Talleres para artistas como aparecen
en lo alto de esta casa del Barrio Lar
tino cuestan unos treinta pesos men-
suales, que el casero muchas veces tie.
ne que cobrarse “en especie”.
Pablo Picasso, uno de Ins
triunfadores, quien, a pesar
de su enorme prestigio y Jas
importantes sumas de-dinero
que percibe por sus obras, no
abandona la vida de esa su
bohemia adorada donde se
formó luchando duramente
como los demás.
QUAKER OATS para
reponer su enorme
derroche de energías
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Sirvales todos los días un buen
plato de Quaker Oats, que
ellos comerán golasamente, y
verá como. u pesar de no es.
tarse un. segundo quietos, sus
chicos crecen fuertes y robus-
tos, porque tienen dé donde
sacar energías .., ,
Quaker Oats es delicioso, li-
viano y nutritivo. Es un ali-
mento ideal para niños,
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y cuáquero en la lata.
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nios traba-
jando empeñosa-
mente con la paciente
modelo, cuya sueldo, en
muchos cases, debe ajustar.
se al éxito de las obras que
inspiran. Y como por lo ge.
neral el éxito tarda en lle.
gar, si es que llega,..
La bohemia
DESDE los cuatro puntos cardinales le-
> Ban a París los aspirantes a la gloría
artística, y ellos más que ninguno com-
prueban que no sólo de pan vive el hom-
Are. Y al decir hombre incluimos a toda
4 raza. humana, pues en la hermandad
de esa aspiración hacia un ideal de ex-
presión y de estética se cuentan chinos,
lranceses, americanos de todos los climas,
y aun los obscuros hijos del Africa. En
París se habla todos los idiomas del pla-
neta por boca de los más esforzados idea-
listas de cada uno de sus pueblos, ya que
<lebemos reconocer que es preciso ser muy
idealista y muy decidido para enfrentar
la vida insegura y hasta miserable que
es el destino de la mayor parte de los
estudiantes y artistas .que pueblan las
buhardillas del .“Quartier Latin” con sus
entusiasmos desmelenados y su espléndi-
do heroísmo que se traduce en días sin
pan, en la esperanza de triunfar alguna
vez con la “obra maestra” que todos
sueñan,
Los días de la bohemia de Murger per-
tenecen al pasado sólo en su aspecto ex-
terior. Los artistas ya no afectan la ves-
timenta extravagante del 1800, y suelen
Visitar a veces al peluquero. Algunos
tienen toda la apariencia de jóvenes dtle-
tas, y hay quien se afeita todos los días.
Pero en el fondo, la bohemia del alma
no ha variido. Más bien se ha exten-
dido, y lo que antes fué exclusividad de
Montparnasse tiene su eco en Calcuta
y la Ciudad del Cabo. Y la universali-
dad del arte y sus sueños magníficos que-
da. comprobada hoy mismo en París, en
el barrio de los pintores, que persiguen
un ideal de belleza como si no existiera
el rodar de los cañones de una Europa
semimovilizada