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CÜBÁ CÕNTÊMPÔRÁNEA
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debe estar sujeto al grupo superior de que forma parte. Coloiíiâs se
paradas de la Metrópoli por todo un Océano, ¿no habrán de gozar de
este derecho?
En 6 de julio de 1895, cuando los hervores bélicos de la in
consciencia española tenían más exaltado el patrioterismo de Es
paña contra Cuba, la voz serena del eminente pensador calificaba
sin ambajes de
insensato que el gobierno considerase imposible salir vencido en Cuba,
cuando vencida salió Inglaterra en sus colonias de la América del Norte,
vencida salió la misma España en todas las que son hoy repúblicas
hispanoamericanas, y hace poco más de 30 años hubo de abandonar por
segunda vez la Isla de Santo Domingo. Todo pueblo que se decide a
luchar por su independencia, tarde o temprano lo consigue, según acre
dita nuestra misma historia.
Y añadía:
Cuba está con sobrado motivo, cansada de una dominación que, sobre
impedirle que se gobierne por sí misma, la estruja y la hace pasto de
la voracidad de políticos hambrientos. Cuando no fuese más que por
nuestras vergonzosas dilapidaciones, no podría menos de aspirar a sa
cudir el yugo.
En 16 de noviembre del mismo año escribía:
¿Se habrá perdido en España el seso? ¿Pues no se trata ahora de
plantear en Cuba las reformas votadas por las Cortes? Fueron la
causa ocasional de la presente guerra, y ¿se ha de poder buscar en
ellas el medio de terminarla?
Oponiéndose a las acusaciones de vandalismo lanzadas por la
prensa chauvinista contra los libertadores de Cuba, objetaba en
artículo de 7 de enero del 96, publicado en el periódico El Quijote:
I
¿ Han de ser calificados allí de bandoleros los que aquí calificamos
de héroes?... De héroes son también calificados en toda América y
aun en el mundo, todos los que en el primer tercio del siglo nos arro
jaron de Aáéxico, de Guatemala, de Colombia, del Ecuador, del Perú y
de Chile. Seamos justos con los que hoy nos combaten en Cuba.