LA VIALIDAD EN EL PAIS ES UN FACTOR
DE CIVILIZACION Y PROGRESO
A enorme disminución registrada
» en la importación de automóviles,
i camiones y demás automotores
— que funcionan a base de combus=
ible líquido — según se consigna en el
reciente ejercicio de la Dirección Nacio-
al de Vialidad, en enero y febrero de
:938 entraron al país 14.000 automóviles,
contra 900 en los mismos meses del co-
rriente año — es una seria amenaza
para la normal prosecución del progra-
ma vial iniciado en nuestro medio. Esta
disminución de más de 13.000 vehículos
2n sólo dos meses es a todas luces su-
zestiva, y puede considerársela como Un
indice de lo que sucederá con el correr
lel tiempo si las cosas no se solucionan
mo ha menester.
La paralización de las importaciones
de automotores obedece, como es sabido,
2 las dificultades, o, mejor dicho, a la
negación de permiso de cambio para
stas y otras importaciones de países
que nuestro gobierno considera que debe
comprárseles en la medida que nos com
aan, Dejando de lado las razones que
suedan asistir a una y otra parte para
adoptar esta política, analizaremos los
perjuicios que acarrea a nuestros inte-
reses generales y en modo muy especial
5 la vialidad, las restricciones impuestas
a la importación de automotores.
1 MAYOR CONSUMO DE COMBUS-
FIBLES MAS Y MEJOR VIALIDAD
- TENDREMOS
Un hecho que demuestra acabadamen-
2 los buenos resultados del mejora-
miento del camino es el de que a pesar
de haber disminuido la importación de
automóviles, el consumo de nafta au-
mentó considerablemente. según la es-
tadística reciente y en los dos meses que
se toman como base, la recaudación acu-
a un aumento de casi dos millones de
»xesos. Y hay que tener en cuenta, como
o señala también el ejercicio de Via-
idad, que este aumento se debe en gran
arte a la terminación del camino pa-
¡mentado a Mar del Plata. 'Tomandc
1si Jas cifras parecería que 2Un cuando
se paralice la importación de automó-
riles, como el consumo por unidad de
rehículo es mayor, los recursos para la
»ra vial seguirían manteniéndose. Cree-
nos que no debe mirarse el asunto des-
1e ese punto de vista, puesto que el nú-
mero de automotores en circulación se
mantiene merced a la importación, que
compensa los que van quedando fuera
de uso. De manera que si la importa-
sión se paraliza, la desmotorización se-
ría inminente. Y si el país se desmoto-
tiza, no sólo afectaría a la obra vial,
sino que se resentirían, a su vez. cuan-
iosos intereses. e:
La obra vial en sí no da la sensación
de su importancia. Y es que lo verda-
ieramente importante es el conjunto de
:elaciones económicas, sociales y comer-
>ales que ella crea. Una carretera crea
a necesidad de mayor número de auto-
móviles, y el mayor número de automó-
iles crea también la necesidad de más
:arreteras, Además, la carretera abre la
dosibilidad de la mayor utilización del
wtomotor como medio de comunicación
¡articular y como instrumento de tra-
22j0o, Al haber buenas carreteras, sobre
todo en el orden comercial, millares y
millares de personas o de firmas qué
no se decidian a Utilizar al automóvil
como medio rápido, cómodo y económico
ara el mejor manejo de sus negocios,
ñoy ven en todo ello un auxiliar im-
xrescindible. Es así cómo ya nadie se
:onforma, como es lógico, con la primi-
iva red vial, que fué un anhelo tan
argamente sentido. Y se explica:
Primeramente se soñaba con poder
ñnir los grandes centros de comercio y
1acer accesibles los lugares de turismo.
Jero al quedar: construída la TUta tron-
ía obra vial, iniciada y sostenida desde que el automotor se impuso como
medio moderno de transporte y comunicaciones, se ve amenazada por la vio-
lenta disminución en las importaciones de estos vehículos.
Por N. CHOURROUT
se tomó como cosa momentánea, ha
Jasado a convertirse en algo permanen-
te o con miras de serlo, Pero, con todo,
allo no afectaba mayormente a los re-
cursos propios de la ley de vialidad,
Ahora el asunto toma un cariz comple-
'amente distinto, o sea: está en peligra
'3 prosecución del consumo de nafta,
xecisamente en el instante en que las
redes camineras empiezan a utilizarse
2n gran escala y a servir de medio im-
orescindible de comunicación para man-
tener las relaciones permanentes entre
05 diferentes intereses que ella misma
19 creado.
