LA LUCHA DE TENDENCIAS EN EL RADICALISMO
PUEDE TERMINAR CON UNA DIVISION HISTORICA
TRADICIONALISMO Y EVOLUCION. — LA
DOCTRINA “POSITIVISTA” FRENTE A LA
ETICA. — EL CASO DE SAN JUAN, — PUEDE
VOLVER A OCURRIR LO DE HACE 50 AÑOS.
El radicalismo es la ilusión de los opositores y la esperanza de los
conversos”, : ,
No es necesario repetir que, como fuerza de opinión, representa
21 sentir de la masa argentina y significa un sólido baluarte de
nuestra democracia, porque ha sabido interpretarla durante casi 50
años de acción continua e invariable.
Por su valor numérico y su representación ideológica, ese organis-
mo cívico desenvuelve su acción en medio de un cargado ambiente
le aspiraciones, intereses y recelos.
Como queda dicho al principio, en estos momentos. su marcha no
sólo interesa a los propios, sino que provoca expectativa entre los
radicales conversos y “rosados”, los cuales confían más en la polí-
ca “radicalizante” del presidente de la República que en el esfuer-
zo natural de los mismos dirigentes opositores por recobrar el nivel
alectoral de los partidos. Y, por reflejo, las “minorías selectas” no
vueden apartar su mirada de -ese panorama que se presenta, para
allas también, cargado de dudas y problemas. :
Pero, ¿qué dirá el porvenir de esas corrientes que se agitan por
debajo de la superficie, tratando de aflorar para imponer sunrema-
2ías?
La gran cuestión está en saber si el radicalismo, como fuerza de
evolución, alcanzará a superar a ese otro radicalismo que se pre-
senta como fuerza de retención, enquistado en las tradiciones y los
principios de una época que ya pasó, o si, por fin, sobrevendrá el
choque definitivo que lo divida, marcando rumbos nuevos para unos
7 determinando el arraigo en las viejas doctrinas nara otros.
Tradicionalismo y evo. El trasicionalimo, empeñado en
e] *onservar el viejo programa, ajuste-
5 : lo a las viejas doctrinas, se divide en
tución los o tres grupos: los abstencionistas,
Puede decirse que al presente el ra- ue inspira el doctor Giemes; los “de-
dicalismo es un verdadero mosgico. incionistas”, que se cobijan, al pare-
Mosaico demostrativo de una situa- er, bajo la tutela. del gobernador de
ión de desorientación o de renovación órdoba, doctor Sabattini, y los “in-
que obedece a una causa fundamen- “ansigentes”, que aceptan la lucha
al: la revolución de septiembre de lectoral, pero proclaman la mecesi-
'990. ad absoluta de mantenerse en el lla-
-— ¿Con cuál de los dos se queda usted, querido correligionario?
—- ¿Yo? Este... Con el que resulte "quedador”, pues,
10, sin contactos de ninguna especie
07 las tendencias radicalizantes has-
"4 que les sea dado alcanzar el triun-
fo por el camino abierto de los comi-
“os libres.
Lá evolución tiene asimismo sus
natices: hay los evolucionistas “po-
itivistas”, que procuran llegar e una
onjunción con los radicales oficialis-
as aprovechando los medios del “co.
aboracionismo”. parlamentario y el
“integralismo” electoral (ejemplo tu-
umano), y hay los evolucionistas pre-
idencialistas, para quienes la cuestión.
'ebe resolverse lisa y llanamente acep-
ando la actual presidencia como un
roducto netamente partidario, pres-
ándole, por consiguiente, amnlio y de.
dido apoyo.
En la Casa Rosada son visiblemen-
e partidarios del “positivismo”, .que
vfrece menos inconvenientes y creu
nenos conflictos, porque su for-
ma de evolución es más diplomática
¡ permite mayor elasticidad de con-
:eptos y movimientos,
Es de presumir que, andando e
tempo, los tradicionalistas se suma-
'án, formando un solo bloque, y otro
anto ocurrirá con los evolucionistas,
Pero, ¿quién dominará a auión?
autoridad para hacerse respetar e
imponer sus sanciones,
Un gobierno de partido cuenta
asimismo con la Carta Orgánica,
los reglamentos, la influencia de su
wtoridad para mantener la disci-
Nina y dar curso a sus orientacio-
des,
Eso es lo que actualmente defien-
de al radicalismo de la disgregación
v del caos: la masa está a la ex-
ectativa, y los caudillos, inseguros
tel efecto que produciría en ella un
uzamiento, no se atreven a dar el
rente, y siguen también a la es-
vera del momento decisivo para ex-
mayar su pensamiento.
Al ritmo de ese estado de cosas,
2] doctor Alvear ha llevado al ra-
iicalismo por sendas que no som
las señaladas ni por Alem, ni por
Del Valle, ni por Irigoyen.
Alvear es francamente evolucio-
nista, y comparte los puntos de vis-
ta de los “positivistas”. Está, pnes,
en la corriente “acercadora” que
trata de acortar distancias entre la
Casa Rosada v el partido.
” .
El poder del espíritu -
Pero hay veces en que el poder del
Joder no logra dominar al poder del
espíritu, y eso es lo que preocupa a
0s dirigentes “positivistas” del. par-
ido radical. Ellos están construyendo
su obra, pero saben que todavía se ha-
lan sobre terreno flojo, de modo que
1n sacudimiento brusco podría derri-
narla. De ahí la acción diplomática a
El poder del poder
—
La posesión del poder, que da el
manejo de los resortes administra-
"ivos, es tan importante en el go-
xermmo de los partidos como en el
te los pueblos. Un gobierno tiene
iempre de su parte las leyes, las
nstituciones armadas, el mecanis-
no burocrático, los resortes de la
(Continúa en la página 66: