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CUBA CONTEMPORÁNEA
libros anteriores. Ahora bien, el último librito trae varios que
fui leyendo en periódicos y revistas a medida que el autor los
lanzaba. De ellos recuerdo (1897-1898) Estatua. La gota de
sangre, Contradanza y A mi velador.
Y por su cuenta, Andrés González-Blanco, en la página 267
de su obra Salvador Rueda y Rubén Darío dice que
todos los sonetos de la ODra [Piedras preciosas] ostentan la forma tra
dicional: la estrofa endecasílaba. Hay uno solo, La vara de nardos,
que está en versos dodecasílabos. Véanse los tercetos donde describe
a la florista:
Ved la alegre florista que en la cintura
lleva el jarrón de nardos con donosura
dando al aire su fresca voz cristalina.
Evangélica fuese, sin lo mundano,
y con el haz de flores preso en la mano,
pareciera una virgen de Palestina.
Hay, a pesar de la seguridad terminante del crítico, otro soneto
dodecasílabo en Piedras preciosas (página 60 de la segunda edi
ción), titulado Los reyes magos. He aquí el comienzo:
Un fulgor nunca visto los cielos baña
y una noticia inmensa los orbes llena;
El que inunda sus ojos de luz serena
y ha nacido en el fondo de una cabaña.
Yo me pregunto ¿porqué Rueda no insertó en Piedras pre
ciosas el soneto Bailadora, que es contemporáneo de los que he
venido citando? ¿Porqué al publicar éstos lo hizo sin nota ex
plicativa de su génesis? Y el expositor ¿porqué no se llena de
admiración ante este “nuevo mundo” del ritmo que nace de im
proviso, y se guarda las exclamaciones para 1906, cuando en
Fuente de salud se da con Bailadora y la llamada del autor?
Difícil se me hace encontrar contestación racional a las ante
riores preguntas, mucho más cuando el propio González-Blanco
en el Estudio preliminar a las obras escogidas de Rubén Darío—
inquisición crítica que comenzó antes, como dije, y terminó des
pués que Salvador Rueda y Rubén Darío—, recibe con estas frías
palabras los sonetos revolucionarios de una sección de Azul...