En consecuencia, es necesario que el
Poder Ejecutivo reflexione seriamente,
zues lo que está pasando no obedece a
malas leyes, sino pura y exclusivamente
2 medidas gubernativas, cuya aplica=
ión no da los resultados previstos. Si
:1 Poder Ejecutivo creyó que con la ofi-
ina de Control de Cambios iba a lograr
in equilibrio fructífero en el intercam-
io comercial y no fué así, sería con-
reniente que se rectifique este criterio
r se busquen medios más viables, pues
le lo contrario, lo que ocurre ahora
son. Vialidad, por culpa de haberse in-
:errumpido la importación de automó-
siles, puede extenderse a otras ramas
le las diferentes industrias afectadas
xr la misma causa. Pero lo de Viali-
iad es lo inmediato, es lo que está en
:1 tapete, y su solución no debe pos-
-ervarse.
al, ella sugería e imponía la necesidad
le hacerle sus vías de acceso y de in-
ercomunicación transversal entre carre-
era y carretera. Y, claro está, los ca-
ainos transversales son una obra in-
nensamente más grande que las rutas
roncales. ¿Cómo construir esta inmen-
a cantidad de caminos transversales
que el progreso actual reclama? Con-
umiendo más nafta o más combusti-
»es de los que se hallan gravados con
ales fines. Y para lograr un mayor
onsumo no bastan los actuales cami-
108 mejorados ni: carreteras pavimen-
adas con. su correspondiente aumento
le combustible por tínidad de vehículo,
ino que, lejos de dejar que disminuya
1 número por la falta de importacio-
1es, es necesario aumentario.
DISMINUCION DE LOS RECURSOS
PREVISTOS PARA VIALIDAD
momentos que las finanzas no eran muy
1olgadas, dejó de aportar con la cuota
le diez millones, Se esperaba que la
misión sería corregida en años poste-
iores. Pero nada se hizo, y ésta es la
10ra que, como hemos visto, se adeudan
¡ada menos que sesenta millones de
xsos, y se continúa pasando por en-
ima de los preceptos de la ley, con el
maginable perjuicio para la vialidad y
ara todos los cuantiosos intereses que
iran a su alrededor, Pero lo de los
tez millones anuales, si se quiere, no
:5 tan importante como el hecho de que
a obra vial se vea afectada en su mis-
ma fuente de recursos y en su razón
de existencia, es decir, en la recauda-
són de ingresos, que se basa en el ma-
yor consumo de nafta. Si la recauda-
ción de fondos propios-no continúa su
itmo progresivo, la vialidad podría ver-
se retardada y quizá interrumpida,
HAY QUE ALLANAR LOS OBSTACU-
LOS QUE DIFICULTAN LA VIALIDAD
Al sancionarse la ley de vialidad, in-
ludablemente se tomó como valioso ele-
mento de juicio el número de automo-
ores que había en circulación en el
aís, número que en 1930 se aproximó
ij los quinientos mil vehículos. Después
le esta fecha se aumentaron los dere-
:hos de importación en forma desme-
urada, al extremo de ser en la actuali-
lad ese derecho alrededor del 65 % del
alor de tarifa del vehículo. Así, el nú-
nero de automotores en circulación re-
vajó inmediatamente a cifras descon-
ertantes, para ser en 1938, después del
vumento registrado en 1937, de 400.000
¡utomóviles; vale decir, casi 100.000 me-
108 que 8 años atrás, ;
Es innegable que a esta enorme mer-
14 de automóviles contribuyó la depre»
iación de la crisis, que se inició a fi-
es de 1929; pero, desgraciadamente, el
resunto resurgimiento de 1937 no logró
ecuperar los niveles de años anteriores.
0 que quiere decir que los cálculos he-
hos en base a las primitivas cifras fa-
laron, con el consiguiente peligro para
levar adelante un vasto plan de viali-
lad ajustado a las necesidades crecien-
es de un medio que progresa y que de-
£a ponerse a la altura que su civiliza-
ión reclama.
Pero además de haber mermado el
vámero de automotores, si bien no hay
lificultades inmediatas para solventar
»ompromisos contraídos, la Dirección de
Vialidad ve constreñidas las posibilida-
les de un mayor volumen en el desem-
»eño de sú cometido, en razón de que
1 Poder Ejecutivo no le hace entrega
le los diez millones de pesos que por la
ey 11.565 le corresponden anualmente,
tomo esta cuota, que proviene o debe
xrovenir de rentas generales, no ha side
ntregada nunca, la Dirección Nacional
le Vialidad se ve privada, hasta la fe-
ha, de casi sesenta millones: UN equi-
alente a todo lo recaudado en el año
¡recedente en concepto de impuesto a
ta. - ;
"domo puede notarse, la obra vial, que
ontó con el más decidido auspicio de
odos los habitantes del pais, empieza 8
rerse amenazada por factores que pue-
jen tener repercusiones insospechadas.
xi en este asunto sólo se mira su as-
vecto inmediato, posiblemente parecerá
asignficante. Sin embargo, las cosas S
»mplican y es necesario ponerles Te-
Tedio. LA
Cuando se inició la construcción de
arreteras, por imperio de la ley 11.568,
1 Poder Ejecutivo, ateniéndose a razo-
les de economía en el presupuesto en
Estos hechos que venimos señalando
Aemuestran que lo que en un principio
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