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CUBA CONTEMPORÁNEA
En cuanto a los programas y métodos aplicados por esos pro
fesores en su enseñanza, en lo substancial, necesario es repetir
aquí lo dicho al hablar de los Institutos provinciales.
En general, los profesores tienden a recargar sus programas,
tratando de vaciar en el entendimiento de sus alumnos el contenido
íntegro de los que ellos debieron estudiar cuando se prepararon
para la oposición que los puso en posesión de sus cátedras.
La desorientación metodológica no es tan completa como en
las demás escuelas secundarias, pues no en balde forman parte
del profesorado de cada Normal algunos doctores en pedagogía que
ejercieron anteriormente, durante muchos años, el magisterio pú
blico.
Pero no por esto el verbalismo deja de predominar. Durante
cinco años estuvo cubierta la inspección técnica de las Escuelas
Normales, pero fueron años en los que el trabajo del Inspector
estuvo encaminado de preferencia hacia la organización general
de estos centros, desconocidos antes por los maestros de Cuba.
Acerca del profesorado, preciso es repetir aquí también lo
dicho al hablar de los institutos: en términos generales se deja
sentir en la marcha de las escuelas su deficiente preparación.
Los profesores que poseen el doctorado en Pedagogía, se re
sisten, si no en todos los casos, en la mayoría de ellos, de falta
de dominio de sus materias especiales; los doctorados en otras
Escuelas de la Universidad, carecen de preparación pedagógica.
En consecuencia, la enseñanza se resiente y los maestros gradua
dos en estas escuelas no reciben una preparación tan perfecta co-
modo debiera ser. Queda por señalar un inconveniente de carácter
general, atribuíble a condiciones muy complejas de la vida mo
derna, y que se manifiesta, por lo tanto, en todas partes, más bien
que a deficiencias en el mecanismo de estos centros docentes. Me
refiero a la escasez de alumnos varones que tienen las Escuelas
Normales.
Según los datos que he recogido directamente, en la actualidad
tenemos estas cifras: