PARA LOS AGRICULTORES
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mas con muchas hojas ó cualquier otra
cubierta provisional que sea susceptible
de quitarse gradualmente tan pronto co
mo las plantas hayan prendido bien,
Pues éstas pueden ahilarse (crecer largas
y delgadas) si se tienen bajo sombra de
masiado tiempo. En los lugares en que
está en uso el sistema de sombra perma-
mente, los cultivadores con frecuencia
Prescinden de los semilleros, y hacen sus
Plantaciones con plantas ahiladas naci
das al azar en los cafetales. Pero como
más adelante se mostrará, el hecho de
no Prosperar las matas de esta clase
cuando se trasplantan en lugares des-
a brigados, no es en modo alguno un ar
gumento de validez contra el cultivo al
descubierto, aunque indudablemente ha
figurado como una de las más importan
tes razones para el uso de la sombra. En
Países expuestos á sequías de considera
ble rigor, pero donde aún se practica el
cultivo á descubierto, debe tenerse mu-
c ho cuidado al quitar la sombra de los
semilleros y planteles, aunque es en tales
u gares donde hay más necesidad de que
Jas matas de los semilleros se acostum-
ren á recibir de lleno el sol antes de ser
trasplantadas. La sombra debe quitarse
muy gradualmente, ó bien durante el
tiempo de lluvia, cuando el rigor perju-
•cial del calor ó de la sequía no es de
es Perarse.
Plantación de árboles
Se procede á sacar el árbol del vivero,
teniendo cuidado de no herir sus raíces
al arrancarlo, procurando que vayan
acompañadas y cubiertas de la tierra que
las rodea, que recibe el nombre de cepe
llón. Para facilitar el arranque, deberá
labrarse y regarse previamente el vivero.
Inmediatamente después de arrancada la
planta se lleva á los hoj'os abiertos y
abonados, para que no se desequen las
raíces, colocándolo con cuidado y de
modo que el terreno ocupe el centro de
los mismos, echando la tierra en orden
inverso del que se sacó, y procurando
que todas las ramas queden con la misma
orientación que tenían.
Las raíces rotas ó enfermas se desmo
chan antes del trasplante, y si acaso el
árbol tuviese copa, se suprime también
alguna rama del mismo lado que la raíz
cortada, para que puedan equilibrarse
las funciones de absorción y exhalación.
Por tal razón es practica muy admitida
la de desmochar todas las ramas del ár
bol que se trasplanta, deteniendo de este
modo la actividad exhalante de las mis
mas, mientras las raíces toman tierra en
su nueva habitación y se establece en
ellas la actividad absorvente.
Terminado de llenar el hoyo y aun for
mado un cono truncado alrededor del
tronco, se echa una buena cantidad de
agua, que desaloje el exceso de aire que
quedó y humedezca las raicecillas.
La profundidad a que debe enterrarse
el árbol depende de su naturaleza, de la
longitud de sus raíces, de la consistencia
del suelo y del clima de la localidad.