Full text: Año 1.1912=No. 2 (1912000200)

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COSMOS 
zase al apedreado Naclerio; y dieron cierta 
forma á la masa de sublevados activos, que 
pasaba de ciento cincuenta mil hombres, di 
vidiéndola por barrios ó cuarteles, dando á 
cada uno por cabos á los que ya ejercían en 
él influencia, y que más calor y osadía ha 
bían demostrado en los acontecimientos an 
teriores 1 . 
Organizada de un modo ó de otro la 
insurrección, fuerza era que ocupase su ac 
tividad infernal en alguna empresa; pero no 
teniendo enemigos con quien combatir, pues 
no miraban como tales á las tropas, que 
ocupaban el palacio y la altura de Pizzo- 
Falcone, y aún duraba el escarmiento de la 
intentona sobre la torre de San Lorenzo, se 
ejercitó en costosas venganzas y en incen 
dios inútiles que nos es indispensable aun 
que doloroso referir. Masanielo y los que lo 
rodeaban formaron una lista de más de 60 
casas que debían ser asaltadas inmediata 
mente, como se verificó sin apelación. Ya 
se deja conocer que en la designación de 
ellas tendrían gran parte los odios y resen 
timientos personales de los que la hicieron, 
i Era la primera en la lista, cosa natural, la 
casa de Gerónimo Letizia, arrendador del 
impuesto sobre el consumo de harinas, á 
quien tenía el pescadero particular ojeriza 
por la prisión que, como dejamos referido, 
padeció su mujer. Fué, pues, inmediatamen 
te acometida y desmantelada, arrojando á la 
calle por los balcones cuanto había dentro 
hasta las puertas y celosías; y amontonado 
todo hicieron con fajinas embreadas de que 
llevaron’ á la empresa gran provisión las 
mujeres y los muchachos, una espantosa 
hoguera. En ella ardieron preciosos mue 
bles, magníficas alfombras, ricas telas, joyas 
de gran valor, y hasta sacos de dinero. La 
muchedumbre atizando el fuego y exaltada 
la vista de las llamas que todo lo consumían 
gritaba frenética como refiere Giraffi: “To 
do esto es sangre nuestra, así merecen 
arder en el infierno los que nos la han chu 
pado”. De allí fué la turba llevando consigo 
tizones de aquella hoguera para encender 
más pronto otras, á la casa, ó por mejor de 
cir palacio de Felipe Basili, que de pobre 
i De Santis.—Giraffi. 
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■ y la destruyeron y abrasaron. 
hornero había en pocos años héchose pode 
roso con los arriendos de varios arbitrios, y 
lo destruyeron y quemaron todo. Viéronse 
allí arder estrados de riquísimo brocado, 
colgaduras y cortinajes de damasco, delica 
da lencería, hermosos espejos de Venecia, 
cuadros de gran mérito, piezas de vajilla de 
oro y de plata, y hasta un saquito lleno de 
gruesas perlas, dos hogueras en la plaza 
del Espíritu Santo consumieron brevemen 
te tanta riqueza. Enseguida fué asaltada y
	        
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