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CUBA CONTEMPORÁNEA
Mecenas dedicó un escrito a su interesante persona, el cual
llamó De culto suo. Bien lo acribillaron sus contemporáneos. Me
parecen miopes; porque le egolatría es el culto más extendido,
aunque el más secreto.
Antiguos y modernos, todos repiten la misma cantata. Hoy priva
el dinero, antes privaba la virtud. ¡Mísera virtud, condenada sem
piternamente a vivir en la penumbra de lo pasado ! Acaba de ren
dirte; oros son truinfos.
j*e
Pasmoso el tour de force de ese metafísico. Hace portentos
de equilibrio en una tela de araña.
*
Las tres cuartas partes y más de la obra de los sabios antiguos
naufragarían, si borrásemos de sus escritos las sutilezas y disputas
meramente verbales.
*
El desinterés de la ciencia, el desinterés de la pesquisa de la
verdad. ¡ Cuánto desinterés ! Pero dime, desinteresado, tus sublimes
especulaciones ¿no te absorben? ¿no te arroban? ¿no te hacen
olvidar las pequeñeces y miserias y dolores de la condición hu
mana? Flojo interés, por cierto.
Si he de juzgar por el mío, la cordura de los pueblos maravilla.
Hemos pasado un siglo de torturas por vernos libres del Capitán
General y del Ministerio de Ultramar; y nos encontramos al cabo
con que el de las omnímodas se llama ahora Presidente y el motor
remoto “Comisión de asuntos insulares”. Hemos dado vuelta a
la noria. No salimos del torniquete.
*
Por suerte, ya vendrán los sabios en historia y los doctores
en ciencia política a demostrarnos por a -j- b que no podía ser de
otro modo. Ahí se tienen guardada una vieja doctrina con que
nos aplastan las narices: la del destino manifiesto.