PARA LOS AGRICULTORES
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puede ser hasta de ochenta kilogramos,
sino un término medio de cincuenta kilo
gramos que valen cien pesos, claro está
que los cinco millones de familias cose
charían seda cada año por valor de qui
nientos millones de pesos, es decir, una
cuarta parte más de la que se produce en
todo el mundo; pero en nuestras costas,
que son muy extensas y feracísimas, se
Pueden hacer en el año hasta ocho crías
se sembrando la semilla y abandonar los
demás procedimientos; para ello se recoge
el fruto de las moreras imprimiendo al
árbol un leve sacudimiento, para que sólo
caiga al suelo el fruto muy maduro; se
lleva éste inmediatamente á una vasija
con agua y se deshace oprimiéndolo con
las manos, hasta que toda la semilla se ha
ido al fondo de la vasija; se separa la
pulpa que ha quedado flotando y se tira
gusanos de seda, porque
a hí la hoja de la morera está
s 'ernpre verde; luego la serici-
cultura, si quisiéramos, sería
l J; ira México una fuente in
agotable de riqueza y sólo por
es te capítulo resultar el asom-
' n ° del mundo.
La cosa más fácil y sencilla
es d cultivo de la morera, é
’Sualmente fácil y sencilla es
p Cr * a del gusano de seda.
ara llevar de esto el conven-
C ' m iento al ánimo más escép-
tlc ° destinaré unas cuantas
" eas , separadamente, á una y
otr a cosa.
La morera debe reproducir-
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Fig. núm. 2
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y
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con cuidado el agua; se repone
una ó dos veces ésta para que
quede bien limpia la semilla y
se extiende en un papel para
que se seque á la sombra.
Todo este procedimiento debe
ejecutarse en el mismo día,
sin dejar nada para el día si
guiente, porque luego que.el
fruto de la morera se despren
de del árbol se comienza á des
arrollar un fermento que ataca
la vitalidad del germen de la
semilla y ésta no nace. Obte
nida así la semilla, debe sem
brarse durante los comienzos
de la siguiente primavera, cui
dando de repartirla en el te
rreno á razón de dos gramos
por metro cuadrado de super-