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CUBA CONTEMPORÁNEA
Por más que me aleje,
de ti no me olvido;
como los pesares, como los recuerdos,
te llevo conmigo...
Manuel del Palacio, Cantar gitano.
¿Hay en esto alguna arrogancia? Lo mismo que hizo Sal
vador Rueda se puede señalar en otros poetas. El malacitano es
un seguidor, un viajero que no se abre senda, sino que adelanta
por el camino trillado. ¿Cómo reclamar ahora láurea de explo
rador? ¡Si hasta para el verso suelto fué remiso!
Pero no deben desquiciarnos los conceptos desmesuradamente
encomiásticos de Andrés González-Blanco. Él mismo, después de
estar muy en alto loando a su poeta, de uno de sus más deslum
brantes ditirambos viene a la realidad con estas palabras;
Me preguntarán algunos cómo hablo así a propósito de Salvador
Rueda, habiendo repetido tantas veces en mis críticas que todas las
nuevas corrientes de poesía manaban de Prosas profanas. Explico mi
actitud considerándola como un peculiar estado de alma. Y si a alguno
no le pareciera plausible la tal explicación, rechácela como le plazca,
que yo no me ofendo (9).
Por si no hubiera dicho lo bastante, amplía:
Ahora, lo indudable es que el modernismo en España surgió de un
chispazo, por una casualidad, por el viaje de Rubén Darío a Madrid en
1892, cuando nadie le conocía y hospedado en el Hotel Oriente escribió
el Pórtico... al libro de Rueda, En tropel.. ■ En ese instante explotó
por vez primera el petardo modernista, que luego habría de causar tantas
víctimas ( 10).
Bien viene a tiempo una rectificación, porque Rubén Darío ha sido
el revelador. Ha tenido gesto y alma de novador, desde los títulos de
sus libros hasta la esencia de su arte. Con él han adquirido conciencia
y voz los más leves rumores e idealidades del alma moderna, la ligereza
versallesca, el vago símbolo, la inquieta y desolada aspiración. Las
novedades del ritmo, las exquisiteces de una lengua sensibilizada y pro
pia, las más curiosas tentativas de lírica musical se han reunido en
Prosas Profanas... (11)
(9) Salvador Rueda y Rubén Darío, p. 124.
(10) Andrés González-Blanco, Los poetas de América, en Revista de América, sep
tiembre, 1913.
(11) F. García Calderón, Chocano, 1907.