En “La Tabacalera JUexicana
ERMOSÍSIMA fué la fiesta verificada
vt'JV! ayer en la Tabacalera Mexicana; fies
ta que revistió un doble carácter: religioso
u no, social el otro.
Se trataba de la Patrona de las obreras
y de aquí el ca
rácter religioso
de dicha fiesta
llevada á cabo
c °n toda la so
lemnidad y ex
quisitez que
e ran de esperar
se de un estable
cimiento indus
trial como «La
Tabacalera»,
donde el cariño
recíproco y una
armonía sin lí
mites constitu
yen la palabra de
pase en todos los
trabajos de esa
Fábrica.
Con sobra de
razón el Dios de
las Bondades ha
abierto su ma
no bienhechora
para derramar
los tesoros de su
amor sobre los
obreros y sobre
los patrones que
forman tan fla
mante institu
ción.
El carácter social, familiár diríamos me
jor, de tan repetida fiesta se manifestó en
el semblante de las distinguidísimas y nu
merosas familias que concurrieron; todas
contentas y todas dirigiéndole frases de fe
licitación y de cariño al hombre que consti
tuye el alma de dicha Negociación; nos íe-
f erimos á don Eugenio Alvarez, quien acom
pañado de su dignísima esposa, hizo los ho
nores debida y cumplidamente.
Cuando con
templamos el
hermoso cuadro
que nos ofrecían
obreras y patro
nes vino á nues
tro cerebro por
precisa y lógica
asociación de
ideas lo impor
tante que es en
el orden indus
trial establecer
una corriente de
cariño entredós
representantes
del capital y el
trabajó; pero un
cariño verdade
ro, un cariño que
acerque los co
razones éintere
se al obrero en
bien del patrono
y á éste en bien
de los trabajado
res que de bue
na voluntad y
con amor inten
so se empeñan
en buscar el be
nefició del capi
talista.
A la verdad que para realizar fenómeno
de tan gran valía ha sido menester el talen
to del modesto gerente de «La Tabacalera»,
don Eugenio Alvarez, quien no olvida que
también él comenzó humildemente en la
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Altar improvisado donde se celebró la misa en la fiesta de
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