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COSMOS
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En los primeros días se dirigía diaria
mente al cementerio, y en muchas oca
siones se le tenía que separar á la fuerza
del sepulcro. Por fin se calmó poco á
poco, contribuyendo á esto principalmen
te el contacto con Juanito, el hermano
menor. Parecía que Martín quería tras
mitirle el amor inmenso que le había ins
pirado el di
funto.
Martín no
se había ocu
pado en vida
de Federico
gran cosa de
Juanito, con
siderando casi
como un pe
cado el dar á
otro la más
mínima parte
de los senti
mientos de su
corazón.
Ahora que le
había arreba
tado la muer
te á su desgra
ciado herma
no, sintió una
irresistible in
clinación ha
cia el hermano
menor, como
si este cari
ño hubiera de
llenar el va
cío angustio
so que le dejara la pérdida de su víctima;
quería enmendar en el vivo lo que había
hecho con Federico.
Era Juanito un chiquillo de cinco años
de edad, á quien se le iba á comprar en
la próxima feria las primeras botas. No
había heredado aparentemente nada cel
carácter áspero y terco del padre, se
asemejaba más á la madre dulce y silen
ciosa, siendo por ese motivo el Benjamín
y la idolatría de todos los de la casa.
Se mimaba á Juanito considerándolo
como el rayo de luz que lleva la alegría.
El que veía á Juanito, tenía que amar
lo. Su cabellera, color de oro, brillaba
como si fuera formada de rayos de sol,
sus ojos francos mostraban alegría, tor
nándose lue
go en soñado
res, dejando
ver un mundo
de bondad y
de amor. Jua
nito se unió
con ardor á su
hermano que
lo había des
atendido tan
to tiempo, pe
ro la diferen
cia de las eda
des, pues taño
contaba once
años más que
el otro, no per
mitía que se
estableciera
una verdade
ra correspon
dencia frater
nal. Martín
salía de los
años infanti
les; en su ges
to serio y me
ditabundo, en
su hablar so
segado y precoz, había ya mucho de un
adulto.
Era por consiguiente muy natural que
se mezclara en el cariño á su hermano
menor algo de fraternal. No se avergon
zaba en tomar participación en los jue
gos infantiles, haciendo el papel de
caballo dócil que trota por el patio y los
campos, pero esto era la condescenden-
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• se dirigía diariamente al cementerio