” lITlIneirá 
Cuando los dos 
20mbres, terminada 
su tarea, se aparta- 
ron, French vió al 
reo empequeñecido y 
convertido ¿n una es- 
pecie de saco envuel- 
to en una apretada 
red de cnuoerdac 
uspiró la señora French, que le ha- 
úa escuchado moviendo afirmativa 
ente la cabeza. 
Cuando su marido estaba ya abrien- 
10 la puerta, se acordó de que aque- 
la noche — “turno impar” — debían 
r ala Opera. 
— ¿Quieres que 
- cedamos las huta. 
PyR “edamo 
útico, todos los detalles de la ejecu. 
ión, y sus oyentes le escucharían bo. 
uiabiertos y espeluznados, 
La muchacha soñolienta — que era 
nuy linda — suscitaba en él sentimien. 
05 amorosos. Sus cabellos. rizosos le 
'roducían un deleite visual exquisito; 
ero él no olvidaba ni un Momento el 
hieto de aquel madrugón y de aquel 
Continús en la DÁárFina Xi:
	        
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